20/4/2011
Todo lo que tiene que soportar el gran público taurino, fundamentalmente, que le den gato por liebre… toros por novillos, y a pesar de las estentóreas protestas, continúan apareciendo esos oportunistas intento de empresarios, que prometen corridas de toros, y al final acaban imponiendo auténticas becerradas, que resultan la vergüenza de un espectáculo conformado con grandeza, por la inaudita burla para quien paga un boleto por ver una corrida de TOROS.
Una de estas poblaciones que ha vuelto a ser el objeto de este inenarrable agravio a su buena fe, es… Dzitbalche, Campeche, parte de todas esas hermosas poblaciones del llamado Camino Real, que conforman pintorescas plazas de toros, a base de palcos de bambú y adornadas, en su exterior, de palmas de un intenso verde que se da en la región.
Un auténtico espectáculo pleno de radiante belleza en la efímera arquitectura de sus cosos, que he tenido la oportunidad de conocer, y que sólo tiene la breve permanencia en la feria de su localidad.
Plazas que se construyen con la cooperación de los denominados palqueros, que se reúnen a contribuir seis meses primero para pagar a los toreros y ganado que les prometen para conformar un espectáculo digno y serio, y los otros seis meses restantes para saldar las deudas que hubieran quedado.
No cobran boletos para asistir a sus festejos, porque en cada palco hay cerca de 15 personas que lo conforman y tienen un representante en cada palco, que una vez reunido con los otros representantes, eligen a un líder, que se encarga de ir viendo a quién le otorgarán su feria, por supuesto, siempre evaluando todo ante el consenso de los palqueros.
Pues bien, según nos narra Alex Canto en su crónica de la corrida ocurrida el 17 de abril en Dzitbalche, apareció Lázaro Rosas, prometiéndoles todo, y acabó improvisando un espectáculo tan bochornoso que estuvo a punto de ser linchado, si antes sus pies en polvorosa no lo hubieran salvado.
¿Qué se puede hacer ante el embate de este intento de empresarios?
Simplemente que las autoridades vigilen que las propuestas que presentan a los señores palqueros se cumplan, no puede ser que les prometan toros de Darío González, y al final presenten cuatro inadmisibles bovinos con apariencia de becerros inválidos e ilidiables.
¡No puede ser!... PORQUE TODAS LAS PLAZAS Y SUS PÚBLICOS MERECEN RESPETO. El dinero vale lo mismo en todas las plazas.
A ese señor Rosas se le debe juzgar y en su caso meter a la cárcel porque defraudó como muestran las imágenes la buena fe de la gente que dio un dinero para dar una CORRIDA DE TOROS… no un intento de festival de última categoría, que si faltaba dinero, debió haber hablado con la verdad, y los señores palqueros hubieran entendido, seguramente se habrían reunido para saldar los imprevistos, pero, como dice la sabia conseja popular… tomarles el pelo, resulta una auténtica atrocidad.
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