Raúl "Ratón" Macías. Foto: Archivo ESTO
Francisco Lazo
AMIGOS, el lunes pasado se fue a rendir cuentas de su vida al Creador, Raúl Macías Guevara, mejor conocido como el "Ratón" Macías quien, fuera un temible artista de los cuadriláteros. Era menudito, dotado física y mentalmente para ser un boxeador emocionante y terrible a la hora de la contienda. Tumbó rivales sin cuento a edad temprana y se presentó en los rings profesionalmente en 1953 para hacer una historia apasionante por su habilidad para derribar enemigos. Bajito de estatura, bien formado, era ligero en sus desplazamientos en el cuadrilátero sin perder la compostura, siempre elegante llegando a sumar hasta 41 victorias, 25 de ellas por nocaut contra dos derrotas y también logró un título mundial de los dos de peso gallo que existían. Vivaracho lo mismo a la hora de la metralla en el enlonado y en cuanto sentía que había tocado severamente a su enemigo se le iba encima como un león hasta derribarlo y dejarlo fuera de combate. Fue admirado y muy querido por sus dotes de pugilista fino y peleador digno de respeto. Venía de una familia de boxeadores en donde se habían desempeñado dos de sus hermanos sin llegar a alcanzar las cualidades del menor, al que apodaron el "Ratón" por ser el más chico y quien habría de convertirse en el más grande y admirado pugilista de la historia de su división. Accesible, hizo muchos amigos y venció la tentación de volver a ponerse los guantes una vez que se despidió aquel año de 1962 llevándose el reconocimiento y afecto de los aficionados y público de la formidable práctica del boxeo. Desaparecido su cuerpo va a perdurar su historia no sólo como héroe de los cuadriláteros sino igualmente de su calidad y ejemplo para las juventudes del pugilato. Dios le tenga en su gloria a Raúl Macías Guevara el "Ratón" Macías, en tanto que su modelo como deportista sin tacha va a perdurar por siempre jamás. Me tocó entrevistarle en varias ocasiones después de sus peleas en México o a su regreso de combates triunfales en el extranjero en aquellas épocas. Raúl Macías irradiaba simpatía e hizo famosas frases como "todo se lo debo a mi manager" para hacerle partícipe de las victorias que iban eslabonando en el enlonado y también agregaba en homenaje y a su calidad de religioso "y a la Virgencita de Guadalupe". En esa época surgieron pugilistas de clase, quienes alcanzaron fama en altos escalones de la difícil y apasionante profesión del boxeo y por mencionar algunos, el "Púas" Olivares, "Pajarito" Moreno, "Alacrán" Torres y dos extraordinarios boxeadores cubanos que se avecindaron en México, Ultiminio Ramos y "Mantequilla" Nápoles. Y también en el diarismo ESTO siempre le apoyó estimulándole por sus facultades que lo llevaron a convertirse en un gran campeón. Ya habrá ocasión de recordar ampliamente aquellos tiempos apasionantes en que ESTO confirmaba su capacidad en la conquista de lectores masivos que le sostienen como una gran fuerza informativa. Y amigos, la vida sigue adelante y otros sucesos vienen a ocupar la atención multitudinaria, particularmente la fiesta de toros en la que se nota ya un importante resurgimiento con toreros que pudieran vigorizar nuestro toreo tan urgido de impulsos. Ahí tenemos ya enfrente la feria de Texcoco, que como ya es sabido ha de iniciar el sábado con un cargamento de posibilidades de arribar a épocas mejores, ya que van a alternar además de las figuras reconocidas, jóvenes que poseen cualidades para ser famosos por sus características que tienen esperanzada a la afición. Esto genera entusiasmo pues se han formado carteles combinando toreros mexicanos experimentados, quienes actuarán con los de reciente doctorado y con posibilidades de triunfar y crecer. Diríase entonces que la feria texcocana va a contribuir a nuestro futuro artístico con la probabilidad de vigorizar el reparto torero echando además al ruedo también ganado de hierros reconocidos.
ESTO
AMIGOS, el lunes pasado se fue a rendir cuentas de su vida al Creador, Raúl Macías Guevara, mejor conocido como el "Ratón" Macías quien, fuera un temible artista de los cuadriláteros. Era menudito, dotado física y mentalmente para ser un boxeador emocionante y terrible a la hora de la contienda. Tumbó rivales sin cuento a edad temprana y se presentó en los rings profesionalmente en 1953 para hacer una historia apasionante por su habilidad para derribar enemigos. Bajito de estatura, bien formado, era ligero en sus desplazamientos en el cuadrilátero sin perder la compostura, siempre elegante llegando a sumar hasta 41 victorias, 25 de ellas por nocaut contra dos derrotas y también logró un título mundial de los dos de peso gallo que existían. Vivaracho lo mismo a la hora de la metralla en el enlonado y en cuanto sentía que había tocado severamente a su enemigo se le iba encima como un león hasta derribarlo y dejarlo fuera de combate. Fue admirado y muy querido por sus dotes de pugilista fino y peleador digno de respeto. Venía de una familia de boxeadores en donde se habían desempeñado dos de sus hermanos sin llegar a alcanzar las cualidades del menor, al que apodaron el "Ratón" por ser el más chico y quien habría de convertirse en el más grande y admirado pugilista de la historia de su división. Accesible, hizo muchos amigos y venció la tentación de volver a ponerse los guantes una vez que se despidió aquel año de 1962 llevándose el reconocimiento y afecto de los aficionados y público de la formidable práctica del boxeo. Desaparecido su cuerpo va a perdurar su historia no sólo como héroe de los cuadriláteros sino igualmente de su calidad y ejemplo para las juventudes del pugilato. Dios le tenga en su gloria a Raúl Macías Guevara el "Ratón" Macías, en tanto que su modelo como deportista sin tacha va a perdurar por siempre jamás. Me tocó entrevistarle en varias ocasiones después de sus peleas en México o a su regreso de combates triunfales en el extranjero en aquellas épocas. Raúl Macías irradiaba simpatía e hizo famosas frases como "todo se lo debo a mi manager" para hacerle partícipe de las victorias que iban eslabonando en el enlonado y también agregaba en homenaje y a su calidad de religioso "y a la Virgencita de Guadalupe". En esa época surgieron pugilistas de clase, quienes alcanzaron fama en altos escalones de la difícil y apasionante profesión del boxeo y por mencionar algunos, el "Púas" Olivares, "Pajarito" Moreno, "Alacrán" Torres y dos extraordinarios boxeadores cubanos que se avecindaron en México, Ultiminio Ramos y "Mantequilla" Nápoles. Y también en el diarismo ESTO siempre le apoyó estimulándole por sus facultades que lo llevaron a convertirse en un gran campeón. Ya habrá ocasión de recordar ampliamente aquellos tiempos apasionantes en que ESTO confirmaba su capacidad en la conquista de lectores masivos que le sostienen como una gran fuerza informativa. Y amigos, la vida sigue adelante y otros sucesos vienen a ocupar la atención multitudinaria, particularmente la fiesta de toros en la que se nota ya un importante resurgimiento con toreros que pudieran vigorizar nuestro toreo tan urgido de impulsos. Ahí tenemos ya enfrente la feria de Texcoco, que como ya es sabido ha de iniciar el sábado con un cargamento de posibilidades de arribar a épocas mejores, ya que van a alternar además de las figuras reconocidas, jóvenes que poseen cualidades para ser famosos por sus características que tienen esperanzada a la afición. Esto genera entusiasmo pues se han formado carteles combinando toreros mexicanos experimentados, quienes actuarán con los de reciente doctorado y con posibilidades de triunfar y crecer. Diríase entonces que la feria texcocana va a contribuir a nuestro futuro artístico con la probabilidad de vigorizar el reparto torero echando además al ruedo también ganado de hierros reconocidos.
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