24 noviembre 2009

De Toros y Toreros desde Aguascalientes


  • Pedro Julio Jimenez Villaseñor 
(pedrojuliojmzv@hotmail.com) 

 

RIDÍCULO PETARDO POR ANDAR INVESTIGANDO.
 
Que raros somos en seguidas ocasiones los humanos, somos músicos, poetas, locos, intrigosos, misteriosos, mentirosos y hasta investigadores. Ayer trate de unirme más a este “selecto” grupo, de doctorarme en todas estas materias y verán lo que me sucedió.

Dolido por la mala situación taurina, entre otras tantas de la cotidianidad urbana, que pasa la fiesta brava, me puse a investigar el porque de ello, llame a la NASA, al FBI, a prestigiadas universidades, Harvard, La Sorbona, a la UNAM, al Vaticano, a mis amigos Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, a mi cuatazo del alma Obamita, a Bill Gates entre otros tantos y a todos les formule la misma mía duda doble.
¿Por qué estamos en crisis taurina en México? ¿Quién es el culpable de ella?

Imaginaba tontamente me informarían que esto es un complot tejido y tramado desde las altas esferas de las sociedades protectoras de las hormigas arrieras, de la familia de las myrmicinae, y lo negaron.
Supuse pues que quienes protegen la matanza de focas lo habían fraguado y tampoco resulto cierto, fastidiado, y ya cansado de investigar infructuosamente, quise mandar todo al demonio pero pudo más mi curiosidad, recordé que tengo contactos con el mas allá y me concentre tanto, y tan bien, que casi de inmediato recibí la llamada de un buen amigo que murió hace ya varios años y esto fue lo que me dijo.

“Oye, no te hagas tonto molestando a tus ilustres amistades que mencionas líneas arriba, como chiflaos ustedes no van a estar pasando malos momentos taurinos, ve las “corridas” que se lidian, ahí tienes la contestación a tus muy pendejas dudas, a esa miopía que tienen todos, te repito que todos, hemos visto a esos toreros españoles que tienen millonarias cuentas en euros, fincas ganaderas, cientos de propiedades, de reconocimientos en su tierra, estatuas, música en su honor, que la realeza les rinde pleitesía y tiene todo de sobra y aquí apenas si emocionan, creo que ni ellos sienten la turbadora e indescriptible emoción que causa el miedo cuando lo que tienes enfrente es una verdadera fiera, allá, aquí es muy diferente, piénsalo y quítate de cuentos, no es lo mismo Juana que Pancha”.

Muy cierto, los muertos no creo que mientan, lo que me decía mi amigo es mas que razonable, le comente que estoy totalmente de acuerdo, mi terquedad se hacia manifiesta cunado le espete que el toro mexicano no es de esos grandes volúmenes del burel español, defendía lo nuestro y solo para volver a escuchar que de nueva cuenta me pendejeaba.

“Pero hombre, tu tienes razón, si las corridas que se lidian en la plaza “México”, y en la provincia, fueran como las que se ven en veces por Guadalajara, otro gallo les cantaría.
Con el toro serio todo luce o se toma muy formal lo que se le hace, decía Francisco Ruiz Miguel que cuando mataba corridas de “Miura”, se rasuraba tres veces al día, don Juan Belmonte dijo que el día de corridas duras, le crecía la barba más rápido, los dos coincidían, por tu mundo azteca parece hay muchos lampiños.

Y eso no es todo, ya no le busques molestando amigos importantes, el mal taurino mexicano lo encuentras muy fácil, que NASA ni que FBI, ni que ocho cuartos, el mal, el verdadero mal esta dentro de ustedes mismos, están conviviendo con el enemigo a todas horas, apoderaditos de manípulaciones, toreritos de barro, empresarios de nada, no los hay, son gerentes solamente que se prestan a evadir, y lo peor es que ni lo saben, cuentas fiscales, plazas vacías y siguen dando toros, si así se le puede llamar a esos remedos como corridas de toros, escuelitas dizque taurinas que son y salen mas caras que mantener a dos amantes francesas y nada se logra hasta la fecha.

Cuando un jodido tenga una plaza más o menos importante, ese día se puede aspirar a ver algo serio, él tendrá que cuidar su dinerito haciendo las cosas muy bien, casi a la perfección, comprar encierros a los pocos hacendados honrados que no han entrado al juego de Juan Pirulero, y eso si sus ridículos colegas permiten que actúen los toreros, pues ahora ya no les firman contratos, ahora son sus dueños, ahora hasta para hacer pipi les tienen que pedir permiso a los gerentes o prestanombres de cosos que dicen son importantes”. 

Vaya “peina” que me puso mi difunto amigo, tiene lógica su lucidez e intelecto, la ventaja de ya no preocupase de nada en su nuevo hábitat celestial, nosotros vivimos con el enemigo, no cabe la menor duda, todos los días aprendemos algo, hoy yo abrí los ojos, que pena, los gatitos a los quince días y los pendejos a los 65 años, suele suceder, hoy me sucedió a mi, ni hablar. ¿Toreros lampiños?. Esto si que no lo entendí, mejor le recomiendo vea en www.noticierotaurino.com la película, “El Último Cuplé” con una guapísima Sarita Montiel y el matador Enrique Vera...

Nos Vemos.