Los traslados y las procesiones en los barrios marcaron ayer el Viernes de Dolores, en el que Málaga ultimó los preparativos para el inicio, mañana, de la Semana Santa. El Perchel volvió a ser el protagonista y de la parroquia de Santo Domingo partió, minutos después de las siete de la tarde, las imágenes del Cristo de la Humillación y la Virgen de la Estrella para, tras recorrer su barrio, encerrarse en su nueva casa hermandad.
Ya por la noche, desde la iglesia de San Pedro partió la Archicofradía de la Expiración, cuyo Cristo y la Virgen de los Dolores recorrieron las callejuelas del viejo Perchel e hicieron un acto ante la parroquia del Carmen.
A primera hora de la tarde fue trasladada desde su ermita hasta la casa hermandad Santa María del Monte Calvario, mientras que hicieron traslados claustrales Dolores del Puente, Santa Cruz, Salud y Crucifixión.
Desde un tinglao montado junto a la iglesia de Santo Tomás de Aquino, en el entorno de la Comandancia de la Guardia Civil, salió el Cristo de Medinaceli, que estrenó un típico trono de carrete malagueño color caoba con cartelas de orfebrería. En el cortejo no participó ninguna banda, sólo dos tambores roncos de Fusionadas, y casi un centenar de nazarenos, que estrenaron túnicas color morado.
Por su parte, la Cofradía de Jesús El Rico trasladó a sus imágenes la noche del pasado jueves. Un desfile que presenciaron decenas de personas, sobre todo, en el entorno de la Alcalzaba y calle Alcazabilla. En el cortejo participaron un buen número de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, con el comisario al frente, Juan Jesús Peñalver.
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