Castran el pensamiento infantil
El Toro en México
Por Bardo de la Taurina
En este país del águila y la víbora, en el que un día se tuvo respeto y orgullo por su gente decente y pujante, por su historia, por su arte, por sus
tradiciones, por su cultura, por sus gobernantes, por los símbolos nacionales y
sus instituciones,incluyendo al ejército nacional, ese que en estos días nos llevóal
mayor desconcierto, desaliento y desilusión cuando se prestó a escoltar y
custodiar a un seudo político, usurpador
de la representación de un pueblo, lo que sucedió cuando el sujeto a quien
mientan Cuauhtémoc Blanco con ese arrastrar la cobija se fue a ‘cascarear’ un
soccer y bueno, si esa falta de ética, de respeto, de vergüenza es la de uno
politiquillo que se mama nuestros impuestos, pues nada nos debe de extrañar que
otros ídem se columpien en ese mecate de la oscilante búsqueda de notoriedad.
Las cámaras de senadores y diputados no se
vaya a creer que aquí velan o ven por el pueblo, ¡no, no, no! aquí uno de edad
menor pero chupador del presupuesto un tal Barbosa Huerta le dice pepenador a
otro que peina canas como lo es Bartlett Díaz y por solo ese hecho se le debe
de respetar, así se hablan desde la curul como si estuvieran en los tiraderos
de basura putrefacta ¡Qué asco! además hay que decir que de esos y de esas pululan en todos los partidos en los que ahora
a los depredadores de la cultura y franco tiradores del arte, les ha dado por
arrodillarse y lamerle la ideología retorcida
a un desadaptado de origen argentino Leonardo Anselmi.
Y aclaro de una vez que he tenido y tengo
admiración por grandes sudamericanos celestes como Carlos Gardel, Ernesto
Guevara y Leonardo Messi y me agrado que el argentino que vive en Roma se
metiera a la Catedral Metropolitana, la que antes fue plaza de toros y les
leyera la cartilla a los de las sotanas guangas empezando por el tal cardenal
de la Ciudad de México, vuelvo a la hebra esa donde ahora los referidos
politiquillos no paran de tirarle a todo lo que es público y del dominio
nacional, como lo son las corridas de toros.
Fiesta ésta que Iberia como Madre Patria le
brindo a la Nueva España, hace ya casi quinientos años convirtiéndola con ello
en la actualidad en la fiesta y tradición popular más antigua de este país
ensangrentado, vapuleado, devaluado económicamente y desolado de esperanzas, en
el que no se ve futuro taurino, si ahora
los legisladores y politicuchos de marras, no conformes por ver que su
combatividad en contra de la Fiesta de Toros no les está dando los rápidos
resultados de exterminio que tienen planeados y con los que sueñan
orgásmicamente y de los que hay que considerar lamentablemente que algún día consigan cristalizarlos. Y es
que si a esa lacra de los que cobran por
poner las nalgas en las curules, le sumamos a los vándalos que se alquilan como
anti taurinos y todavía pa’ acabarla de joder le agregamos a la gente de dentro
del toro que con actitudes deshonestas engañan al público dando festejos con
animales carentes de los mínimos requisitos pa’ ser lidiados y ante ese fraude va
llegar el día en que los aficionados dejen de asistir a un espectáculo
degradado y entonces las plazas de toros
se volverán ruinas o centros comerciales que para el caso es la mismo.
Más dentro de todo ese desastre lo que no
se puede dejar de denunciar, es el hecho aberrante, discriminatorio,
repugnante, vomitante con el que esos tipejos están tratando de castrar la
libertad de pensamiento, acción y gusto de los niños mexicanos, ¡cuidado!porque
esta acción de prohibirles asistir a un evento sea cual sea tomados de las
manos de sus padres, abuelos hermanos es atentar contra la libertad de los
seres pequeños y peor aún es el principio de una corriente de manipulación
enfermiza y de graves consecuencias, no debemos de permitir de ninguna manera y
a como sea, que nos manipulen las mentes de nuestros niños o nietos y menos que
los usen como instrumento para una causa repugnante como es gobernarle su mente
a quien sea, pero más a los niños.
¡Ya estuvo suave!que cuando no los
religiosos andan atemorizando a los niños con ese cuento azufrado del pecado, el diablo y el
infierno, lo hagan esos malparidos que con tal de ganarse unos votos pretenden
manipular y castrar a la semilla de los pueblos, que son,
sus infantes.