11 julio 2011

Estamos en un lío...

Ignacio García Aceves
...reemplazados por improvisados y oportunistas
  • por óscar MEJÍA

Pues no, no hubo toros en el país esta semana. Si una crisis de este tamaño no preocupa seriamente a los profesionales de la fiesta, ganaderos, toreros y empresarios, estamos metidos en un lío.  

El síntoma más claro de esta crisis es que la gente ya no está yendo a las plazas. Por lo tanto la fiesta brava vista como negocio está dejando de serlo, es un producto que cada vez se vende menos. 

La consecuencia es que se arriesgan menos capitalistas, porque las condiciones no permiten invertir con probabilidades de éxito y de plano no le entran o lo hacen de manera truculenta, que daña la imagen publica de la actividad. 
Los buenos empresarios taurinos, profesionales y buenos conocedores han venido siendo reemplazados por improvisados y oportunistas que tienen objetivos y propósitos distintos al bienestar de la fiesta. 

Y de estos y su ignoroancia, de los seudo empresarios taurinos, se sirven quienes tienen como deber defender y cuidar a la fiesta como espectáculo tradicional y fuente de empleo para mucha gente, pero que hacen todo lo contrario:
A los ganaderos les conviene vender novillos por toros, a los toreros torearlos y despuntados, los picadores con la leona trabajan menos, los banderilleros ponen dos pares en vez de tres, las banda no se sabe pasodobles, en vez de mulillas camioneta y así todos, en vía del menor esfuerzo quitan brillo, emoción y sentido a la representación. Por lo tanto interés para el público que se espera acuda a las plazas.  

La fiesta brava sin verdad, seriedad y auténtica emoción pierde interés para presenciarla.

Para que un producto tenga buena acogida en los mercados lo primero que hay que cuidar es la calidad.

La fiesta, en especial en México, como producto no tiene calidad, por eso no se está vendiendo.

…remato en los medios.

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