las charlas con EL BARDO DE LA TAURINA

FLORES EN LA MÉXICO

Como dijera el maestro Agustín Lara en su melodía ‘Xochimilco’ y es que el tlaxcalteca Sergio Flores abrió su ayate de seda y roció el albero mayor, de frescura, aroma y arte de colorido encanto, que dejó el ambiente perfumado como para que no se olvide que en el hay algo más que una flor de conquista, pues en sí, su toreo es un ramo de flores de esas de la esperanza que florecerán porque Sergio Flores esta sediento de triunfo y además se le da a flor de piel el embarcar, mandar, templar y despedir pétalos, que en el toreo son Orquídeas Negras, Santiago Fausto el otro que promete el cante, no canto pero tampoco desafino, simplemente no alcanzo la nota alta, mas confirmo que es jilguerillo de buen cante y para mi que regresará más entonado, pues este Fausto es un gallito que sabe cantar y de Salvador López pues solo se puede decir que anda extraviado, ya que no se encuentra a si mismo, ni mucho menos el estilo, ni el switch que enchufa con el tendido y por ende se apago.

MAS PRONTO CAE UN HABLADOR

Ahora si que Eloy Cavazos como dice el refrán, resulto y otra vez enseño el metal y es que con motivo de la cornadota que por poco le arranca la vida a Enrique Espinoza ‘El Cuate’ el que por adeudos con la Asociación de Matadores se encuentra sin gozo de beneficios médicos, lo que dio pie para que Cavazos pregonara que saldría en ayuda del torero caído toreando de ‘gorrión’ un festival a favor de recaudar fondos para solventar la faena médica, por la que esta pasando ‘El Cuate’, pero en eso de acarrear agua publicitaria para su molino andaba, cuando un caballero en toda la extensión de la palabra, que lo es el maestro Pablo Hermoso de Mendoza, sobriamente sin aspavientos, ni poses desde el burladero de la grandeza asomo el rejón de la bondad española y yéndose de frente al problema, saco la chequera y dijo pónganle los ceros que hagan falta para que sane la herida de un torero mexicano, Cavazos al sentirse arroyado, avasallado, rebasado, simplemente reculo y en la huida alcanzo a decir pa´que arriesgo mi vida ¡huercos!

TORERO DE LA LEGUA

Pocas florituras tan halagadoras en la fiesta cornúpeta como ver salir de las páginas de ‘Mas cornadas da el hambre’ o del ‘Zopilote mojado’ o de ‘Seda para mi muerte’ a un torero de la legua de esos que están en extinción y que son la flama que mantiene viva la leyenda de toreros sin seda, sin alamares, sin caireles en la camisa, sin lavanda en la percha, pero con esa verdad que solo dan las chonadas y los novenarios, los toros de media casta, los marrajos, los cebúes los que no se doblegan en el peto, pero se domeñan ante el valor, la entrega, la pasión y el arte que solo esos héroes del toreo como Paulo Campero, traen en las alforjas y que es la esencia pura de ese torero romántico, chaval que por terno calza zapato tenis, pantalón de entubada mezclilla, camisa ceñida a la breve cintura, paliacate colorado en el pescuezo y gorra torera ¡Toda una estampa! y es que Paulo Campero, al que no hay que olvidar, trae la verdad del toreo y por si fuera poco le gira la tatema, le brillan las agallas y el son se le da que es una chulada, pronto y ojala sea en la temporada Arroyo que veamos colgado un cartel con el nombre de Paulo Campero

SE ROBO LA COLA

Si usted ve a un que anda presumiendo una cola de toro, no se sorprenda se trata de Rodolfo Rodríguez, “El Pana” quien no puede negar que , la que se birlo con el mayor de los cinismos en la Plaza de toros de Apizaco, donde primero se arrastro por la arena como gusano aguamielero ¿o se caería de pedernal? Luego amedrento a un puntillero hasta desarmarlo y con el arma se fue sobre el muerto (el toro) y le mocho la cola en un acto que da asco, o como dijera Juanes en su rola ‘Tengo la camisa negra’ Lo que ayer me supo a gloria, hoy me sabe a pura miér…