“Lagartijo” se recrea con el toreo de capote
GUADALAJARA, JALISCO.- Los avances que poco a poco va dejando la batuta del matador en retiro Miguel Ángel Martínez “El Zapopan” en los académicos de la institución taurina del Ayuntamiento de Guadalajara, ya se hacen presentes, y muestra de ello fue lo que Paco Miramontes “Lagartijo” ejecutó durante la preparación de fin de año que los educandos tuvieron en el campo en la ganadería de Pablo Moreno.
El marcado interés que ha puesto el ahora director artístico de la academia taurina de nuestra ciudad, por implementar de lleno y con la variedad en el toreo de capote, se ha visto reflejado especialmente en este chaval; su entendimiento y recursos taurinos, han dejado mucho de qué hablar, pero sobre todo, ha dado esperanzas de poder sacar una figura de la tierra tapatía.
En su actuación durante al tienta, delante de una vaca –la mejor–, “Lagartijo” corrió en turno para parar a la becerra. El chaval hizo lo que, según el mismo director de la academia, “El Zapopan”, nunca se había visto. Dejó en un par de ocasiones consecutivas parado al ejemplar para ser picado, con un remate de “Zapopina” (quite inventado por el tapatío Miguel Ángel “El Zapopan”), que tiene un grado de dificultad considerable. Tras esto, el chaval puso el tentadero casi de pie por tan espontánea, pero bien ejecutada suerte. “Nunca había visto ejecutar la ‘Zapopina’ para dejar a un animal frente al caballo”, aseveró entusiasmado “El Zapopan”.
Jalisco ha sido cuna de grandes toreros, de figuras trascendentales, pero especialmente, ha sido creadora de toreros que dieron a la fiesta taurina mundial el arte único del toreo de capote, ése primer tercio tan importante, que hoy en día parece limitarse a “Verónicas” y “Chicuelinas”. La Academia Taurina de Guadalajara ha decidido revestir este tema; los frutos comienzan a verse.
Una vez picada la res, “Lagartijo” siguió de vena y cuajó tres faroles de rodillas aprovechando la bonanza de la becerra que iba de largo. Algo que tampoco se había visto a manera de quite, ni en una plaza de toros y menos aún, en un tentadero. Ya con la muleta, Miramontes se dejó ver con hondura y sentimiento.
Por otra parte, la preparación también estuvo para los demás alumnos de la academia. Cada quien en su nivel, dejaron muestra de avances, de buenos resultados. Destacó la actuación de Mario Bueno, un chaval que a sus apenas seis meses de haber entrado a la institución y con tan sólo tres ocasiones de estar frente a los animales, dio destellos de buen quehacer taurino, con por lo menos tres derechazos que calaron hondo en el palco de tientas.
Hay resultados, pero sobre todo, hay esperanzas de sacar una figura del toreo de Jalisco. Materia prima la hay.
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