12 diciembre 2009

"Ya extraño la México"

1 de diciembre de 2009

Rafael Ortega listo para el domingo
 
El diestro tlaxcalteca Rafael Ortega es miembro del selecto grupo de los matadores que más corridas han toreado en la plaza México sumando 35 paseíllos, con unas 45 orejas y un rabo y además está en el cuadro de honor de los que tienen los máximos trofeos.

Desde que confirmó la alternativa en el 93, Rafael ha dejado de venir a la capital en cuatro temporadas, sumando diez.

Ortega la tomó el 23 de diciembre de 1990, a punto de cumplir 19 años de matador, en Puebla de mano de Manolo Arruza y David Silveti de testigo con reses de Reyes Huerta. Y despuntó fuerte en la confirmación que fue en un jueves taurino el 23 de septiembre del 93 con José Luis Herros y Alberto Galindo "El Geno" con reses de Mariano Ramírez, cortando una oreja en el de la confirmación.. Y de ahí en adelante ni quien lo parara, hasta convertirse en un torero importante, de los indispensables en las principales ferias y plazas del país.

"Ya extraño la plaza México...".

Dijo en tono nostálgico el tlaxcalteca, quien reaparece en el coso capitalino luego de no venir en las dos últimas temporadas.

"Todas la plazas son importantes y tienen su sello -asentó Rafael- pero el ambiente, el público, los toros es algo único en la capital. En verdad ya la extrañaba y ahora vengo con redoblados esfuerzos, bien preparado y con la mente fija en el triunfo. Ambición, afición e ilusión son las mismas como cuando me presenté en esa plaza, que es única por capacidad, que impone y hay que sobreponerse a ello".

No todo ha sido miel sobre hojuelas y también ha salido en camilla "es parte de la fiesta y es la historia que se va escribiendo cada quien".

El percance más serio que ha tenido en el embudo fue la fractura en la pierna izquierda por un toro de Huichapan que lo volteó en un quite y lo mantuvo inactivo por 8 meses. Un toro de Bernaldo de Quirós le infirió una cornada en una ingle al colocar banderillas, pero pudo seguir en la lidia hasta matarlo y cortarle las dos orejas. "Ni duelen las cornadas...".

El rabo que tiene en su cuenta se lo tumbó a Fandango, de Fernando de la Mora.

Rafael Ortega a sus 39 años de existencia tiene más afición de nunca y no ha dejado de entrenar y solamente está pensando en hacer el paseíllo en la plaza México y seguirá en el medio "hasta que el cuerpo aguante...".
 
ESTO

 

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