10 de febrero de 2008
Eloy Cavazos, en plan arrollador
Salió a hombros del último festejo
Miguel Ángel García, ENVIADO ESPECIAL
Torreón, Coah.- El último festejo en El Coliseo Centenario, en el marco de las celebraciones de inauguración, dejó excelente sabor por la maestría y entrega que regó en este ruedo el matador de toros Eloy Cavazos. El diestro de Monterrey ha salido como un joven torero, con toda la disposición de hacer vibrar al respetable, lo cual consiguió sobradamente. "El Pequeño Gigante" se vio con aires frescos ante su lote y valientemente enfrentó a los astados más hechos del encierro, jugándose la vida de verdad y poniéndole variedad y alegría a sus faenas.
En su primer toro tuvo una fuerte salida al tercio, luego de arrimar los muslos sin reservas, poco se prestó el burel; sin embargo la gente le retribuyó una fuerte ovación en los medios tras pasaportar a su enemigo.
En su segundo toro el maestro se arrimó como nunca, nuevamente ante un astado de excelente presencia y que se prestó más. Toreó a la verónica con hondura y con la muleta realizó un trasteo de altos vuelos, jalando del toro por ambos lados, con temple y el sello que lo caracteriza. Se fue tras la espada para dejar un estoconazo, lo cual completó la alegría de la gente y le gritaron ¡torero, torero! Con pañuelos en mano para exigir las dos orejas que el juez entregó. Vuelta triunfal de Eloy y aplausos al toro en el arrastre.
DETALLES
"Morante de la Puebla" ha tenido una tarde de detalles artísticos con la capa y la muleta; se lució por chicuelinas en su primero y con la muleta tuvo destellos de oro nomás, ya que su toro no colaboró para la inspiración del diestro hispano. En su segundo derrochó sentimiento a la verónica y le aplaudieron fuerte los quites por chicuelinas. Con la franela estructuró muletazos largos, muy sentidos y con hondura, Morante le imprimió magia a su labor, lamentablemente el toro se fue a menos y tuvo que matar. Lástima que pinchó, de lo contrario hubiera cortado orejas.
PERDIÓ SALIDA A HOMBROS
El torero hidrocálido Joselito Adame no estuvo como es costumbre verlo, ya que su actitud estuvo por debajo de lo esperado y en las banderillas pasó con más pena que gloria. Al menos así lo mostró en sus faenas de muleta, ante el primero y segundo toro, puesto que al final regaló un burel de Montecristo y pudo sacarse la espina. A su primero lo recibió de una larga cambiada de hinojos, para luego lancear suavemente a la verónica. Previo a su labor con la muleta, brindó su actuación al apoderado Rafael Báez y al matador Eloy, lo cual fue aplaudido. Con la tela roja estuvo decoroso, dejó una estocada y le entregaron una oreja. Ante su segundo se retiró en silencio y ante el de regalo, vino lo mejor. Joselito quitó soberbiamente por lopezinas, seguido de una faena de muleta extraordinaria. El torero se dio gusto toreando por ambos lados del toro, con trazos largos y templados que alborotaron al público y le corearon fuerte. Joselito pagó lo que se debía y de no haber sido por estar mal con la espada, bien le hubiera cortado las dos orejas. Al final la gente le exigió la vuelta al ruedo para ovacionarlo.
Por su parte, Eloy salió a hombros.
GANADO
Con una muy buena entrada, se lidiaron toros de Fernando de la Mora, que se dejaron meter mano, siendo el cuarto el que mejor se prestó. Hubo un reserva para Joselito Adame, que fue bueno.
Se publicó en el ESTO