“Arco Iris”
- Por Antonio Casanueva
Si, todos sabemos que este artículo debió ser publicado la semana pasada, ya que se refiere a la podíamos decir ”la mágica actuación” de Alejandro Talavante en su presentación durante la cuarta corrida de la temporada en La Plaza México de la capital de la República, pero la verdad, había ya un compromiso contraido con anterioridad, a favor del tercer aniversario del fallecimiento del llamado “Pepón”, vaya pues una sincera disculpa por el atraso y sigamos adelante.
Y para hablar, a toro pasado de la mágica actuación de Alejandro Talavante durante su debut en esta temporada en la plaza México el primer domingo de diciembre no encontramos mejor manera que parafrasear la crónica de ese domingo de José Antonio Luna Alarcón: Titulada nada menos que “Arco Iris”,quien comenta en dicha crónica, la soberbia actuación de Alejandro Talavante y si se me permite la expresión, irrepetible, no solo por la belleza y poderío de la misma, sino por la verdad de su expresión y sentido que provocó la emoción del torero:
“Su faena fue como los sueños. Nacida en las profundidades del sentimiento y en las arenas movedizas de la inventiva……una obra que no se puede describir porque esta mas allá de las palabras, sino creada en ese mundo pletórico en donde reina la fantasía . Cada pase fue como esos peces que solo se acercan a la superficie para enseñarte un destello de sus escamas aceradas y cuando quieres compartir con otro el jubiloso descubrimiento, desaparece en las aguas profundas. . . . “
“Alejandro Talavante enganchaba adelantado y corría la mano suavemente para despedir atrás, completaba series que luego terminaban en una floritura incomprensible y encantadora. Hubo un pase de pecho inmenso que empezó a la espalda del matador y fue terminado a la hombrera contraria….Lo paradójico, prodigioso, es que de tanta inventiva en cascada, ya no supe si fue en el primer toro o ne su segundo. La comparecencia de Talavante en la Plaza México, tuvo la gracia que solo poseen esos recuerdos fantásticos cuando perdidos en los desfiladeros de la propia mente, no alcanzando a dislucidar si lo recordado sucedió o fue soñado en los desfiladeros de la imaginación” .
“Elegancia, técnica, talento, buen gusto, son características imprescindibles de todo artista, pero por encima sus huellas esta la imaginación. Esa es la cualidad que sorprende y extasía. Así fue la faena del extremeño, sin guión, sin brújula, sin mapas y sin itinerario, pero fascinante en su desborde de delirio. El diestro de Badajoz vistió de fiesta a la loca de la casa. Luego Parsimonioso y felíz, la desnudó para que admiráramos su belleza refulgente”.
Hasta aquí, unos párrafos de la bella crónica de José Antonio Luna, la que expresa como ninguna otra, por un lado la belleza del toreo de Alejandro Talavante, como dice al final de la propias crónica, -como si en una tarde obscura de aguaceros, Talavente, hubiera descorrido el cielo-, mientras que por el otro, la sorpresa causada ante el escaso público que tanto en la plaza como a través de la transmisión televisiva que pudo presenciarla pero que sin duda, convertirá a este diestro a partir de esta tarde, en un consentido de la afición de la capital y si no, al tiempo.
Antonio Casanueva
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