El triunfador de la tarde, vista la respuesta de la gente, fue Arturo Macías, que dejó constancia de la gran capacidad que tiene para comunicarse con el tendido.
Comenzó esta comunión con la gente desde un quite vibrante por gaoneras y saltilleras ante el primero de su lote, un toro que llegó a la muleta con más recorrido por el pitón derecho, y si bien no terminó de estructurar de manera contundente el trasteo, dejó una estocada contraria y efectiva que movió a la gente a pedir para él una oreja.
Con este buen ambiente recibió con una larga cambiada de rodillas al que hizo quinto de lidia ordinaria, que rebrincado en la embestida, tuvo recorrido por ambos lados. Gracias a esta condición pudo Arturo realizar una faena larga, donde la respuesta de la gente en el tendido fue de entrega absoluta.
Después de dudar el momento preciso de tirarse a matar -tras un par de silbidos inoportunos que pedían el indulto-, dejó una estocada entera aunque contraria, que no fue suficiente y le hizo utilizar el descabello hasta escuchar dos avisos. A pesar de esto la gente le solicitó la vuelta al ruedo.
Otra oreja consiguió Zotoluco en el primer toro de su lote, noble y con recorrido, al que le hizo una faena medida donde también hubo de luchar contra el viento y al que despachó de una buena estocada.
Mérito tuvo su recibo al segundo de su lote, donde pegó hasta tres largas cambiadas de rodillas, una de ellas con el toro venciéndose hacia los adentros, condición ésta que mostró de salida, donde manseó y barbeó las tablas. A la muleta llegó soso y sin transmisión, y Zotoluco le dio la lidia que requería para ser aplaudido despúés de matar de tres cuartos de espada que fueron suficientes.
Octavio García "El Payo", tras su importante paso por la Plaza México hace tres semanas, vio condicionada su actuación por el juego de sus toros, lo que al final también influyó en el ambiente que la afición de su tierra le prodigó, no siempre con mucha paciencia.
Con su primero, un toro que volvía pronto y resultó áspero, estuvo firme y resultó aplaudido tras dejar una buena estocada, dejando la apuesta por el triunfo importante para el segundo de su lote, que resultó el toro más pesado y serio del encierro, que desde su salida mostró poca entrega en el capote, y donde la gente le mostró poca paciencia.
Después de anunciar un toro de regalo, intentando congraciarse con la gente y vistas las condiciones del cierra plaza -que llegó a la muleta quedándose corto y embistiendo con brusquedad-, estaba empezando a meterlo en vereda cuando al rematar una serie con un pase de pecho el toro lo prendió, volviéndoselo a encontrar en el piso para pegarle una cornada muy dolorosa en la parte baja de la espalda, que le hizo pasar a la enfermería para establizarle. Sólo hasta entonces la gente le respondió al Payo.
Circunstancias de la Fiesta, que le mostró la cruz esta tarde al torero queretano, dura por la cornada, e injusta otro tanto por la actitud de la gente. Al toro lo remató Zotoluco de una estocada caída.
Abrió festejo el rejoneador Jorge Hernández Gárate, que saludó en el tercio tras lidiar un noble toro de San Isidro al que quizás le pesaron los kilos. Aseado con los rejones de castigo emocionó a la concurrencia con dos banderillas al violín y un par a dos manos. Dejó el rejón de muerte muy trasero y hubo de descabellar en tres intentos -desde el caballo-, lo que limitó la posibilidad de mayor premio.
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Comenzó esta comunión con la gente desde un quite vibrante por gaoneras y saltilleras ante el primero de su lote, un toro que llegó a la muleta con más recorrido por el pitón derecho, y si bien no terminó de estructurar de manera contundente el trasteo, dejó una estocada contraria y efectiva que movió a la gente a pedir para él una oreja.
Con este buen ambiente recibió con una larga cambiada de rodillas al que hizo quinto de lidia ordinaria, que rebrincado en la embestida, tuvo recorrido por ambos lados. Gracias a esta condición pudo Arturo realizar una faena larga, donde la respuesta de la gente en el tendido fue de entrega absoluta.
Después de dudar el momento preciso de tirarse a matar -tras un par de silbidos inoportunos que pedían el indulto-, dejó una estocada entera aunque contraria, que no fue suficiente y le hizo utilizar el descabello hasta escuchar dos avisos. A pesar de esto la gente le solicitó la vuelta al ruedo.
Otra oreja consiguió Zotoluco en el primer toro de su lote, noble y con recorrido, al que le hizo una faena medida donde también hubo de luchar contra el viento y al que despachó de una buena estocada.
Mérito tuvo su recibo al segundo de su lote, donde pegó hasta tres largas cambiadas de rodillas, una de ellas con el toro venciéndose hacia los adentros, condición ésta que mostró de salida, donde manseó y barbeó las tablas. A la muleta llegó soso y sin transmisión, y Zotoluco le dio la lidia que requería para ser aplaudido despúés de matar de tres cuartos de espada que fueron suficientes.
Octavio García "El Payo", tras su importante paso por la Plaza México hace tres semanas, vio condicionada su actuación por el juego de sus toros, lo que al final también influyó en el ambiente que la afición de su tierra le prodigó, no siempre con mucha paciencia.
Con su primero, un toro que volvía pronto y resultó áspero, estuvo firme y resultó aplaudido tras dejar una buena estocada, dejando la apuesta por el triunfo importante para el segundo de su lote, que resultó el toro más pesado y serio del encierro, que desde su salida mostró poca entrega en el capote, y donde la gente le mostró poca paciencia.
Después de anunciar un toro de regalo, intentando congraciarse con la gente y vistas las condiciones del cierra plaza -que llegó a la muleta quedándose corto y embistiendo con brusquedad-, estaba empezando a meterlo en vereda cuando al rematar una serie con un pase de pecho el toro lo prendió, volviéndoselo a encontrar en el piso para pegarle una cornada muy dolorosa en la parte baja de la espalda, que le hizo pasar a la enfermería para establizarle. Sólo hasta entonces la gente le respondió al Payo.
Circunstancias de la Fiesta, que le mostró la cruz esta tarde al torero queretano, dura por la cornada, e injusta otro tanto por la actitud de la gente. Al toro lo remató Zotoluco de una estocada caída.
Abrió festejo el rejoneador Jorge Hernández Gárate, que saludó en el tercio tras lidiar un noble toro de San Isidro al que quizás le pesaron los kilos. Aseado con los rejones de castigo emocionó a la concurrencia con dos banderillas al violín y un par a dos manos. Dejó el rejón de muerte muy trasero y hubo de descabellar en tres intentos -desde el caballo-, lo que limitó la posibilidad de mayor premio.
Ficha
Plaza Santa María. Lleno en tarde fresca. 1 toro de San Isidro para rejones, manejable, y seis de Montecristo, bien presentados y desiguales en juego, de los que destacaron los dos primeros por su nobleza. Pesos: 487, 487, 525, 485, 467, 468 y 530 kilos. El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Saludos. Zotoluco (añil y oro): Oreja, palmas y silencio en el que mató por El Payo. Arturo Macías (nazareno y oro): Oreja y vuelta tras dos avisos. El Payo(turquesa y azabache): Palmas en el único que mató.El Payo resultó herido en la espalda al ejecutar un pase de pecho al séptimo toro de la corrida. Fue conducido a la enfermería donde fue estabilizado antes de ser enviado al Hospital Ángeles para ser intervenido de una cornada de seis centímetros de profundidad en las vértebras lumbares. Sergio González saludó tras banderillear al 1o.
Plaza Santa María. Lleno en tarde fresca. 1 toro de San Isidro para rejones, manejable, y seis de Montecristo, bien presentados y desiguales en juego, de los que destacaron los dos primeros por su nobleza. Pesos: 487, 487, 525, 485, 467, 468 y 530 kilos. El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Saludos. Zotoluco (añil y oro): Oreja, palmas y silencio en el que mató por El Payo. Arturo Macías (nazareno y oro): Oreja y vuelta tras dos avisos. El Payo(turquesa y azabache): Palmas en el único que mató.El Payo resultó herido en la espalda al ejecutar un pase de pecho al séptimo toro de la corrida. Fue conducido a la enfermería donde fue estabilizado antes de ser enviado al Hospital Ángeles para ser intervenido de una cornada de seis centímetros de profundidad en las vértebras lumbares. Sergio González saludó tras banderillear al 1o.
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