Guillermo Leal
Ciudad de México (21 junio 2009).- El tlaxcalteca Sergio Flores ratificó el contundente triunfo de dos orejas del pasado domingo en la Plaza México, cortando una más y haciéndose amo de la naciente temporada novilleril.
El temple que posee este joven alumno de la escuela Tauromagia es ése que le gusta al público capitalino y que le ha dado de comer a muchísimos toreros en la historia.
La naturalidad con la que el novillero se desenvuelve con sus astados le da una gran frescura a sus actuaciones.
Flores aprovechó a sus dos buenos novillos de la ganadería de San Judas Tadeo, pese a las condiciones climatológicas que fueron adversas durante toda la tarde, en que prácticamente no paró ni un minuto de llover.
A su primero, el tlaxcalteca lo mató de un estoconazo que le valió cortar la oreja, y en su segundo, de no haber pinchado hubiese conseguido otro apéndice, sin embargo, el público, entusiasmado, le hizo dar una vuelta al ruedo.
Alfonso Mateos, el primer espada, mostró voluntad con sus dos enemigos, aunque por momentos exageraba algunas actitudes a la hora de torear, y ello le restó importancia a sus faenas.
Debutó el queretano Christian Hernández quien curiosamente se mostró sereno en el de su presentación, pero le rebasó el nervio del debut con el que cerró plaza.
Se lidió un encierro justo de presencia de la ganadería de San Judas Tadeo que se dejó torear, pues tuvo nobleza y calidad.
Indulta Macías un toro
En su primera encerrona, el matador de toros aguascalentense Arturo Macías indultó un toro de la ganadería de Jesús Cabrera, que salió en cuarto lugar.
Después del triunfo cayó un tremendo aguacero, y está en espera la corrida de ver si continúa o se suspende, debido a que el ruedo quedó en muy malas condiciones.
REFORMA
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