Con más de media plaza en tarde de clima agradable se lidió un encierro de Begoña, bien presentado, del cual resultaron buenos cuatro toros y dos regulares.
Eulalio López “Zotoluco", división de opiniones tras aviso y gran ovación.
Sebastián Castella, ovación con saludos y ovación tras aviso.
TRIUNFO DE JUAN PABLO EN MONTERREY
Juan Pablo Sánchez, oreja y dos orejas.
Juan Pablo Sánchez salió a hombros luego de cortar tres orejas a un buen lote de Begoña que le correspondió este domingo en la Monumental Lorenzo Garza.
La faena grande del hidrocálido fue con el cierraplaza que era un dechado de nobleza y bravura, pero al que le hacía falta fuerza y al que llevó entre algodones y un trasteo de gran conexión con el tendido que coronó con una soberbia estocada.
A su primero ya le había tumbado un apéndice tras una meritoria faena que culminó con un pinchazo y una entera.
Tras enfrentarse a los dos primeros de la tarde que fueron complicados, tanto Zotoluco como Sebastián Castella echaron el resto y salieron a darlo todo en el cuarto y quinto.
Zotoluco refrendó su sitio de figura del toreo al realizar una extraordinaria labor, recreándose al torear en redondo y por abajo, sobre todo por el lado izquierdo, pero la espada le privó de cortar las dos orejas que ya tenía en la espuerta.
Lo mismo le ocurrió al francés Sebastián Castella que bordó el toreo en el quinto en un emotivo y emocionante trasteo que lamentablemente emborronó con los aceros, escuchando un aviso.
La faena grande del hidrocálido fue con el cierraplaza que era un dechado de nobleza y bravura, pero al que le hacía falta fuerza y al que llevó entre algodones y un trasteo de gran conexión con el tendido que coronó con una soberbia estocada.
A su primero ya le había tumbado un apéndice tras una meritoria faena que culminó con un pinchazo y una entera.
Tras enfrentarse a los dos primeros de la tarde que fueron complicados, tanto Zotoluco como Sebastián Castella echaron el resto y salieron a darlo todo en el cuarto y quinto.
Zotoluco refrendó su sitio de figura del toreo al realizar una extraordinaria labor, recreándose al torear en redondo y por abajo, sobre todo por el lado izquierdo, pero la espada le privó de cortar las dos orejas que ya tenía en la espuerta.
Lo mismo le ocurrió al francés Sebastián Castella que bordó el toreo en el quinto en un emotivo y emocionante trasteo que lamentablemente emborronó con los aceros, escuchando un aviso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios a esta entrada