6 de agosto de 2010
- Horacio Soto Castro
El lugar que dejó el valiente Valente aún sigue sin que salga un torero que lo ocupe. Han salido otros matadores de toros con categoría de figuras, pero no de la talla que pudo ser el lagunero.
Fue un valiente de los ruedos que pisaba los terrenos que no se habían pisado en ese tiempo. Carismático sin reservas, variado en su toreo, con inventiva y que tuvo en un puño a los aficionados. Espantaba de valiente y se convirtió en ídolo en su tiempo de novillero. Junto con Ernesto Belmont y Manolo Mejía llenaron la Plaza México de bote en bote.
Como novillero sumó la friolera de 160 tardes, toreando en toda la geografia mexicana. Desde niño se le vieron patas para gallo grande y se le iban desarrollando con ese sello. Pero ese 4 de agosto en Torreón se montó en una motocicleta y se estrelló por la velocidad que le imprimió. Ahí se terminaron las esperanzas del mundo taurino de contar con un revolucionario del toreo. Le gustaban las emociones fuertes y sufrió infinidad de cornadas y fracturas.
Valente tomó la alternativa el 4 de junio de ese año y en agosto vino el fatal desenlace. El 3 de junio tomó la alternativa en Monterrey de manos de Eloy Cavazos y como testigo Miguel Espinosa "Armillita" con un encierro de Begoña.
Solamente toreó 9 corridas como matador. Como novillero sumó 160 toreando cinco tardes en la plaza México cortando 9 orejas y un rabo. Y su lugar aún sigue sin ser ocupado Y se sigue añorando un torero de esa talla.
ESTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios a esta entrada