13 mayo 2010

El nuevo camino de nuestro toreo

Arturo Macías. ¿Cuándo le sueltan toros de primera? 
Foto: Archivo ESTO

 13 de mayo de 2010
Enriqueciendo la historia
  • Francisco Lazo
AMIGOS, allá en los años de 1930 en ruedos de España, se distinguían toreros mexicanos, matadores de toros y novilleros quienes ocupaban muchos puestos en las principales plazas de aquel país hasta darse el caso de que el 14 de mayo de 1934 cuando ya había problemas a la vista por aquella invasión, se anunciaron a 4 coletas de nuestro país en Barcelona, Pepe Ortiz, Chucho Solórzano, Ricardo Balderas y José González "Carnicerito". Y como se hicieran planes en otros cosos para repetir la combinación o con otros mexicanos, estallaron las protestas de los toreros ultramarinos y se enconaron a tal grado las relaciones que en 1936 los toreros españoles rompieron las relaciones taurinas con los nuestros en medio de un escándalo que envenenó la amistad que existía entre ambas agrupaciones. Y como recordamos la semana pasada los toreros mexicanos salieron de España, pues no pudieron ya torear en aquel país y para bien de la fiesta de este lado del mar se dio comienzo a lo que fue llamado la Época de Oro del Toreo Mexicano, formando los primeros carteles Fermín Espinosa "Armillita", Lorenzo Garza, Luis Castro "El Soldado", Alberto Balderas, Jesús Solórzano, Luciano Contreras y Paco Gorráez y en años subsecuentes se enriquecieron con otros de nuevo cuño. Pero como no hay pleito que dure cien años ni cristiano que lo soporte, se reanudó la comunicación ocho años después y ya bajo condiciones que satisficieran a los dos países y una de éstas estipula que en las tercias de cada país podrían actuar un extranjero y dos nacionales y en las cuartetas dos de cada país. España tenía ya por entonces toreros de calidad que contribuyeron activamente y todos echaron para adelante sin que posteriormente se produjeran roces que pusieran en peligro la paz y colaboración de las partes interesadas que se han resuelto desde entonces a la fecha y se mantiene la comunicación y amistad entre los toreros de aquí y de allá. Aunque siguen trayéndose al presente los requisitos no escritos que de alguna manera vuelven a levantar escozor y acotaciones poco convenientes para la paz que se mantiene entre las dos torerías. Por ejemplo: se han visto con disgusto las condiciones de contratación de algunos toreros mexicanos en plazas españolas, como es el caso más notorio e importante para una relación sana, la de Arturo Macías, joven diestro mexicano destacado en el presente de la fiesta y que sin decirse abiertamente, se le está limitando para actuar con toreros significado españoles y enfrentándolo a corridas despreciables por el historial y conducta de las ganaderías de que provienen, exponiéndolo en consecuencia a tropiezos artísticos para no hablar de los físicos. Así, pues, decíamos que no debe sorprendernos el pésimo encierro que se jugó el martes pasado en Madrid en la confirmación de la alternativa mexicana del aguascalentense Macías por las razones expuestas y que siempre ha sucedido así en la mayoría de los casos cuando un torero destacado de nuestro país se presenta en la capital española para ratificar su doctorado, pues las experiencias así lo demuestran. Parecería pues que no quieren dejarlo triunfar y la mejor manera de hacerlo es soltarle ganado de vacadas que tienen antecedentes para cerrarle el paso evitando su triunfo. Y eso es todo lo contrario que hacemos aquí porque vemos primero la fiesta y el toreo y aplaudiríamos a un chino si le pega naturales a un toro cornalón. Esta revivida falta pues de reciprocidad ha sido un paso negativo en el caso de Macías. Y por otra parte cabe señalar que en México han surgido, repito, toreros aun de corta edad que prometen conmover y muy posiblemente renovar la fiesta de toros como estamos viendo en buen número. ¿Por qué pues no impulsarlos, por qué malgastar toros en importaciones de baja calidad?. Pero algo que hay que aplaudirle a España: cuando surge un muchacho con posibilidades no le dan descanso y le echan toros por montones. ¿Por qué no hacer lo mismo aquí, ya que es tan sencillo y fructífero?

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