- CARLOS ALBERTO ESPINAL (Corresponsal)
Y SALE A HOMBROS EN VALSEQUILLO.
Poco a poco se fueron colmando los preciosos tendidos de las Brisas de Valsequillo, construidos con piedra de cantera de Santo Tomás, Chiautla; encontrándose los asistentes a su llegada con una lesión inoportuna en un tentadero tlaxcalteca sufrida el viernes por el novillero juarense Gustavo García “Solo” y un desacuerdo con la empresa a cargo del rejoneador charro y ganadero Alejo Rodríguez, que dejaban el festejo en un agarrón de aficionados prácticos que no defraudó en cuanto a su resultado, entrega de los alternantes y comunión con el público, así como la excelente presentación del ganado que se jugó, lo que hizo olvidar la ausencia de las cabezas del cartel.
Abrió plaza Michel Matta y con él llegaron los sustos y emociones, en la primera larga de hinojos que intentó al hilo de tablas fue prendido sin consecuencias a la altura del vientre bajo; no obstante se sobrepuso y con un valor sordo quitó por sabrosas chicuelinas, para después tomar la de paño y dar cátedra de temple en diversas tandas por el lado derecho, muy rematadas por vistosos molinetes de esos llamados “a la antigua”. Mato con estocada entera y obtuvo una oreja verdaderamente ganada a ley.Siguió Mario Romero, quien inició bien con el capote y dejo ver verónicas de gran sentimiento; desahogó con lujo de facultades el segundo tercio calentando a la concurrencia al colocar tres pares de banderillas cortas al quiebro, pero cuando se vislumbraba una gran faena, el novillo se apagó, por lo que resolvió despacharlo con la mejor estocada de la tarde, que le permitió también pasear un trofeo.
Tocó el turno de Hugo Tenorio, quien con aroma gitano jugó las manos a la verónica con sedosa suavidad abrochando la tanda con par de recortes por demás pintureros. Quitó por lindas chicuelinas antes de tomar la muleta, con la que estuvo voluntarioso aunque poco apresurado, destacando los ayudados por alto con los que rubricó, antes de terminar con par de pinchazos y estocada entera sin que se dejara esperar la petición del respetable para también llevarse un apéndice, que con gran vergüenza torera guardó en su chaleco, para recoger la ovación en la vuelta.Lo mejor llegó cuando saltó a la arena Luis Miguel Martínez, quien desde que partió plaza, derrochó carisma y hambre de triunfo. Saludó con un farol de rodillas, con el que se echó a la bolsa al público que en todo momento le acompañó, para posteriormente dejar unas verónicas a suerte cargada de gran aroma y firmar con el capote tres ceñidas chicuelinas en los medios, que llenaron el aire de ooléésss¡¡. Tomó la roja con la derecha y entendió desde el principio que su noble enemigo no estaba excedido de fuerza, por lo que le consintió a media altura, para que una vez que se hizo de él, ejecutara con las botas camperas bien atornilladas al piso sendas tandas por la izquierda con etiqueta de mandón, llevándolo de aquí hasta allá, con altísimo sentido del temple y la distancia, para despacharlo dando el pecho con una estocada entera, lo que valió el corte de una oreja que al respetable se le hizo poco, por lo cual insistió en sonora y mayoritaria petición al novillero en retiro y juez de plaza Pepe de la Peña , quien accedió para terminar de desorejarlo y dejarnos a todos toreando.
Sumario.
Festival decembrino mixto que por diversos imponderables quedó en duelo de aficionados prácticos. Un cuarto de entrada en tarde fría y nublada con clima agradable; un novillo de 
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