29 mayo 2013

¡Triunfa la ambición de Saldívar!

  • Por: Juan Antonio de Labra | Foto: Emilio Méndez

Martes, 28 de Mayo del 2013 | Madrid, España
El hidrocálido cortó una oreja de peso tras una faena breve y muy intensa
La racha triunfadora de los toreros mexicanos en Madrid no se detuvo el otro día, cuando Diego Silveti paseó una valiosa oreja, sino que hoy dio continuidad a la que parece ser ya una nueva era para el toreo azcteca en la capital de España... ver nota completa en altoromexico.com
ficha: Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Decimonoveno festejo de la Feria de San Isidro. Más de tres cuartos de entrada en trade soleada pero con intermitentes ráfagas de viento fresco.Toros de El Ventorrillo,desiguales en hechuras y descastados en general, salvo el 3o. que duró poco. Pesos: 534, 548, 522, 556, 626 y 594 kilos. Sergio Aguilar(malva y oro): Silencio y en su lote. Miguel Ángel Delgado (tabaco y oro): Ovación tras aviso y silencio. Arturo Saldívar (azul noche y plata): Oreja y palmas tras aviso. Destacó en varas Óscar Bernal, que picó bien al 6o., y con las banderillas Juan Navazo. En la brega sobresalióVíctor Hugo Saugar "Pirri", que lidió con temple al 1o.

Beccerradas en Guadalupe.‏


Casos y Cosas de Toros

                               
  • Héctor Budar

            La Primera Plaza México –I

En la capital del país, desde aquella histórica fecha del 24 de junio de 1526, en que se dio el primer festejo taurino en una plaza improvisada, en honor del conquistador Hernán Cortés, se implantó la costumbre durante el virreinato, de jugar toros y cañas para honrar a un personaje o celebrar alguna fecha conmemorativa, para ello se improvisaban plazas de “quita y pon”.
En tiempo de la colonia se construyeron plazas fijas que tuvieron alguna duración como la plaza El Volador, la de San Pablo.
Más tarde surgieron otras como la del Paseo, la Chapultepec, la San Rafael, la Bucareli y  la México que existieron a fines del siglo antepasado, de todas ellas hay mucho que comentar, pero nada comparable a la antigua Plaza México que fue la iniciadora de la innovación tauroempresarial de su constructor, que trajo un aire fresco con el concurso de las figuras españolas con quienes movió sus temporadas. Con esta forma de exponer la tauromaquia reglamentada, se fue acabando la anarquía de nuestros lidiadores con ese ropaje estrafalario evidenciando valor y suertes a lo “Martincho” para conseguir la admiración y el aplauso de un público ignorante del toreo que se practicaba en España.

Ese cambio se debe al torero madrileño Ramón López que iba como banderillero en la cuadrilla de Salvador Sánchez “Frascuelo” y que aquí llegó al servicio de Luis Mazantini.

Ramón López, hijo y hermano de matadores de toros, tomó el mismo camino primero como novillero y después como subalterno. Aquí se quedó a vivir y aquí guardó la espuerta para dedicarse a los negocios taurinos. La experiencia que vivió como promotor de festejos taurinos, en varias plazas, lo hizo ganar dinero pero no le gustó, por lo que se propuso construir su propia plaza para dar corridas de toros con el modelo español. Para esa empresa requería de un escenario con entradas para las localidades, ruedo con medidas reglamentarias, corraletas, toriles, patio de caballos, puerta de arrastre etc. Así concibió la Plaza México y así la construyó en la antes Calzada de la Piedad, hoy avenida Cuauhtémoc frente a la avenida Álvaro Obregón.

Ahí se dio a organizar temporadas formales con figuras españolas.
Por comentarios del periodista de aquellos años Don Julio Bonilla fundador del primer periódico taurino El Arte de la Lidia, destacaban por su buen estilo, Antonio Fuentes, Luis Mazantini, Antonio Reverte, “Minuto”, “Algabeño”, “Chicuelo”, “Lagartijo Chico”, Ricardo Torres “Bombita”, “Machaquito”, Rafael Gómez “El Gallo”, Vicente Pastor, el valientísimo Antonio Montes y muchos más que elogiaba en sus páginas.

A pesar de armar muy buenos carteles con estas primeras figuras y encierros de buenas ganaderías hispanas, que algunas veces combinaba con las que ya había en México, tuvo que valerse de su talento para llevar gente a su plaza, pues nuestros públicos aún no aceptaban el clásico toreo español, fanatizados con la lídia a la mexicana, de la que era máximo exponente el ídolo nacional Ponciano Díaz.

Ramón López con visión futurista deseaba combinar sus carteles con toreros mexicanos, pero los que había no representaban jerarquía para la categoría de su plaza, por lo que hizo amistad con Ponciano y a través de varias pláticas, lo convenció para que confirmara su alternativa poblana en Madrid, para lo cual realizó las gestiones que fructificaron el jueves 28 de julio de 1889, día que partió plaza en el coso madrileño con su padrino “Frascuelo” y “Guerrita” de testigo.

El empresario de la México todo lo tenía previsto y le pidió a la empresa que pusiera de banderillero del torero azteca a Saturnino Frutos “Ojitos”, la idea era que a su regreso el diestro de Atenco lo tarjera en su cuadrilla para pulirlo e inculcarle formas y técnicas del toreo español para presentarlo en su plaza. Todo marchó bien y Ojitos bien vestido afuera y adentro del ruedo, aunque el se lucía con capa, banderillas y salto de garrocha, fracasó en el intento de inculcarle las normas de su patria, quizá por que el público ya estaba acostumbrado al estilo del torero bigotón, con lo que él ganaba tanto dinero que construyó su  propia plaza, La Bucareli donde alternó con muchos diestros españoles.

Al romperse las relaciones entre “Ojitos” y Ponciano, Ramón López amigo y compañeros de aventuras, cuando él y Saturnino hacían empresa y toreaban en Francia, lo empleó como asesor de su empresa, cargo que desarrolló a la perfección por la experiencia que tenia.

Continuaremos esta importante historia el próximo miércoles 5 de Junio

¡Hasta la próxima, suerte para todos!

Comentarios y sugerencias: hector_budar@yahoo.es