Un fin se semana maravilloso resultó el que ha tendio el artista de Jalisco, Guillermo Martínez, en el que ha dejado ver la madurez que está obteniendo en esta nueva etapa de su vida. El sábado 21 de marzo, enfrentó a dos toros mansos y descastados de Rodrigo Tapia, fundamentalmente el primero, ha sido sumamente peligroso, lo estaba obligando acuidr a su capote, y cuando recortaba con la media el toro no obedeció, hizo feamente por el torero tapatío, y apuntó peligrosísimamente el pitón izquierdo en su cuello, y gracias al quite de la Providencia, todo quedó en una gran excoriación, y en la ostensible valentía de Guillermo, quien se levantó sin verse para de inmediato proseguir su labor de brega, y así tratar de componer la descompuesta embestida de astado.
Con la muleta, en medio del diluvio universal, mostró su capacidad lidiadora, dominadora, y extrajo meritorias series con ambas manos, para después de un estoconazo, la gente que se cubría con impermeables y paraguas de la tormenta, exigir al juez una oreja que no concedió ante el repruebo de todos. Por ello, Guillermo fue invitado a dar la vuelta triunfa en la que le demostraron su respeto y admiración, al torero que fue toda entrega y valor ante un marrajo en el redondel.
Mejor estuvo con su segundo, otra importante faena a un manso rajado, que se negaba a embestir, y tras estar ahí rebasando la jurisdicción del toro, aguantando y exponiendo, fue hilando cada pase, deletreando el toreo hasta que consumó series importantes, después de la estocada, el cónclave le exigió al juez las dos orejas, pero decidió conceder sólo una que valió y mucho, en un festejo que le ha dejado una importante experiencia, porque el peligro estuvo en todo momento presente y fue enfrentado con inequívoca gallardía. Para el domingo 22, al otro día, a un toro de San Martín del prestigiado ganadero don José Chafik Hamdan Amad, Guillermo le hizo una importante faena que fue precedida por lances armónicos, un quite por zapopanas que fueron inmejorables, y con la tela roja, temple, quietud, cadencia y ritmo, fueron lo fundamental en la exposición torera.
Tras rubricar con un espadazo fue premiada con merecida oreja que paseó ante el beneplácito del respetable; con su segundo, que tuvo peligro sordo, lidió toreramente para intentar torearlo con la diestra, no obstante, eso no fue posible y entonces vino algo interesantísimo, Guillermo se dispuso a pelear con el toro que tiraba cornadas para herirlo, comenzó a lidiarlo por la cara, y la pelea se observaba intensa, dramática, una lucha sin cuartel; el público hizo un silencio ensordecedor, hasta que finalmente apareció el demoledor pase con la derecha, que consiguió que el toro claudicara en la arena, mostrando que había sucumbido ante el poderío del torero, y entonces el respetable lo ovacionó emocionado. Lamentablemente falló con el acero, y tras dos intentos en todo lo alto y un descabello, el público al unísono obligó materialmente a Guillermo Martínez a salir a escuchar una gran ovación de gala en el tercio, como reconocimiento y agradecimiento a su apasionada entrega. No cabe duda que cuando el reto se acepta a plenitud, necesariamente tiene que llevar no sólo al crecimiento y consiguiente desarrollo; sino que en el caso de los artistas a la evolución espiritual, para poder trascender a través de su expresión; este es el caso del artista de Jalisco, Guillermo Martínez, quien desde que se enfundó por vez primera el terno de luces, asumió la responsabilidad que ello conlleva, y durante el crecimiento profesional ha demostrado su valía torera, para así tener un estupendo desarrollo que se ha visto en los triunfos conseguidos en los principales cosos taurinos de México.
El haber decidido vivir en la ganadería de San Martín de don Pepe Chafik, le hace vivir, sentirse a cada momento torero y trascender a través de su evolución espiritual en el inmejorable momento que se le presenta.
oficinadeprensaguillermomartinez@hotmail.com
Con la muleta, en medio del diluvio universal, mostró su capacidad lidiadora, dominadora, y extrajo meritorias series con ambas manos, para después de un estoconazo, la gente que se cubría con impermeables y paraguas de la tormenta, exigir al juez una oreja que no concedió ante el repruebo de todos. Por ello, Guillermo fue invitado a dar la vuelta triunfa en la que le demostraron su respeto y admiración, al torero que fue toda entrega y valor ante un marrajo en el redondel.
Mejor estuvo con su segundo, otra importante faena a un manso rajado, que se negaba a embestir, y tras estar ahí rebasando la jurisdicción del toro, aguantando y exponiendo, fue hilando cada pase, deletreando el toreo hasta que consumó series importantes, después de la estocada, el cónclave le exigió al juez las dos orejas, pero decidió conceder sólo una que valió y mucho, en un festejo que le ha dejado una importante experiencia, porque el peligro estuvo en todo momento presente y fue enfrentado con inequívoca gallardía. Para el domingo 22, al otro día, a un toro de San Martín del prestigiado ganadero don José Chafik Hamdan Amad, Guillermo le hizo una importante faena que fue precedida por lances armónicos, un quite por zapopanas que fueron inmejorables, y con la tela roja, temple, quietud, cadencia y ritmo, fueron lo fundamental en la exposición torera.
Tras rubricar con un espadazo fue premiada con merecida oreja que paseó ante el beneplácito del respetable; con su segundo, que tuvo peligro sordo, lidió toreramente para intentar torearlo con la diestra, no obstante, eso no fue posible y entonces vino algo interesantísimo, Guillermo se dispuso a pelear con el toro que tiraba cornadas para herirlo, comenzó a lidiarlo por la cara, y la pelea se observaba intensa, dramática, una lucha sin cuartel; el público hizo un silencio ensordecedor, hasta que finalmente apareció el demoledor pase con la derecha, que consiguió que el toro claudicara en la arena, mostrando que había sucumbido ante el poderío del torero, y entonces el respetable lo ovacionó emocionado. Lamentablemente falló con el acero, y tras dos intentos en todo lo alto y un descabello, el público al unísono obligó materialmente a Guillermo Martínez a salir a escuchar una gran ovación de gala en el tercio, como reconocimiento y agradecimiento a su apasionada entrega. No cabe duda que cuando el reto se acepta a plenitud, necesariamente tiene que llevar no sólo al crecimiento y consiguiente desarrollo; sino que en el caso de los artistas a la evolución espiritual, para poder trascender a través de su expresión; este es el caso del artista de Jalisco, Guillermo Martínez, quien desde que se enfundó por vez primera el terno de luces, asumió la responsabilidad que ello conlleva, y durante el crecimiento profesional ha demostrado su valía torera, para así tener un estupendo desarrollo que se ha visto en los triunfos conseguidos en los principales cosos taurinos de México.
El haber decidido vivir en la ganadería de San Martín de don Pepe Chafik, le hace vivir, sentirse a cada momento torero y trascender a través de su evolución espiritual en el inmejorable momento que se le presenta.
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