(26 diciembre 2010)
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| Aldo la única oreja del festejo la foto es de Tadeo ALCINA |
- Alejandro Escárcega
En la octava corrida en la Plaza México se corrieron seis bien presentados toros de la ganaderia de San Marcos pero sosos y descastados cinco de ellos.
Abrió el festejo Ruiz Manuel (olivo y azabache) con Ponche, número 126, negro bragado y cornidelantero con 475 kilos, verónicas tranquilas, llevó al caballo por chicuelinas andantes y quitó por cadenciosos mandíles. Con la pañosa muletazos de tanteo y naturales ante la embestida con la cabeza alta del cornúpeta; se cambió a la diestra y mejores muletazos a un toro que fué de más a menos y que al final resultó el menos malo del encierro; pinchazo y estocada para saludar en el tercio.
Abrió el festejo Ruiz Manuel (olivo y azabache) con Ponche, número 126, negro bragado y cornidelantero con 475 kilos, verónicas tranquilas, llevó al caballo por chicuelinas andantes y quitó por cadenciosos mandíles. Con la pañosa muletazos de tanteo y naturales ante la embestida con la cabeza alta del cornúpeta; se cambió a la diestra y mejores muletazos a un toro que fué de más a menos y que al final resultó el menos malo del encierro; pinchazo y estocada para saludar en el tercio.
El cuarto fué Pavito, número 104, cárdeno obscuro bragado meano caribello y veleto con 515 kilos, nada que comentar con el percal y enorme con los garapullos Juan Ramón Saldaña, que se desmonteró en el tercio. Muletazos a un astado conm medias embestidas que sabía lo que dejaba atrás; con la toledana: pinchazo y descabello para escuchar silencio.
Guillermo Martínez (grana y oro) con Pastor, número 104, negro listón y cornicorto con 472 kilos, no se acomodó de salida, pero quitó por faroles tapatios que fueron coreados en el tendido. En el segundo tercio, para variar, enorme Chrístian Sánchez, que saludó en el tercio. Le brindó al escaso cónclave posnavideño para doblones del tercio a los medios y derechazos en la boca de riego a un toro deslucido y peligroso; con la siniestra, en el mismo tenor; pinchazo y media para escuchar silencio.
Con Buñuelo, número 93, girón salpicado bragado caribello y cornidelantero bizco del izquierdo con 470 kilos, verónicas y dos revoleras por ambos pitones; se animó a quitar por caleserinas y brindó a larga distancia al ganadero Pepe Chafik, para recetar buenos naturales y nada con la diestra ante otro manso jalisciense; con el acero una estocada para escuchar división.
Aldo Orozco (nazareno y oro) con Villancico, número 112, negro listón y cornivuelto con 480 kilos, larga de hinojos en tablas y capotazos a regañadientes a otro manso de San Marcos. Con la pañosa, muletazos sin transmisión e infame bajonazo para escuchar silencio.
Cerró el festejo con Muégano, número 132, entrepelado bragado meano y cornivuelto con 490 kilos, capotazos a los feos arriones del astado y quitó por deslucidas chicuelinas. Muletazos por alto y derechazos regateados en tablas a otro manso; tres manoletinas y un estoconazo en la suerte natural para cortar la única oreja del festejo otorgada por el juez de plaza Gilberto Ruiz Torres.
La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento
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Toros en la México
