17 junio 2009

¡Avíate que vas a los toros!

Manuel Camacho Higareda



Que la gripe porcina, perdón, Influenza A-H1N1, ya viene de vuelta; que en Nuevo León no es el PRI quien pacta con los narcos sino el PAN; que el voto blanco no debe ser una opción, aunque ningún candidato llene mis expectativas, y hay que votar por alguien, por quien sea, menos por nadie; que AVIACSA seguirá volando porque siempre sí son seguros sus aviones, como los de Air France; que nuestros honorables congresistas ignoraron legislar sobre guarderías, pero que, ya los niños quemados, apagarán el fuego; que sí hay corruptos en PEMEX y que, nunca es tarde, les echarán la barredora; que nomás 6 son niños de los 10 civiles muertos en Afganistán por ataque aéreo de EU; que a Corea del Norte nada lo asusta y, si hace falta, una que otra bomba nuclear nos suelta; que en estos días, por crisis económica y por contingencia sanitaria, nada más dos mil empleos se perdieron en Tlaxcala... De niño, cuando llegaba yo a escuchar de augurios y profecías sobre el fin del planeta, solía pensar "si el mundo se acaba, yo me voy a mi pueblo". Así que, mejor hablemos de toros.


Los más grandes toreros son criaturas de la emoción. El llano conocimiento de la técnica no hace al torero, si acaso al toreador. El poeta no lo es porque domine las normas rígidas de las formas clásicas. (Conozco a más de un profundo poeta que no sabe nuestro alfabeto y a tantos rigoristas que son excelsos peritos de lo insustancial). La impecabilidad de una reproducción pictórica nos dice menos que el cuadro original. El buen reproductor debe, en efecto, ser un maestro de la técnica y así lograr fidelidad para poder vender lo suficiente e irla pasando, pero se priva de su propia voz. Su práctica está condenada a la inanición expresiva. Su producto es de consumo rápido, por perecedero.


El torero sí requiere de un mando casi absoluto de la parte científica o racional, de la sintaxis del toreo, pero mucho más de su naturaleza emotiva. Cuando esta segunda condición se cumple, la expresividad llega incluso a superponerse a las rancias exigencias de los teoricismos puristas. No a todos los espadas, desde luego, les es dada la gracia de conmover, no al menos en la misma medida. Por suerte casos hay que nos permiten distinguir lo que es de lo que no es: por ejemplo, nuestro querido Pana -docto en el drama imprevisible- simplemente es; otros, como el por muchos idolatrado Ponce-erudito en la corrección-, viven décadas de esfuerzo por ser y seguir siendo... y algunos lo logran.


El carácter irreprochable de una faena muy probablemente resulte en el ánimo exultante de la gente en los tendidos; sin embargo, cuán frecuentemente se oye decir que fulano o zutano es víctima de la incomprensión: que tiene buenas maneras y que es aseado, pero que no lo aplauden ni lo aclaman... que no conecta.


En las antípodas, la heterodoxia y el paroxismo, El Pana. Es tan fácil escribir acerca de él. No se precisa gran sapiencia en materia taurina ni exactitud en el dato, mucho menos afanes de objetividad. La ficción es su signo. El misterio es su sello. La imaginación es su instrumento.


El entusiasmo que despierta es sobrado como para verterse en manifestaciones de asombro. Las realidades que lleva dentro de sí brotan en cada lance por razones naturales. No pueden quedar sepultadas en la impersonalidad de lo bien hecho a secas. Su hacer implica un trance permanente que conmueve.


El Pana va esculpiendo la faena de manera impensada. Su toreo no es un ejercicio caligráfico sino una convergencia de esencialidades. Echa mano de licencias que rompen con la logicidad de la gramática taurina. Es decir, El Pana no ejecuta la lógica del toreo sino que él torea a la lógica normativa. Lo suyo es un toreo de imágenes, un éxtasis de figuraciones, casi ajeno a la asepsia racional.


El carácter monumental de sus faenas a "Rey Mago" y "Conquistador", el 7 de enero del 2007 en la Plaza México, y la derivada en indulto al toro de García Méndez, "Tahonero", el 4 de noviembre del mismo año en Tlaxcala, no se miden por la precisión milimétrica indicada en los manuales técnicos y académicos (de hecho, "Tahonero" acusaba una romana inferior a lo esperado para una corrida de toros). Fueron la actitud de autismo creativo y la reducción casi total del espacio entre hombre y bestia, entre hambre y saciedad, entre principio y final lo que marcaron el tamaño del instante.


En cada una de aquellas tardes El Pana se ausentó del lugar físico. El peso y el movimiento de los cuerpos no descansaban en la arena. Las formas se constituyeron en un paisaje gravitacional, desafiante del universo consciente, feudo de la lógica y el intelecto. Un hoyo negro se aposentó en las gargantas. Aquello no era una reproducción de nada ni una representación de nada, pero sí el testimonio de una auténtica alianza de fuerzas en impredecible armonía dinámica. Había expresión.


Había pasión. Había elocuencia hasta en las pausas y en los silencios.

Había conmoción. La técnica, bien. ¿Qué más decir de la emotividad?

Muy a la manera de William Faulkner, y a riesgo de exceso, podemos apuntar de los toreros estrictamente técnicos que más les vale dedicarse a la cirugía o a colocar ladrillos.

http://pulso.ws/periodico/index.php?option=com_conte


Novillos de San Judas Tadeo


para

Alfonso Mateos, Sergio Flores y Cristian Hernández



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El juez, ingeniero Eduardo Delgado, los recibió, reseñó y aprobó y dieron un peso promedio de 393 kilos y sus características son: el 34, Mala Pata, castaño bragado con 393 kilos; el 40, Garfio, negro listón bragado delantero y apretado con 425 kilos; el 58, Barba Roja, castaño bragado, delantero con 378 kilos; el 37, Rocío, mulato bragado paliabierto, con 407 kilos; el 43, Morgan, colorado bragado vuelto, con 395 kilos; el 67, brillante, negro bragado paliabierto, con 380 kilos; el 49, Barba Negra, negro listón bragado corniapretado con 377 kilos y el 66, Esparrón, negro zaino, paliabierto con 388 kilos.


Magnífica aceptación para el festival

Toros
Enrique Espinoza. Foto: Archivo ESTO

16 de junio de 2009


A beneficio de Enrique "Cuate" Espinoza

Horacio Soto Castro

En Puebla se ha palpado buen ambiente para el festival a beneficio de Enrique "Cuate" Espinoza, que se desarrollará el próximo viernes, a partir de las 20:30 horas, en la plaza El Relicario, pues además de ser para una causa noble el cartel lo integran matadores de reconocida capacidad torera.

Están anotados el rejoneador Jorge Hernández Gárate, y los diestros Rafael Ortega, Federico Pizarro, Jerónimo, Ignacio Garibay y Arturo Macías con astados de Reyes Huerta, Rodrigo Aguirre, Vicencio, Espíritu Santo, Jesús Cabrera y Rancho Seco. Los matadores actuarán totalmente gratis y los ganaderos aportarán los novillos.

El dinero que se recaude además de la aportación de Pablo Hermoso de Mendoza, servirá para la atención de Enrique y para su rehabilitación que será bastante larga.

"EL CUATE"

Por otro lado Enrique Espinoza sigue mejorando, no se han presentado complicaciones, aunque el pie y la pierna derecha tiene una inflamación bastante abultada.

Ayer lo levantaron e intentaron que caminara algunos pasos, pero no fue posible por los fuertes dolores que sintió. Nuevamente lo sedaron y se durmió. Puede ser que permanezca en el hospital Betania cuando menos por esta semana, aunque habían mencionado que el alta hospitalaria sería entre miércoles y jueves.
ESTO