"El LXIV Aniversario" (Sesenta y Cuatro)
- Por: Antonio Casanueva
La empresa de la plaza de toros México, programó dos corridas para los días viernes 5 y domingo 7 de febrero y así festejar el sesenta y cuatro aniversario de la fastuosa inauguración de ese coso, en la misma fecha pero de 1946, en que partieron plaza Luís Castro "El Soldado", el llamado Monstruo Cordobés Manuel Rodríguez “Manolete” y Luís Procuna “El Berrendito de San Juan" quien por esos años era sólo una promesa de la torería nacional, enfrentándose a un encierro de la desde entonces ya famosa vacada zacatecana de San Mateo, propiedad de su fundador Don Antonio Llaguno, encierro del cual pasaron a la historia tanto "Jardinero" por haber sido el toro que abrió plaza en esa primera corrida como "Fresnillo" al que Manolete cortó la primera oreja y "Gavioto" el tercero de la tarde, al que igualmente Luís Procuna cortara una oreja.
Aquella tarde es bien conocida por el mundo taurino, tanto por su importancia histórica como por haberse venido repitiendo año con año por la misma fecha. Sólo quisiera recordar que se registró el primer gran lleno de ese coso y la corrida resultó auténticamente inolvidable.
En este año para conmemorar el acontecimiento, la empresa ha programado para el día 5, un mano a mano entre el triunfador de siempre en esta plaza, Rafael Ortega con el francés Sebastián Castella, quien por cierto ya estuvo presente en el aniversario de la plaza en 2008, enfrentándose ahora a toros de la ganadería de Los Encinos propiedad de Eduardo Martínez Urquidi, procedentes del estado de Querétaro y cuyos animales lucieron la divisa Verde, Rosa y Azul.
Por desgracia la corrida no cumplió con las expectativas que se tenía, resultando el ganado poco propicio para el éxito de la misma. Hasta finalizar el quinto ya bien entrada la noche, que mandó a la enfermería primero y al sanatorio después, a Rafael Rafael Ortega, con una cornada seria con tres trayectorias, propinada por el incómodo morlaco al tirarse a matar.
Al salir el que debió ser el sexto y último de la corrida tal y como había sido anunciada, al salir del encuentro con el piquero, el toro dio una vuelta completa de campana quedando totalmente inutilizado para la lidia. El juez que presidía el festejo; Sr. Eduardo Delgado ordenó la devolución del mismo, saliendo en su lugar por la puerta de toriles un sustituto, el que habiendo sido aprobado previamente por el mencionado juez, un toro “cariavacado” de discutible presencia, que hubiera sido perfectamente aceptado por el cónclave en cualquiera otra ocasión, pero que en una actitud de complacencia y si me permite la expresión -servilismo- con el diestro francés, el público rechazó abiertamente.
Como era de esperar, llovieron cojines que terminaron por cubrir el ruedo y en medio de una gritería ensordecedora, cuando el mencionado Juez, conminó al matador en turno para que continuara la lidia, éste impidió a su cuadrilla que lo banderillara.
Inexplicablemente, por debilidad e ineptitud manifiesta o tal vez motivado por el público asistente, que insistía que el bicho fuera devuelto a los corrales, aunque tal vez motivado por la actitud agresiva del propio matador al impedirle a su cuadrilla que lo banderillara, pero violando tanto los reglamentos como la tradición que ha sido la tónica de las corridas y novilladas celebradas ya -por 64 años- en ese coso, El Juez en una actitud carente de la autoridad que debería representar, aceptó el capricho del espada en turno, devolviendo al toro en cuestión y permitiendo la salida de un sobrero de Los Encinos, ante la algarabía de la concurrencia.
Lo anterior, en una actitud mas que complaciente, de un sentimiento malinchista y si se nos permite la expresión de “Mexincado” de parte no solo del juez, sino de la misma empresa, quien e los últimos años ha demostrado su interés por complacer referentemente y a cualquier precio, los deseos tanto de espadas como de apoderados provenientes de allende los mares.
De la misma manera para el domingo 7, la otra corrida programada para conmemorar tan fastuoso aniversario, contó con la novedad principal de lidiarse un encierro de La Punta, formada en 1918 por los señores Francisco y José Madrazo García, que ha sido desde entonces una ganadería pilar de la cabaña brava mexicana. Por muchos años no se presentaba en plaza alguna, ahora con sus nuevos propietarios los señores José y Pedro Vaca, de manera no oficial, se habla durante el festejo, estuvieron presentes en el palco de ganaderos como nuevos socios co-propietarios de esta vacada, los señores Allende, así como el conocido comentarista deportivo Pablo Carrillo, cuyos ejemplares han venido del rancho ubicado en el municipio de Lagos de Moreno, en el estado de Jalisco, cuyos animales lucieron la divisa Gris, Rojo y Oro. Fueron lidiados por José María Luévano,"El Capea" y Juanito Chávez.
Aunque como se menciona antes, la lidia de toros de La Punta en este festejo es una sorpresa agradable, se puede decir que no es ninguna novedad ya que antaño era una ganadería muy cotizada, tanto que se peleaban entre las figuras por torearla en las diferentes plazas, especialmente del rumbo de Jalisco.
La segunda corrida se efectuó con la entrada mas baja de la temporada, con un clima bastante agradable para la que la ganadería de La Punta, envió un encierro disparejo en presentación y bravura en el que destacó el cuarto y siendo el primer ejemplar el que presentó mayores dificultades, saltando al callejón y desvistiendo materialmente a José Ma. Luévano quien era el encargado de pasaportarlo. El segundo alternante “El Capea”, cortó una oreja, luego de pegarle a su primer enemigo buenas tandas en redondo por ambos lados, que fueron demasiado cortas. Al término de la faena y luego de buena estocada se le premió con la oreja y vuelta al ruedo de su enemigo.
Al tercer espada, el michoacano Juanito Chávez, le costó trabajo acomodarse con su primero , un noble toro al que bien le hubiera podido cortar una oreja, matando de un meritorio volapié hasta tocar pelo.
En resumen, la semana anterior, con los contratiempos arriba narrados, se ha festejado el 64 aniversario de la inauguración del mayor coso del mundo, en espera que habremos de ver tiempos mejores tanto para la plaza en si, como para nuestro espectáculo favorito.
Antonio Casanueva
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