Como aficionado a la Fiesta Brava, qué más quisiera que todas las tardes fueran de muchas orejas y muchos triunfos. El día de ayer en la segunda corrida de la temporada grande la Plaza México, que es el icono de la tauromaquia en América, se pudieron ver astados muy bien presentados de acuerdo al genotipo del toro mexicano y muy buenas actuaciones de parte de los alternantes. Una tarde en que el público salió contento. Pero hay algo que no puedo entender y mucho menos aceptar; en estos tiempos en donde la fiesta de los toros está pasando por tantas polémicas, no es posible que pidamos respeto a otros por nuestro gusto de asistir a los festejos taurinos, cuando dentro de la misma fiesta se carece de respeto. He sentido tanta vergüenza al ver como el empresario de la plaza más importante de México, recrimina al juez de plaza con una mentada de madre, por no haber concedido una segunda oreja al matador Zotoluco. Si bien el señor Herrerías, no está de acuerdo con la designación del juez, no tiene el derecho y mucho menos la omnipotencia para hacer ese tipo de ademanes. Pero más es mi desventura al ver que el señor Daniel Chimal (coordinador taurino, designado por la delegación Benito Juárez) se haya percatado del incidente y se quede cruzado de brazos ante tal situación. El que escribe, al término del festejo en la salida de la plaza, se encontró con el señor Chimal y le comentó su opinión al respecto; recibiendo por respuesta “que porque no pasaba a su oficina para platicar sobre el tema”. Ohhh!, ¿Ahora hay que pasar a una oficina para pedir el respeto que se debe guardar hacia la autoridad? Señor Chimal, no solape este tipo de faltas; Ya que de lo contrario se estará convirtiendo en uno más de los detractores de la Fiesta Brava.
Juan Bustamante.