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| Juan Pedro MORENO la foto es de Edmundo TOCA ver Álbum clic´ |
- por Alejandro Escárcega
En la octava novillada de la temporada en la Monumental Plaza de Toros México, se corrieron cinco ejemplares de la ganaderia de San Felipe Torresmochas y uno de El Nuevo Colmenar con los cuales Jaime Ruiz, escuchó silencio en sus dos enemigos, Juan Pedro Moreno, silencio en el segundo y tres avisos en el quinto y Óscar Amador, pitos en el tercero y silencio en el que cerró plaza.
La octava novillada en la Plaza México, generó mucha espectación en la afición capitalina y finalmente todo quedó en decepción. En una tarde fria, con viento y lluvia y con una entrada regular, abrió el festejo el tlaxcalteca Jaime Ruiz (teja y oro) con Barrendero, número 88, cárdeno nevado bragado meano lucero y paliabierto bizco del izquierdo con 405 kilos, nada con el percal y espectacular tumbo al varilarguero Omar Morales. Con la pañosa, una faena aguantando horrores, hasta que fué prendido rompiendole la taleguílla; cortó por lo sano, dejando una media fulminante para escuchar silencio y pitos al de San Felipe Torresmochas en el arrastre.
Con el cuarto, de la ganaderia de El Nuevo Colmenar, Alma de Acero, número 769, negro listón bragado meano y acucharado bizco del derecho con 432 kilos, nuevamente nada con el percal y enorme con las banderillasChristian Sánchez. Empezó su faena con un atropellado cambio por la espalda y dos series de naturales en la boca de riego, con la diestra, derechazos a las embestidas a media altura, adornos con sanjuaneras y fatal con la toledana: un chalecazo, una estocada y un golpe de descabello con un aviso que le envió el juez de plaza DonJorge Ramos Sandoval, para escuchar silencio y pitos al novillo.
El poblano Juan Pedro Moreno (albo y azabache) con Torero, número 85, negro listón bragado meano y cornivuelto con 385 kilos, animoso con el percal haciendo un aplaudido quite por tafalleras. Le brindó al matador Luis Fernando Sánchez para empezar su faena con muletazos por la espalda en tablas siendo desarmado, molestado por el viento y al intentar torear con la diestra fué empitonado sin consecuencias que lamentar; muletazos voluntariosos en la puerta de cuadrillas, pero con el acero dejó un infame bajonazo para escuchar silencio y pitos al novillo en el arrastre.
El quinto fué Padrecito, número 77, cárdeno claro bragado meano y cornidelantero con 440 kilos, bien con el percal, mandiles, chicuelinas y una revolera para cartél en la mismísima boca de riego, no conforme quitó por chicuelinas entreveradas con tafalleras; con la muleta siguió en el mismo tenor, derechazos al mejor novillo del encierro, fijo, noble y repetidor, pero con el estoque perdió la oreja que ya tenía en la espuerta, cinco pinchazos y cinco descabellos para escuchar los tres avisos y aplausos a Padrecito al regresar a los toriles.
El tlaxcalteca Óscar Amador (azul marino y azabache) con Patrullero, número 76, cárdeno claro nevado bragado meano y paliabierto con 412 kilos, lo recibió con verónicas y le hízo un quite por saltilleras que pusieron al público al borde de sus asientos. Con la pañosa, muletazos de las tablas a los medios y ahí, derechazos bajo la lluvia y el viento a las peligrosas embestidas del guanajuatense; estocada delantera y contaria, cuatro pinchazos en uno rompiendosele el estoque, un aviso y una estocada caida para escuchar pitos toro y torero.
Cerró el festejo con Su Excelencia, número 80, sardo bragado meano y cornivuelto bizco del izquierdo con 435 kilos, verónicas sin poder rematarlas y quite por atropelladas gaoneras; en el tercer tercio, dos péndulos y cuatro series de derechazos, rompiendole el burel tres estaquilladores y con la toledana: tres pinchazos y dos estocadas delanteras para escuchar los últimos pitos de la tarde.
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