18 mayo 2013

Casos y Cosas de Toros / Corrida Ponciana

  •  por Héctor Budar

El 25 de abril del presente año, el día más importante de la feria taurina de Aguascalientes se celebró una corrida llamada “Ponciana” en homenaje a quien fuera el torero más popular del siglo antepasado Ponciano Díaz; nacido el 19 de noviembre de 1858 en la ganadería de toros de lidia Atenco, la más antigua del mundo. Este evento ha causado discrepancia de algunos aficionados que me lo han hecho saber, motivándome a recordar la importancia de este diestro que rompió con el feudalismo que ejercían otros toreros mexicanos en sus regiones. Nos parece acertado que a Ponciano se le recuerde de esta manera en la feria más importante de la república, taurinamente hablando, ojalá y otras empresas siguieran esta modalidad instituyendo en sus ferias una corrida Poncianesca, no “Ponciana” como fue anunciada, ya que esto se presta a confusión con el apellido Ponce que nada tiene que ver.

Este torero mexiquense de poblado bigote símbolo de la mexicanidad que vestía el traje de charro con orgullo y dignidad, hombre campirano que convivió desde niño con el ganado bravo. Guiado por su padre Guadalupe Díaz González aprendió todos los secretos charros que más tarde fusionó con el toreo de a pie, que abrevó de sus maestros Pablo Mendoza y sobretodo del diestro español Bernardo Gaviño quien el 13 de abril de 1879 le concedió la alternativa en la plaza de toros El Paseo de la ciudad de Puebla, primera alternativa que se concedió en ruedos mexicanos.

Ponciano tuvo tanta popularidad que toreó en todas las plazas y ferias del país y en diciembre de 1884 hizo el paseíllo en Nueva Orleans, convirtiéndose en el primer diestro internacional de México. Por el cartel obtenido viajó a España para presentarse en Madrid el 28 de julio de 1889 ejecutando con sus hábiles picadores Agustín Oropesa y Celso González, una gran variedad de suertes del toreo a la mexicana asombrando al público al banderillear a caballo a dos manos, suerte desconocida en el reino español. Seguidamente toreó en Sevilla, Puerto de Santa María, Porto y Villa Franca de Xira en Portugal, para regresar a Madrid a confirmar su alternativa mexicana el 17 de octubre de 1889 de manos nada más y nada menos que de Salvador Sánchez “Frascuelo”  en presencia de Rafael Guerra “Guerrita”, cediéndole el primer toro de la ganadería de Veragua de nombre Lumbrero. En diciembre del mismo año se presentó en la plaza Carlos III de La Habana, Cuba.

Esta gira ultramarina aumentó su popularidad y su economía con lo que construyó la plaza Bucareli en pleno centro de la ciudad de México inaugurándola el 15 de enero de 1888.

En su doble faceta de torero-empresario puso a torear alternando con él a todos los hispanos que llegaron encabezados por Luis Mazzantini, con lo que el toreo fue dejando atrás al pintoresco modo de torear, sin olvidar al ídolo popular al que le cantaban corridos y coplas como esta:

Yo no quiero a Mazzantini
Ni tampoco a Cuatro Dedos
Al que quiero es a Ponciano
Que es el rey de los toreros

Su fama siguió en alza al grado que de España se importaba una manzanilla con su nombre e imagen. También el famoso dibujante José Guadalupe Posada lo inmortalizó con retratos y caricaturas.
En 1897 en esta ciudad de Puebla se exhibió la película “Corrida entera de la cuadrilla de Ponciano Díaz”, en los años treintas del siglo pasado se filmó la película biográfica “Ora Ponciano” interpretando a Ponciano el matador moreliano Jesús Solórzano.

Estos méritos justifican de sobra las corridas poncianescas o poncianas si así le quieren llamar como lo hacen con los artistas españoles Francisco de Goya y Pablo Ruiz Picasso que bastante aportaron a la fiesta con el arte pictórico, el primero con su famosa Tauromaquia de Goya y sus aguafuertes  y grabados de toreros de su tiempo y las diversas tauromaquias del maestro malagueño Picasso sin olvidar el Toro de Guernica y las piezas de cerámica con motivos taurinos. En septiembre de 1955 el empresario taurino Francisco Muñoz avecindado en Arles Francia organizó con apoyo del maestro.

Picasso una modesta novillada a la que se anunció como corrida Picassiana con dos novilleros españoles, un mexicano y la torera francesa Pierrette Laboudit en la localidad de Vallauris, hermosa población de la llamada costa azul francesa donde el famoso pintor residía.

¡Hasta la próxima, suerte para todos!
Comentarios y sugerencias: hector_budar@yahoo.es

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