en la segunda corrida en la Plaza México
la foto es de Alfredo Navarro Magaña |
(14 noviembre 2010)
- por Alejandro Escárcega
En una preciosa tarde sin viento ni frio y ante un tercio de entrada se dio la segunda corrida de laTemporada Grande en la Monumental Plaza de Toros México, en la cual se corrrieron siete toros de la ganaderia de Los Encinos, propiedad de Don Eduardo Martínez Urquídi, vecino dePedro Escobedo, Querétaro, con los cuales el capitalino Manolo Mejía escuchó aplausos y silencio, el de Puebla de Prior, Badajoz Miguel Ángel Perera cortó una oreja y dio la vuelta al ruedo en su segundo y el capitalino José Mauricio escuchó aplausos en su lote y regaló un séptimo con el que escuchó silencio.
Abrió el festejo Manolo Mejía (verde manzana y oro) con Franciscano, número 20, negro bragado meano y cornidelantero con 550 kilos, al cual veroniqueó y bregó al caballo; le brindó al cónclave capitalino para hacer una faena basado en naturales en el tercio y derechazos en el mismo sitio; se adornó por la cara y dejó una estocada para escuchar aplausos y pitos al toro en el arrastre.
El cuarto de la tarde fué Venustiano, número 69, cárdeno obscuro bragado y cornidelantero con 516 kilos, poco con el percal y con la pañosa, muletazos a cuentagotas a un toro pegado al piso; estocada para escuchar silencio y pitos al toro en el arrastre.
Miguel Ángel Perera (verde esperanza y oro) con Emiliano, número 49, negro bragado meano listón lucero calcetero y cornidelantero con 535 kilos, verónicas cargando la suerte y media; quitó por estatuarias gaoneras y al rematar fué empitonado y de pie, hízo otro quite por tafalleras rematadas con una revolera. Con la pañosa, muletazos a pie juntos en el tercio y tres soberbias tandas con la diestra, con la siniestra, naturales en la contraquerencia hasta ser nuevamente prendido, por lo cual volvió a la diestra para entusiasmar al público capitalino; con la toledana, pinchazo en todo lo alto y certero descabello para cortar la única oreja del festejo otorgada por el juez de plaza Roberto Andrade y entregada por el doctor Saúl Rivera.
El quinto fué Álvaro, número 44, negro bragado meano lucero y cornivuelto con 520 kilos, estatuarios mandiles y media de cartél. Con la pañosa, dos péndulos y pases de costado sin mover un ápice; derechazos largos y templados y con la siniestra, naturales aterciopelados rematados con dos dosantinas y un derechazo de 360 grados; otra serie con la diestra y dos dosantinas deletreadas y con el acero perdió dos orejas al dejar dos pinchazos en todo lo alto y estocada para dar ovacionada vuelta al ruedo y pitos al toro en el arrastre.
José Mauricio (purísima y oro) con Doroteo, número 15, berrendo en castaño calcetero y cornidelantero apretado con 515 kilos, verónicas y atropelladas gaoneras; en el segundo tercio se lució con los garapullos Christian Sánchez y se desmonteró en el tercio. Con la muleta una faena encimista ahogando las embestidas del queretáno, nunca le encontró la distancia y al final, excelentes doblones con una rodilla en tierra, con la espada, una estocada delantera y perpendicular para escuchar palmas.
El sexto fué Pascual, número 28, negro bragado y cornivuelto tocado del izquierdo con 518 kilos, veronicas y quite de Mejía después de un segundo puyazo. Con la muleta una faena sin transmisión al tendido; pinchazo y dos descabellos. Regaló un séptimo, José María, número 45, cardeno obscuro bragado meano y cornivuelto con 547 kilos el cual brincó de salida en la contrabarrera de los varilargueros causando pánico en los espectadores de barrera de sol. Gustavo Campos se lució con las banderillas y saludó en el tercio. Le brindó a todo el público para dos péndulos en la boca de riego y después una faena sin aguantar las embestidas del burel; pinchazo y descabello para escuchar silencio.
La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento
Toros en la México
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