16 enero 2011

Tarde triunfal en La Mérida.

Zotoluco 
cuajo una buena faena
Juan Pablo Sánchez 
cayó de pié 

Ante tres cuartos de entrada se lidio un encierro de la ganadería de Bernaldo de Quiroz, muy bien presentado y que se presto para el lucimiento de los toreros, destacando los corridos en primero, cuarto y sexto lugar.


Zotoluco con su primero, lo consintió mucho, y le cuajo una buena faena con ambas manos, lo mato de una estocada entera ligeramente caída, y el juez no quiso atender la petición unánime del publico, lo que desato una bronca grande en su contra. Zotoluco fue fuertemente ovacionado y agradeció la ovación del publico desde el callejón, no queriendo salir al tercio.
Con su segundo realizo una gran faena, plagada de temple y maestría, a un toro de Bernaldo que tenia una gran clase aunque duró poco. Faena con solera con ambas manos, que fue rematada con media estocada en todo lo alto, que no fue suficiente para que el astado doblara por lo que Zotoluco tuvo que echar mano del descabello, con el que acertó al primer intento, y le fue concedida una oreja, que pudieron haber sido dos de haber sepultado el acero en su totalidad, perdiendo así la puerta grande que ya tenia ganada.
El galo Sebastian Castella anduvo muy bien con su primero, un toro noble que le faltaba transmitir, al que le realizo una buena faena. Estocada caída, fuerte petición de oreja y de nueva cuenta el juez hizo caso omiso de dicha petición lo que desato otra fuerte bronca en su contra. Castella agradeció la ovación del publico en el tercio.
El segundo de Castella no tuvo fondo y el francés tuvo que abreviar despachándolo de una estocada entera, siendo ovacionado al retirarse a la barrera.
Regalo un toro de la misma ganadería con el que anduvo muy valiente, pegándose un arrimon para arrancarle una oreja de mucho merito.
El joven torero hidrocálido Juan Pablo Sánchez, quien se presentaba en esta plaza por primera vez desde que tomó la alternativa, cayo de pie ante la afición yucateca tras cortarle las dos orejas al segundo de su lote, un gran toro de Bernaldo al que Juan Pablo entendió a la perfección, toreándolo con ambas manos, y realizándole una gran faena que remato con una estocada entera en buen sitio y el juez le concedió las dos orejas que paseó ante el jubilo de la afición Meridiana.
El primero de su lote salió acalambrado y poco pudo hacer ante las condiciones del publico, y aunque se mostró dispuesto y con ganas de agradar, tuvo que abreviar. Lo mato de una estocada caída y su labor fue silenciada.
Al final del festejo Juan Pablo Sánchez salió en hombros. 
Fotos: Eduardo Puerto

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