22 febrero 2010

El Zapata y Pablo Hermoso salen a hombros

(21 febrero 2010) 
de la Monumental de Insurgentes
Alejandro Escárcega, Crónica
Edmundo Toca, Fotografía
Qué bonita se vió la Monumental Plaza de Toros México con un llenazo no solamente conformado por taurinos sino también por gente de a caballo como són los charros y miembros de clubes hípicos, para ver la décimo séptima corrida de la Temporada Grande, en la cual salieron a hombros de la entusiasta afición Uriel Moreno El Zapata y Pablo Hermoso de Mendoza, con toros tlaxcaltecas de Rancho Seco de Don Sergio Hernández González qué dejaron mucho que desear y con los cuales no lució el toreo de Mario Aguilar.
Abrió plaza Pablo Hermoso de Mendoza (corto azul rey y gris oxford) con Zancajero, número 137, negro listón bragado y delantero con 486 kilos, montando a Estella con el cual dejó el primer rejón y el toro saltó la barrera buscando huir, cambió por Silveti, con el cual dejó dos banderillas al quiebro, montó a Caviar para repetir la misma suerte, con Pirata, tres banderillas cortas al relance y un par a dos manos, un rejón de muerte, un pinchazo y otro rejón, tuvo que hechar pie a tierra para descabellar y escuchar aplausos y pitos al descastado toro en el arrastre.
Con el cuarto de la tarde, Buscalindes, número 179, castaño ojinegro bragado rebarbo, delantero con 498 kilos y montando a Chenel, dos banderillas a una mano y caminandole de costado en tablas, con Ícaro, dos banderillas a una mano, con Pirata, nuevamente tres banderillas cortas al relance y la suerte del teléfono qué le fué muy aplaudida; dejó un rejón de muerte que no fué suficiente y tuvo que descabellar para cortar dos orejas concedidas por el Juez Ricardo Balderas y entregadas por el alguacilíllo Saúl Rivera, las cuales fueron protestadas y groseramente el navarro las arrojó a la arena para dar la vuelta al ruedo sin ellas y arrastre lento al noble astado.
Uriel Moreno El Zapata (burdeos y oro) puso a la plaza de cabeza con Berrinche, número 193, zaino, cornidelantero tocado del izquierdo con 501 kilos, al cual recibió con un farol de hinojos en tablas y de pie, verónicas con dos remates a una mano y quitó por tafalleras. Con las banderillas, otro par Monumental, para demostrarle a la afición que no fué casulaidad el que dejó en su pasada actuación y dar triunfar vuelta al ruedo, otro par al violín y otro al cuarteo: Le brindó al colega Carlos Loret de Mola, para comenzar su faenón con el imposible y derechazos molestado por el fuerte viento, se refugia en el palco del Servicio Médico para torerar al natural, otra mejor con la diestra rematada con el martinete, intento de dosantina y un estocadón al mejor toro del encierro, para cortar dos orejas entregadas por el alguacilíllo José Julián Ayala y aplausos al toro en el arrastre.
El quinto fué otro mal toro de Rancho Seco, Majadero, número 172, cárdeno bragado coletero, bien puesto con 485 kilos, al cual le dió cuatro faroles de hinojos y al dar el último se le coló y le hízo brincar de cabeza al callejón. Con los garapullos, dos pares al cuarteo y otro al vilín en tablas. Con la pañosa, embestidas calamocheando y regateando, por lo cual cortó inteligentemente por lo sano y dejó una estocada para escuchar aplausos y pitos al toro en el arrastre.
El aguascalentense Mario Aguilar (bermellón y oro) con Bochinche, número120, zaino, bien puesto con 496 kilos, otro descastado toro de divísa caña y oro qué intentó brincar la barrera y solo abrió la puerta de cuadrillas, misma que cerró Luis Rodríguez, autoridad de callejón; verónicas y quite por movidas chicuelinas; brindó al convaleciente Octavio García El Payo, para comenzar su trasteo con muletazos a un toro mirón, que nunca lo dejó estar; cinco pinchazos y estocada para escuchar silencio y pitos al toro.
Cerró el festejo con Monarca, número 116, cárdeno girón lucero bragado meano, delantero vuelto con 512 kilos, otro descastado toro que intentó brincar la barrera y que sometió el aguascalentense con verónicas y bregó hacia el caballo quitando por aplaudidas navarras; brindó al cónclave y nuevamente poco con la pañosa a las descompuestas embestidas del de Rancho Seco, pinchazo y estocada para escuchar aplausos.
Antes del festejo compartimos el pan y la sal con los torileros de la Plaza México en el convivio anual de los mismos.
Para el próximo domingo la Empresa anuncia a Hilda Tenorio qué tomará la alternativa de matadora de toros a manos de Manolo Mejía y como testigo el torero español Ruiz Manuel, con ganado por designar.
La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento

TERTULIA EN PUEBLA

URIEL MORENO: A LA ALZA

...buen agricultor el que asegunda
...Así se hace Zapata. Así es como se conquistan los privilegios que unos tratan de escamotear y otros no saben defender en propia tierra, con el pendón de gallardía, talento y el orgullo de tu raza en alto... 

óscar MEJÍA
foto de Edmundo TOCA

IMÁGENES DE LA MÉXICO ayer

  • de la lente de Edmundo TOCA
 

EL TOREO ES HERMANDAD


foto Edmundo TOCA

NOTA PUBLICADA EL 20 DE DICIEMBRE DE 2007...


Así se hace...

En los medios
Por: óscar MEJÍA
¡ASÍ SE HACE ZAPATA!
 
Amables lectores, emocionado todavía tecleo estos párrafos. El pasado domingo en la Plaza México fuimos testigos algunos privilegiados de una demostración completa de lo que la fiesta de toros es en su más profundo contenido. Presenciamos una obra de arte, surgida de la inspiración y talento artístico y taurino de Uriel Moreno “El Zapata”.
En su forma, la actuación del torero tlaxcalteca fue impecable. Precisa en sus procedimientos, medida en su dimensión y pulcra en su estructura. Y estoy hablando de toda la tarde. En sus dos intervenciones supo torear por nota en relación a las circunstancias que le presentaron cada uno de sus toros, la tarde fue en su arquitectura magnifica para Uriel.
Esto habla de la madurez que ha alcanzado el diestro a lo largo de sus once valiosos, valerosos, persistentes, constantes, consistentes años como matador de toros.
Siendo técnicamente correctas las dos faenas de “El Zapata”, fueron diferentes en su contenido. Con el que abrió plaza aprovechó el torero hasta la última gota de la escasa raza de su socio, jabonero claro con cara seria, de sosa embestida e indefinido estilo. Desplegó Uriel el menú completo de su tauromaquia en los tres tercios, siendo con los palos el momento de mayor lucimiento. Con la muleta se puso ahí, metido en tierra de nadie sin pedir cuartel hasta agotar las raquíticas posibilidades del de Santa María de Xalpa. Dio fin con pinchazo en buen sitio y radical espadazo.
La obra de arte vino con “Benamejí” 140, colorado listón apretado de cuerna de bella lámina. Toro con bravura y nobleza, que acudió al caballo y fue castigado con medida, mostrándose justo de fuerza. Premiado con arrastre lento a sus restos.
Generoso se mostró el zapata al torear a la verónica para recibir; dueño de la escena, vendiendo con elegancia y sobriedad taurina su representación de héroe legendario, quitó por chicuelinas estatuarias, impactantes, personales. Y volvió a emocionar con sus evoluciones rebosantes de facultades, recursos y arrojo al oficiar con las banderillas, con tinte de drama al ser prendido al final del tercer par, temiéndose lo peor.
Ya había captado Uriel la atención del graderío, ya las miradas fascinadas establecían comunicación con la vibración que el torero emitía desde el fondo de su alma de concertista taurino.
Sereno en su andar, conspicuo en su expresión, seguro y decidido, muleta en diestra mano, desde los medios llamó al socio que se arrancó con fuerza y fue entonces cuando Antonio Campos desde el cielo estalló en júbilo junto con la plaza entera asombrada, al ver a Uriel Moreno cuajar el pase de “El Imposible”. Impresionante, espectacular.
Ya desbordados público y ejecutante, se dio el tlaxcalteca a templar las embestidas por los dos lados con cadencia y profunda expresión, a la mexicana. Y recitar deletreando un poema de largos y lentos párrafos de sentimiento acumulado, de secretos no dichos, de verdades no pronunciadas. El tiempo se detuvo en la ebullición de la faena apasionada de manos muy abajo, eternizando los olés.
Con adornos y destellos de regusto sazonó su labor, rematando la magnífica pieza de sentimiento estético en el justo momento con pinchazo en lo alto y estocada que fulmina. Una oreja de Benamejí fue el premio. Merecidísimo.
Y el artista, el hombre, el torero brotó de la orfandad que la fiesta está padeciendo, para darle nombre y apellido a la torería mexicana, Uriel Moreno a quien apodan “El Zapata”.
Así se hace Zapata. Así es como se conquistan los privilegios que unos tratan de escamotear y otros no saben defender en propia tierra, con el pendón de gallardía, talento y el orgullo de tu raza en alto.
Por esta vez, remato en los medios.


Triunfos de El Zapata y Pablo Hermoso

21/02/2010  
    saliendo a hombros de la Plaza México
  • Alfredo FLOREZ  
Esta fue la estocada que con la faena le valieron las dos Orejas al Zapata, igual que Pablo Hermoso saliendo a hombros

Otros grandes triunfos con una de las mejores entradas en el coso capitalino fue lo que disfrutaron los asistentes a la 17a. Corrida de la Temporada Grande, donde el matador Uriel Moreno “El Zapata” cortó dos orejas, igual que Pablo Hermoso de Mendoza que salieron finalmente a hombros del coso capitalino entre el entusiasmo y alegría de un buen número de aficionados tanto al rejoneo como al toreo de a pie, habiéndose lidiado un encierro de Rancho Seco que tuvo de todo, desde el noble y bravo cuarto, hasta el débil, el soso y dos peligrosos, pero el final fue feliz con gente de todas clases con las caras contentas.
Pablo Hermoso de Mendoza ha toreado a sus dos toros con esa maestría y desempeño fuera de lo normal entre los rejoneadores, toreo que va desde el bien colocar banderillas y rejones de castigo, hasta las piruetas y giros que emocionan a toda clase de público, tal vez no al conocedor del rejoneo, pero si al público que va a divertirse y a corear todas aquellas suertes con sus caballos bien domados y manejados con maestría, haciendo llegar a los toros hasta sus monturas y torear prácticamente con los caballos como si fueran sus muletas. A su primero no le pudo cortar trofeos por fallas con el de muerte, pero en su segundo corto las dos orejas tras su toreo singular y como hubo quienes protestaron la segunda oreja, Hermoso de Mendoza aventó las orejas a la arena y dio vuelta triunfal, aunque al final el haber cortado dos orejas, le dio el pasaporte para salir en hombros.
Uriel Moreno “El Zapata” repitió la suerte de banderillas que bautizaron como el par “Monumental” y de nuevo se volvió loca la gente aplaudiéndole en la vuelta al ruedo que dio el matador tras la limpia ejecución. Con este toro que fue débil. Lo supo torear con cadencia y variedad, lo que entusiasmó al público y al terminar de gran estocada se le premió con las dos orejas que pase en la vuelta al ruedo y al final le sirvió para salir también a hombros. Su segundo fue un crucigrama que se defendía y buscaba al matador, teniendo buenos momentos con el capote, con banderillas y ejecutó el pase del imposible en los medios pero como el toro se vino a menos defendiéndose y opto por terminar pronto para dividir las opiniones.
El joven matador Mario Aguilar no tuvo suerte con su lote, tal vez un poco mejor con el primero al que le saco buenos pases por ambas manos y dejo ver avances en su quehacer taurino, pero anda mal con la espada y eso le valió más pitos que palmas. A su segundo le estuvo porfiando para sacarle faena pero este toro también fue de los que salieron a defenderse y aunque estuvo voluntarioso Mario, no pudo sacar la faena que se esperaba y además también lo pincho. Este toro se lo brindo a su compañero de Tauromagia Octavio García “El Payo” que estaba en el callejón de la plaza ya recuperado de la cornada que tuvo hace poco y se le ve listo para reaparecer.  No fue una tarde para recordar por Mario Aguilar.

Toriles.com

Pablo y "El Zapata" hicieron vibrar la plaza


22 de febrero de 2010

Los dos salieron a hombros, ante gran entrada

  • Horacio Soto Castro


Ante un entradón en la Plaza México, la mejor de la temporada con mucho, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y el matador Uriel Moreno "El Zapata" salieron a hombros luego de cortar dos orejas cada uno, mientras que Mario Aguilar volvió a salir con las manos bajas, frente a los toros de Rancho Seco que fueron complicados y su desempeño dejó mucho que desear en relación con lo que había enviado anteriormente.

Pablo Hermoso de Mendoza acaparó la atención y prácticamente él fue quien hizo la entrada, pero el triunfador sin tapujos fue el tlaxcalteca, quien alcanzó su tercera salida en volandas de la gran macroplaza, pues los trofeos para el navarro le fueron protestadas ruidosamente y en forma hasta cierto punto irrespetuosa, porque las tiró sin ninguna categoría para dar la vuelta.

Hemos dicho en algún momento que los trofeos es lo de menos, son retazos de toros, y en esta ocasión así es, pues de ninguna forma se va a poner en duda la enorme capacidad taurina de Pablo, que sigue siendo hoy por hoy el más grande representante del arte de Marialba. Tan es así que durante la vuelta que dio le aplaudieron fuerte y luego en el centro del ruedo gran ovación.

EL FESTEJO

Repetimos que la Plaza México se vio atiborrada en las localidades numeradas y en las generales registraron una gran entrada, como no se ha visto en esta temporada. Un gran arreglo floral en el centro del ruedo dando la bienvenida a la afición, en lo alto un sol brillante que cayó vertical en el ruedo y cielo azul, pero no faltó como es costumbre en febrero, el viento que por momentos deslució la labor de los espadas y en la actuación del rejoneador se levantaron espesas polvaredas. Y el famosísimo olé no pierde su tono y se acentúa en estos festejos.

RANCHO SECO

El encierro que envió la ganadería de Rancho Seco fue disparejo en presentación y en el juego que dieron sus astados, tanto de pinta como de cornamenta y en su desempeño. Fue un encierro descastado, que presentó complicaciones, desarrollaron sentido y peligro. Lo que hay que anotar a su favor es que todos fueron a los caballos y empujaron. Sobresalieron el segundo de rejones al que le dieron arrastre lento por su clase. Y el primero de Uriel, los otros pusieron en aprietos a los alternantes. El primero saltó al callejón y el tercero intentó hacerlo.

PABLO

Una vez más Pablo Hermoso de Mendoza hizo vibrar a la Plaza México con su toreo señorial y sus finos equinos, dejando ver su maestría, su clase, su impecable conducción de sus caballos, así como lo certero que está en los fierros. Su temple lo puso sobre la arena y logró momentos de gran exposición, de una brillantez cegadora llevando embebidos en las ancas de sus caballos a sus dos toros a los que les hizo lo que quiso. Puso en éxtasis a los cientos de aficionados con su caballo Ícaro, al que tiene amaestrado y en el centro del ruedo como que hipnotizó al toro y luego con Pirata al final de la lidia de su segundo, que fue un pasaje emotivo, tierno y de gran belleza, que arrancaron sonoras ovaciones.

En su primero manejó admirablemente a la yegua Estella, a Silveti, a Caviar y a Pirata. Estando muy certero en rejones de castigo, en banderillas a una mano, en banderillas cortas, haciendo sus clásicos quiebros, sus giros en la cara de los toros y sobre todo toreándolos muy templados en todos los terrenos y hasta el teléfono hizo con Pirata y luego el par a dos manos que fue magistral por dentro, exponiendo en verdad. No estuvo muy certero con el rejón de muerte, hizo dos viajes y echó pie a tierra para descabellar al primer golpe. Pitos al toro y palmas para él.

Con su segundo en verdad dio una cátedra del toreo a la jineta en todos los terrenos, clavando de frente, al estribo, de frente o de tira como se dice. En fin dio a conocer todo su gran repertorio de bien torear, templando y mandando y exponiendo como ese momento en que en un palmo de terreno por dentro, al quiebro, clavó las banderillas. Chenel tuvo un gran desempeño y con Ícaro ese pasaje domeñando al toro y luego de Pirata en las tres banderillas cortas que se sucedieron en forma brillante al final de su labor. Pablo resultó con una lesión en el codo derecho en un desplante garboso que realizó. Fue una pieza torera que hizo Pablo. Dos orejas soltó el juez y se las protestaron. Pablo no pudo alcanzar su cuarto rabo en la México.

"EL ZAPATA"

Uriel Moreno "El Zapata" sacudió al público que también vibró con el desempeño del tlaxcalteca, quien mantiene su sitio y sus deseos de triunfar. Siempre valiente y siempre dispuesto a dar lo mejor. Uriel estuvo valiente y lucido con el capote, primero al ejecutar las largas afaroladas y después en quites por tafalleras sin mover los pies para rematar con media revolera de gran calidad y colorido. Como todo diestro experimentado, anda tranquilo, sereno y dándose su tiempo y espacio. Y en el tercio de banderillas volvió a enloquecer al público al ejecutar el "Par Monumental" por el que volvió a dar la vuelta y engrandeció el tercio con otro par al violín, previo galleo en la cara de la res, y cerrar con el par a dos manos por dentro, pegado en tablas Su faena de muleta la vio entorpecida al inicio por el fuerte viento, pero a pesar de ello se dio a torear por ambos lados templando y mandando. Hubo una tanda de siete muletazos por la derecha que le corearon en verdad con emoción por la hondura que llevaban. Se fue por derecho y cobró un estoconazo del que salió muerto el toro. Su tercera salida a hombros y la primera con dos orejas de un mismo toro.

Su segundo fue un garabato, lleno de mañas. Era un toro que no era ni para ponerle banderillas, pero Uriel le echó el valor reconocido y cubrió el tercio con mucho mérito más que efectividad. El toro llegó al tercio mortal con la cabeza suelta y tirando los derrotes como programas. El público le protestó cuando fue a cambiar el ayudado, pero es un torero íntegro y se regresó para seguir toreando sin beneficio alguno y cortó por lo sano.

MARIO

Mario sigue con el santo de espaldas y le correspondió el lote menos toreable. Aún así dejó ver sus cualidades, su clase y su torerismo. El viento lo molestó en su primero, que brindó a su compañero Octavio García "El Payo". Estuvo valiente ante ese toro espión, desarrollando sentido, que lo buscaba afanosamente. Lo aguantó y le sacó los muletazos. Estuvo mal a la hora de matar. Su segundo fue algo parecido con mucho peligro y sentido, pero ahí estuvo. A éste lo mató pronto.

ESTO

Pablo Hermoso se une a su caballo para convertirse en un sólo ser

Centauros y Otros Seres‏
  • Luna Turquesa
Quizá toda leyenda mitológica parta de una visión real, en la que uno es capaz de ver seres, aparentemente imposibles.
En la decimoséptima corrida de la temporada en la Plaza de Toros México, vi jugarse la vida a un Centauro. No se si fue real, o me rebasó la emoción, pero vi a un ser, mitad hombre, mitad caballo, vi a un ser que lleva años siendo leyenda, y seguirá siendo leyenda, lo que dure la historia del toreo.
Antes de Pablo Hermoso, el arte del rejoneo era un espectáculo de relleno, donde el rejoneador toreaba un solo toro, y a la gente no le interesaba mayormente si llegaba a tiempo para verlo.
A partir de la incursión de Pablo en este arte, todo cambió. Pablo Hermoso marcó parámetros que nadie ha podido, ya no digamos superar, sino por lo menos igualar.
Hablar de este rejoneador navarro es marcar el antes y el después del rejoneo mundial. El rebasa por mucho lo que hasta el momento de su aparición se había hecho, logrando que su espectáculo sea, no sólo atractivo para aficionados a la fiesta brava, sino un espectáculo capaz de agradar a todo tipo de público por su técnica, estética y emoción.
Pablo Hermoso se une a su caballo para convertirse en un sólo ser, ese mitológico Centauro, donde una parte piensa, otra manda, otra ejecuta... y no sabremos nunca donde acaba el hombre y empieza la bestia.
La comunicación entre los dos es automática, la sensibilidad de ambos se mezcla logrando una obra en movimiento, que dura segundos, pero que conmueve a todo aquel que tiene la suerte de presenciarla. Son dos seres en perfecta comunión, que deciden invitar a danzar a un tercero, que colabora para crear sinergia con esos dos extraños seres, ¿o es sólo uno?…
Lo cierto es que resulta increíble la manera en que se puede llevar tan toreado un toro, templándolo a la distancia exacta, poniendo de carnada un cuerpo, y ese cuerpo, en un diálogo franco con su amo, encarando al toro, pero no con soberbia ni arrogancia, sino con complicidad, sin perder ni un segundo la estética y elegancia. No se van de más, ni se dejan alcanzar, todo es preciso, es increíble como se puede utilizar el cuerpo del caballo como muleta, dando los pases más templados y los trincherazos más profundos que hemos visto.
Me ha tocado la fortuna de ver a Pablo Hermoso de Mendoza en muchas tardes, y siempre me sorprende, me emociona y me conmueve, junto con sus increíbles caballos, más toreros que muchos, que hasta figura se dicen.

Tambien publicado por Luna Turquesa en obispo y azabache