...las charlas de EL BARDO DE LA TAURINA

NUNCA PRENDIO

Se le hecho el cerrojazo a la Temporada de Novilladas en La Plaza México la que será borrada de la memoria debido a que ha sido la mas anoréxica en la historia, en la que Conrado por honrado no vino, la Tenorio se devaluó y se quedo “Quintina”, el espontáneo se espanto, Pérez fue un pito y los demás, fueron lo de menos, por lo que ahora que hay que señalar a los culpables del penoso cataclismo, no hay que cargarles todas las pulgas a la fantasmagórica empresa, pues sin toreros, nomás no puede haber fiesta y la verdad sea dicha en estos momentos aquí no hay novilleros dignos de esta plaza, por ahí si acaso un nombre se puede rescatar, que es el de Montoyita pero a cambio de este, durante doce festejos los paupérrimos asistentes al serial, tuvieron que chutarse un rosario de nada, pues lo que permeo fue la mediocridad, la falta de entrega, de ambición de los que denigraron la profesión y aunque es un sueño guajiro ojala a la mayoría de quienes desfilaron por el albero monumental, les salga el valor, la honradez, la honestidad y acudan en bola al peluquero porque por docena sale mas barato que les vuelen la coleta, bueno y si la temporada “Renovación” empezó con un chivo destartalado terminó con un treintón chalado que dejo se le fueran vivos dos toros y cínicamente declaro “Un petardo como el mió, no cualquiera lo pega” esos son los novilletes de hoy.

EL GRAN MARIANO

Los taurinos le entregaban deseos de verle en México a alguien que es muy importante y como no lo va a ser, si se trata del “Torero Charro” Mariano Ramos en torno a quien la afición ha puesto sus esperanzas para la próxima Temporada Grande, pues todo mundo sabe que si alguien es capaz de hacer frente a la furia española que llegará con las agallas y los avios templados, es precisamente el torero de La Viga, a quien vimos en esplendida condición física, pleno de madurez taurina que no es mas que el resultado de quien es y se asume como una auténtica figura de la torería a la que la afición esta reclamando, para que enarbole la bandera del mexicanismo y nos vuelva a regalar su maestría recordándonos tardes como aquella memorable en que dicto una de las cátedras mas macizas que se recuerden en La Plaza México cuando le bordo, el toreo a “Timbalero” por esta razón entre muchísimas mas, las nueva generaciones de aficionados merecen conocer al maestro Mariano Ramos.

LA JEFA BERNARDA

Han sonado las fanfarrias en el ambiente taurino y es que uno de los factores mas importantes dentro del mundo de la seda y los alamares es el referente a la información fidedigna de lo ocurre en el medio pues de ella depende que toreros, medios de comunicación y publico estén al tanto y para que ello se logre, se requiere de una persona especializada que domine el medio taurino de tercio a tercio, razón esta para que la tauromaquia este de plácemes pues desde ya, la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos incorporó a su cuadrilla a la primera dama de la información torera la diligente y guapetona Bernardita Muñoz, quien por ropón tuvo un capote de luces, por cuna una montera, por sonaja una pluma y por maestro un genio El Ciego Muñoz ¡En Hora Buena!

JOYERO TAURINO

Don Adalberto Palestino Lagarde, nos favorece con su lectura al grado de haberse dado a la tarea de dar con nosotros para brindarnos un rato de historia torera, así que con emoción acudí al encuentro del maestro Palestino, hoy joyero de postin y ayer acomodador de barreras en la legendaria Plaza de Toros de la Condesa donde se codeo gracias a su don de gente, con todas las figuras de la Época de Oro “Armillita”, “Silverio”, Lorenzo Garza, “El Soldado”, Chucho Solórzano y recuerda haber sufrido las muertes de Alberto Balderas y de Félix Guzmán, cuyas hazañas revive apoyándose en el tesoro cultural de la época que lo son sus revistas “Arena”, “Sol y Sombra”, “La Lidia”, “Multitudes”, mas tasas de café mas remembranzas y para cerrar un brindis por aquellos toreros de ayer y una lamentación por los de hoy, pero sobre todo, un reconocimiento a ese gran taurino y lector de La Prensa, Don Adalberto Palestino.