16 octubre 2008

El RINCÓN TAURINO ( 16/X/08 )



"LA PROHIBICION II "

Por Antonio Casanueva

La semana pasada hablábamos de la efeméride correspondiente al Decreto del 7 de octubre de 1916, de la llamada Prohibición a las corridas de toros en la capital de la república, del que se han cumplido justamente 92 años. Este decreto que permaneció vigente hasta 1920 ante el derrocamiento del gobierno de Don Venustiano Carranza las Cámaras finalmente, aprobaron su eliminación.

Es cierto que El Decreto no era el primero en su tipo, pero si afectó grandemente las actividades taurinas en la creciente ciudad, obligando a trasladar el espectáculo favorito de las mayorías a terrenos cercanos a la capital en el estado de México, tales como Tlanepantla y la Hacienda de los Morales. Lo que constituyó una auténtica burla al mencionado decreto pues tanto los carruajes de las personas acomodadas de la ciudad, como vendedores y ciudadanos de a pie, hacían sus recorridos por el Paseo de la Reforma hasta llegar a los límites de D.F. para concurrir a dichos espectáculos. En otras palabras, recorriendo unos cuantos kilómetros se podía y así se hizo durante los años en que la ley estuvo en funciones, en otras palabras; se hacía caso omiso de la misma y sin violarla.

En el precioso libro de Don Guillermo E. Padilla, " Historia de la Plaza El Toreo" elaborado y preparado con extrema calidad por la desaparecida Imprenta Monterrey, S.A., en su primer tomo, al referirse al hecho de La Prohibición, se puede leer un interesante artículo (pag. 168) que apunta el sentido evidentemente vengativo, sino que hasta represivo de Don Venustiano Carranza, entonces Jefe del Ejercito Constitucionalista y auto nombrado Presidente de la República:

..." Durante la época en que estuvo vigente la Prohibición del espectáculo taurino en el D.F., el diestro de Guanajuato Juan Silveti lucho con mucho empeño por el reestablecimiento de las corridas de toros, llegando incluso a entrevistarse con Don Venustiano.”

“Fue su amigo el general Bruno Neira quien sirvió de padrino para que Juan pudiera llegar ante la presencia del Primer Magistrado, a quien, después de unos minutos de charla, logró impresionar favorablemente cuando le dijo que estaba en condiciones de proporcionar la cantidad de Trescientos mil pesos como cooperación para la campaña anti influencia Española, que por aquellos días estaba haciendo estragos en nuestro territorio. Solo cuando "El Tigre" le explicó que para hacer realidad lo del dinero, necesitaba organizar unas corridas de toros en El Toreo, la expresión de Carranza cambió totalmente al tiempo que poniéndose de pié, exclamaba indignado; YO SEA PRESIDENTE NO HABRÁ UNA SOLA CORRIDA DE TOROS EN MEXICO>"

Indudablemente como nos lo cuenta Don Guillermo Padilla en su libro, el decreto y la actitud de Carranza venían a ser lo mismo; una muestra de la pasión y antitaurinismo del gobernante y si se analiza su trayectoria personal, se encontrará que este acto violento contra Silveti, no fue sino una muestra del comportamiento habitual del señor Carranza, quien nacido en Cuatro Ciénegas, Coah, el 29 de diciembre de 1859, se auto-convirtió en el 46o. Presidente de la república de México. Sus primeros estudios los realizó en Saltillo, continuándolos en la Escuela Preparatoria de la ciudad de México y años mas tarde, llegara a ocupar varios cargos políticos en su Estado; Diputado, Presidente Municipal y en 1911 fue electo Gobernador del estado de Coahuila. Mas adelante, apoyó a Madero en el derrocamiento de Porfirio Díaz apareciendo pronto diferencias entre él y Madero por lo que cuando éste fue asesinado. Carranza propició el Plan de Guadalupe en el que se desconocía a Victoriano Huerta como Presidente, formando el llamado Ejercito Constitucionalista que como queda dicho, le sirve para nombrarse a la cabeza del mismo, imponiéndose a si mismo, el título de Primer Jefe de La Nacion en sustitución de Francisco Carbajal.

Mas adelante al ser derrocado, nos ha contado la historia, que fue asesinado en el Estado de Puebla, en donde existe inclusive un museo a su memoria ubicado en Xicotepec de Juárez, donde su cadáver fue velado por tres días. Existen, sin embargo, evidencias que indican que él mismo fue quien se quitó la vida ya que al encontrarse su cuerpo sin vida, tenía alojadas cinco balas de idéntico calibre y cantidad de los casquillos vacíos de su pistola, lo que parecieran puntos coincidentes con las actitudes violentas de su carácter y que el haber despedido al Juan Silveti de su presencia, según lo narrado por el Sr. Padilla lo confirman plenamente.

A finales de 1919, como ya había sucedido en otras ocasiones, se llevó nuevamente al Congreso de la Unión para que relevara el Decreto de Carranza con La Prohibición de las corridas de toros en la capital, siendo exactamente el día 9 de diciembre de1919, cuando se puso a discusión el asunto en el Senado, que ya había sido resuelto por la Cámara Popular, en el sentido que el mencionado decreto quedara abolido.

Cabe aclarar que en ambas Cámaras, muchas y muy violentas discusiones suscitó el caso, pero al fin, la mas alta representación popular aprobó la resolución tomada por la Cámara de Diputados, permitiendo nuevamente la celebración del espectáculo taurino en la Capital. A pesar de ello, todavía, por espacio de algún tiempo, no habría de lograrse que se verificasen las corridas de toros en forma, debiéndose a que el Presidente Carranza, hacía constantes objeciones al Decreto expedido por las Cámaras Legislativas. Con lo que se reitera el dicho, que esta Prohibición había sido un desmedido ataque a la Fiesta y abuso de Poder, por parte del señor Carranza.

Las corridas de toros fueron restablecidas en la Capital y concretamente en El Toreo, el 16 de mayo de 1920, produciendo un lleno espectacular el la plaza, estando en el cartel Juan Silveti y José Corzo "Corcito". Lidiándose una bravísima corrida de la ganadería Zacatecana de San Mateo, con la que se marca no solo la reanudación del espectáculo taurino en la capital, sino también el inicio del imperio zacatecano en la Fiesta Brava de nuestro país, a través de las dehesas de San Mateo propiedad de don Antonio Llaguno y Torrecillas de su hermano Don Julián.

Dos crueles ironías coinciden con la reanudación de las corridas de toros en el Distrito Federal, ya que en esa misma fecha en Talavera de la Reyna, en España el mas grande torero que el mundo haya conocido, José Gómez "Joselito" fue corneado y muerto por el toro "Bailaor" de la ganadería de la viuda de Ortega, torero que por efectos de tan nefasta prohibición no vino, ni actuó nunca en nuestro país y por otra parte, al día siguiente 21 de mayo de 1920 en un jacal de Tlaxcalantogo, Puebla murió abatido por cinco tiros quien fuera Presidente de México y gran detractor de la Fiesta Brava en nuestro país.

Antonio Casanueva

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