13 diciembre 2010

Apoteósis de Sebastián Castella


Con Guadalupano en la Monumental Plaza de Toros México 
(12 diciembre 2010) 
  • Alejandro Escárcega

En el dia más grande del año para el pueblo de México, el 12 de diciembre, dia de la Santísima Virgen María de Guadalupe, el francés Sebastián Castella ha realizado una de las mejores faenas que se han visto en éste ruedo al noble y bravo toro Guadalupano de la ganaderia queretána de Teófilo Gómez, que fué atinadamente indultado por el juez de plaza Don Jorge Ramos Sandoval.

Ante una entrada de 15,000 aficionados en una tarde apacible y sin viento se realizó la sexta corrida de la Temporada Grande en la cual se corrieron cuatro astados de la ganaderia de Teófilo Gómez y tres de la ganaderia de Los Encinos.

El aguascalentense Arturo Saldivar (albo y oro) confirmó su alternativa a manos de Castella y testigo Angelino con un toro de Teófilo Gómez, Peregrino, número 651, cárdeno obscuro bragado listón y cornivuelto con 530 kilos, al cual recibió con un farol de rodillas en tablas y de pie, verónicas caminandole del tercio a los medios y revolera luminosa en la boca de riego; llevó al caballo por chicuelinas andantes y después de brindar a la afición reunida en la Monumental de Insurgentes, pases de tanteo y derechazos en la contraquerencia y con la siniestra, cuatro series de mejores naturales, volvió a la diestra, pero no se acomodó; dos tafalleras desajustadillas y certera estocada para cortar una oreja entregada por el alguacilíllo Armando Ortega.

El sexto fué de la ganaderia de Los Encinos, Fray Juan, número 50, cárdeno bragado y cornivuelto con 545 kilos, al cual veronoiqueó aseadamente y al empezar el tercer tercio fué estrellado en el burladero de matadores y se despitorró del pitón derecho, por lo cual solo lo muleteó brevemente y los despachó de dos pinchazos y estocada para escuchar silencio.

Sebastián Castella (gris perla y azabache) con el astado de Teófilo Gómez, Siempre Fiel, número 673, negro bragado y cornivuelto con 490 kilos, recibió por mandíles y quitó por chicuelinas, tafalleras y remató con una saltillera; sin brindar, pases de costado cogido de la barrera; cuatro derechazos, un cambiado y remató con el de pecho; naturales sin acomodarse y más derechazos despatarrandose y un excelente forzado de pecho, una tafallera y con el acero, una estocada trasera para saludar en el tercio.

El cuarto fué de Los Encinos, Juan Diego, número 39, negro bragado y delantero vuelto con 530 kilos, poco con el percal; dos puyazos y quite de Angelino. Sin brindar, muletazos a un toro débil y otra estocada trasera para escuchar silencio y pitos al queretáno en el arrastre.

Regaló un toro de Teófilo Gómez, Guadalupano, número 635, cárdeno listón bragado y delantero montado con media tonelasa de peso; cadenciosas verónicas y media para un cartél. Le brindó al cónclave que ya soportaba el fuerte frio, para dar dos péndulos en la boca de riego y después una faena con muletazos de todas marcas, coreada frenéticamente por la afición capitalina, una faena llena de sentimiento a un toro bravo y noble, absoluta petición de indulto por la afición, y atinada concesión de el juez de plaza Don Jorge Ramos Sandoval y salida en hombros de Castella por la puerta grande de la Monumental Plaza de Toros México.

El tlaxcalteca José Luis Angelino (marfil y oro) con el de Teófilo Gómez, Mexicano, número 495, entrepelado listón bragado y cornivuelto con 495 kilos, dos tafalleras en tablas y verónicas; se animó a quitar por ajustadas verónicas bajando los brazos: banderilló, dejando tres pares de garapullos por el pitón izquierdo. Con la pañosa, péndulo en la boca de riego y faena en la contraquerencia: media y cuatro descabellos para escuchar pitos.

El quinto fué de Los Encinos, Misterio, número 71, cárdeno bragado meano y cornidelantero con 522 kilos, dos faroles de hinojos en tablas y al ponerse de pie mandiles, hasta ser cogido aparatosamente sin consecuencias que lamentar, sin verse la ropa, chicuelinas caminandole al burel del tercio a los medios; banderilló, dejando nuevamente tres pares por el pitón siniestro. Le brindó al varilarguero Domingo López Hernández que se despidió de la afición ésta tarde para hacer una faena con la diestra en el centro del albero resbalandose muletazo a muletazo hasta la contraquerencia: con la toledana, una buena estocada para escuchar aplausos.

Al final del festejo el público salió feliz del coso por haber presenciado una faena que pasará a la historia por la perfecta conjunción de Castella y Guadalupano.

La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento

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Toros en la México

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