24 octubre 2013

LAS CHARLAS CON EL BARDO DE LA TAURINA

LA  PLAZA GRANDE Y EL CARTEL GRANDE
Antes de referirme a una de esas tercia  que con solo mencionarla provocan pasiones, lo hare de inicio a la que se anuncia pa’ el domingo en la Plaza México y que la pintaron con Alejandro Talavante español que no es ninguna figura del toreo como pa’ cargar con el peso pesado de una fecha inaugural, José Mauricio el inexplicable habitante del limbo y Arturo Saldivar el güerejo acelerado, matadores mexicanos que no terminan de convencer porque no obstante que tienen la onza no la hacen valer como debieran o cuando menos con la forma, frecuencia y la intensidad con que debieran,  por lo que los aficionados ya corren apuesta sobre que cantidad de localidades se quedaran vacías en la plaza más grande del mundo el domingo venidero, al respecto no doy vaticinio, pues sería muy petulante de mi parte hacerlo, sobretodo por eso que dicen las lenguas de doble filo, que esta columna no es la mejor escrita (¡Por supuesto que no!) solo la más leída, ante ello no vaya a ser  que con un comentario incline la balanza a la baja ‘Loco, loco, loco como un acróbata demente saltaré…’

De la historia se desgrana aquello que el compositor José Antonio Michel, le pusiera en la garganta al inmortal Pedrito Infante pa’ que la vistiera de fama  con eso de que de las lunas las de octubre son las más hermosas y esto viene en estas fechas como aceituna pa’ el Martini, pues el mes vigente no obstante lo asentado en la apertura  este mes ofrece cosas maravillosas para algunos que no pa’ la fiesta como por ejemplo pa’ los ultramarinos que inician su temporada de tientas ataviados de luces lo que harán casi con nulo riesgo y sin el casi un bonchesote de dólares que aspiran por cada presentación, parné que se embuchacan sin que tenga nada que ver la nulidad de trapío, kilos, edad y cuernitos  de las ‘fieras’ con las que se cachondean salvo algunas que se escapan del pesebre, ni tampoco las  desoladas gradas que atestiguan los  hechos como verbo y gracia lo  acontecido en  Tlaxcala y Pachuca, corridillas que no se salvaron de ser bañadas por las críticas certeras y por ende agrias que  le recetaron a la presentación del  desconocido en México Iván Fandiño, pero bueno, que eso no sea motivo pa’ creer que octubre no pinta  y tan es así que este  jueves 24 a partir de la 7 P.M. se presentaran en disertación sin censura, ni dobleces esos gitanos de la bohemia taurina que lo son ‘El Pana’, ‘Rafaelillo’ y ‘El Breco’ lo que sucederá en la casa de los toreros que lo es La Asociación Nacional de Matadores que comparte barrio con  la Plaza México (Atlanta # 133), lo que ocurrirá dentro del marco de las Tertulias Taurinas, tribuna sin barreras donde las gargantas se afinan y los ánimos se entonan al conjuro de la verdad, los sentimientos, las opiniones y los desacuerdos, todos ellos avivado  por un concepto que va camino a la extinción que lo es la libertad de expresión, así que si usted quiere charlar en la dualidad de escuchar y decir pues ya sabe que los tres auténticos ahí estarán pa’ quien quiera algo de ellos, como se me ocurre preguntarles a ‘El Pana’, a ‘Rafaelillo’ y al ‘Breco’ ¿Por qué no están dentro del elenco de la temporada de la Nochebuena?, ¿será porque huelen a toreros que con solo hacer el paseíllo ya se adjudicaron la tarde, incomodando a los acomodados? Y sin dejar la Tertulia Taurina de esta noche agregar que  como la fiesta es la convergencia de todas las artes, pues en materia de fotografía taurina una tercia de nuevas revelaciones se disputara esa noche el aplauso y la admiración de la concurrencia ya que las artistas de la lente femenina Ana Fabiola Ortiz,  Mónica Jiménez y Rache Conti expondrán lo mejor de su arte a favor de la Fiesta Brava.


 No me puedo despedir sin mencionar  que  el que  se catapultó esta semana hasta los cuernos de la luna lunera  fue él  fotógrafo Ángel Bernal quién capto el impresionante momento de la cornada diabólica que le infirió el toro de José Julián Llaguno al matador Juan Luis Silis, cornada que fue capturada en el tiempo para que perdure por siempre en los anales de la tauromaquia, sin duda Ángel Bernal el fotógrafo del año.

ARROYO / UN POBLANO EN EL CARTEL DE TRIUNFADORES


LA MÉXICO PRIMERA CORRIDA / un cartel de media plaza…cuando mucho

  • Por Oscar MEJÍA
    Saldivar

Lejos, muy lejos en las profundidades del calendario han quedado aquellos llenos a reventar en las corridas de inauguración de temporada en la más grande plaza del mundo. Cuando el reloj profusamente acompañado presidía los tendidos todos: barreras, numerados y generales con pasillos y escaleras intransitables, repletos de voces jubilosas, estruendosas, que al conjuro de la fiesta, la más hermosa, la plena de valores se congregaban abigarradas en democrática asamblea para participar en la celebración del mágico rito de la tauromaquia. Lejos en los recuerdos han quedado esas tardes luminosas de toros.

Probada su ineficacia empresarial y cero taurinismo, Herrerías presenta para abrir el serial, que anuncia con formato de feria sin serlo, un cartel sin pies ni cabeza: se programa a un peninsular superficial, sin sustancia, inflado engañabobos, además de feo y sin gracia, impuesto a fuerzas  para tratar de quedar bien con los chones a media asta con una reciprocidad que sabemos inexistente, Talavante como base del cartel inaugural, hágame usté el re canijo plis; solo falta que a la hora de sortear los de Barralva la mano negra reluzca como suele suceder.  

Para no agobiar al feíto le ponen un primer espada, José Mauricio, ya no tan joven, ya no tan nuevo de alternativa y de cualidades notables, cuya trayectoria ha navegado en un mar de indefiniciones mal dirigido, de muestra un botón: a vistas de su participación en la temporada mexicana recientemente viajó a España para ponerse con el toro ¿español?...bueno. 

Completa quien a mi parecer es una de las piezas de mayor valor en el tablero nacional, Arturo Saldivar, que a pronto ha de dar el campanazo que haga justicia a sus grandes posibilidades, esperando, deseando que ya sea debidamente aprovechado para valorar a la torería nacional. 
  
Sin merecerlo, a la fiesta brava mexicana le cayó la maldición de un títere y un titiritero, que ya a lo largo de más de 2 décadas han convertido a la catedral mundial del toreo en un local cuando bien nos va de medias plazas , aunque los jilgueros micrófono en mano pregonen entradones cuando escasamente se ocupa el numerado.

Remato en los medios…