DE TORO UN POCO.
- Por Pedro Julio JIMENEZ VILLASEÑOR
“TONY”, DE Begoña, numero 302 con 495 kilos, fue indultado el pasado domingo en Ciudad Juárez, Chihuahua, por el sevillano Antonio Barrera y le fue brindado a Javier Gutiérrez, “El Cachorro”, matador de toros de esa población que a causa de golpes en sus extremidades inferiores opto por dejar la profesión, sin embargo sigue en el medio y ahora funge como juez de callejón en la céntrica plaza “Alberto Balderas” de esa población fronteriza.
DESPUES DE que los mexicanos vayamos a las urnas el próximo primero de julio, y sufraguemos para decidir quién residirá en Palacio Nacional por los siguientes seis años, la temporada de novilladas en la plaza México cobrara vida. Ojala solo sufraguemos y no naufraguemos. En los dos sentidos, taurino y político.
NO EXAGERO al decir que son decenas los “suspirantes” por sentarse en el palco de la H. Autoridad en la próxima feria de San Marcos. Lógicamente que sus nombres los desconozco, son asuntos muy privados de las oficinas municipales y por ende inexplorables, eso que ni qué, el dato viene de personas confiables. Pero…
PERO CREO sin temor a equivocarme que la responsabilidad recaerá en un hombre que no ha metido solicitud alguna, que ya sabe lo que son estas responsabilidades, es ingeniero petrolero, vive en este estado de donde es nativo, sus iniciales son, “J” de Jesús, “H” de Herrera y “R” de Robles. Sabido por todos es que el anterior juez, Manolo Ramírez de la Torre, tiene varios meses delicado de salud. Fue su asesor, Carlos Gómez, quien la tarde del domingo me decía le será imposible presidir entre semana por el puesto laboral que desempeña en la actualidad. Queda solamente el ex matador Paco Olivera, “Bombita”, dinámico cambiador de suertes que al parecer será el único que sobrevivirá de esa tercia pasada. Para ser miembro de ese palco no solo basta conocer el reglamento taurino, hay que tener mucho carácter, ser mejor lidiador que don Domingo Ortega, don Fermín Espinosa o Joselito Huerta, saber ser elástico, imparcial y olvidarse de los amigos toreros, y surge la anécdota.
Me la contó Jesús Dávila, ex juez de la plaza México.
EN ESE enorme coso el regiomontano Manolo Martínez estructuraba una faena de las de su marca, muy larga, el tiempo transcurría y no hubo más remedio que hacer uso de la trompeta hasta en tres veces, su enemigo regresó vivo a los corrales. Semanas después ambos personajes coincidieron al entrar a conocido restaurante en el Distrito Federal, Jesús sabia del fuerte carácter e imaginaba un reclamo enérgico y hasta grosero de Manolo. Grande fue la sorpresa del juez al escuchar al espada de Monterrey que le invitaba a comer, no sin antes agregar… “Cabrón, el arte detiene los relojes”.
EL 18 de octubre de 1925 quienes asistieron al coso de La Misericordia, en Zaragoza, vieron tan enorme faena de Nicanor Villalta y Serres que decidieron solicitar a la H. Autoridad le fuera otorgada la pata de “Briburco”. Sus alternantes fueron Pablo Lalanda y el local “Morenito de Zaragoza, los toros precedían de los potreros del señor Villar. Es en esta fecha que por vez primera se hace dicho otorgamiento. Para terminar… ME PREGUNTA mi buen amigo Juan Rodríguez González que si es cierto la música en una faena, en Aguascalientes, se instrumenta bajo la ordenanza del director de la banda… Mi estimado Juanito, quien diga esto está más chaleta que una cuba de pulque, rompope, aguardiente y solvente aguarrás, el juez de plaza no está pintado, por lo mismo todo taurino conoce que es la máxima, y única autoridad en el coso. Inclusive tiene más fuerza, taurina desde luego, que quien lo nombro, el, o la, alcaldesa como tenemos en esta ciudad. Cierto que en veces se exagera el consentimiento y se abusa, sobre todo caen mal esos jovencitos debutantes que creyendo saber más mañas que lo gitanos, antes de iniciar una faena ya están solicitando “la de aquí”, “Pelea de Gallos”, a la cual por algo se le llama ¡La mocha orejas!... Nos Vemos.
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