¡QUE MÉNDIGA ESTÁ LA SITUACIÓN!
Como esta semana estaremos recordando a los niños jóvenes que se la rifaron en el Cerro del Chapulín, pues viene bien la fecha pa’ ocuparnos de los mozuelos novilleriles que en esta temporada casi en mayoría se uniformaron de bonsáis, es decir de poca estatura, hablando esto a lo largo del territorio tricolor donde el bosque no creció hasta alcanzar altura, presencia, jerarquía. ¿Y a que se ha debido esto? pues a varios factores que bien merecen ser analizados no solo aquí, sino en todos los apartados que tienen que ver con la fiesta, pero vayamos al primer punto que creo es del que parten los demás y es que de un tiempo acá los novillos que se están mandando a las plazas de toros, con las honrosas excepciones de la trilladada frasecita, ya no cuentan con la mínima presencia de respeto que emana de la edad, el trapío que incluye peso, corpulencia, cornamentas, bravura lo que hace que los aspirantes y los veteranos la vean muy fácil y no tengan temor y respeto a enfrentarse a esos ‘enemigos’ dando como resultado que se enrolen en las filas novilleriles individuos que serian incapaces de hacerlo si supieran que se las iban a ver con verdaderos novillos.
Pero sigamos reconociendo errores o si se quiere con la repartición de culpas que son muchas, porque en esto, todos tenemos cola que nos pisen empezando por el pecado de las empresas de acartelar a seudos aspirantes a novilleros que de esto no tienen ni la más mínima idea, ¿Por qué entonces se les monta en un cartel? Las causas pueden ser varias comenzando porque a los asesores de las empresas les pareció interesante X o Z muchacho, pues a revisar la capacidad de los consultores porque por doquier se les cuelan insolventes, otra razón lo puede ser que vienen recomendados por algún influyente y entonces lo lógico seria pensar que si ellos mismos no han sido capaces de recomendarse con sus actuaciones mejor que los benefactores le recomienden la nocturna más cercana a su casa, otra que se estilaba era que cualquiera que vendiera un fajo de boletos toreaba, lo cual creo que ya esta en desuso, pues ahora con eso de la inflación y de la Reforma Hacendaria parece que hay que contribuir con sus cornúpetas a manera de impuesto de presentación, el caso es que a como sea la fórmula no ha funcionado ¿y como va a caminar si ahí andamos tropezándonos con la misma piedra? como esa de la necedad innecesaria de no reconocer que desde siempre las novilladas son presente que mira al futuro, por eso cuando se anuncia a féminas en un cartel con el único interés de explotar el morbo que no deja de ser atracción como todo el amarillismo, pues se esta desperdiciando un puesto y uno o dos bureles para el desarrollo de quienes tienen inmensamente más posibilidades de sobresalir en esta fiesta que es pa’ machos ¿o que la fuerza física no es factor a considerar? y aquí permítaseme subrayar que esto lo asevero porque tengo los pelos de la burra ‘embaselinados’ pa’ quien los quiera despeinar rebatiendo lo evidente como lo es el hecho de que las mujeres en el ruedo no son más que un espejismo y si no pregunto a los empresarios y al público en general ¿el nombre de una torera que actualmente se le pueda considerar como ídolo, o como una figura, o como una torera del grupo especial, o como una lidiadora de primera línea? ¿Le seguimos?, ¿Quién?, ¿Entonces pa’ que andarle haciendo al sembrador de estrellas, si ya sabemos que de esa especie ninguna va a brillar?
Así que sigamos exprimiendo que la herida esta infectada y si la pus no se aborta la gangrena terminara aniquilando a la semilla de la novillería, esa que actualmente no ha demostrado pasión, enjundia, decisión, entrega, sacrificio, orgullo, que les permita pisar solventemente un albero ya no digamos convencer, esperanzar, ilusionar, alborotar ¡Qué va! y vuelvo a solicitar que me maten el gallo negándome que en esta Temporada de Lluvias en la Jumbo Plaza la terna de triunfadores dignamente la componen los Forcados Hidalguenses, el subalterno Juan Ramón Saldaña y un solo novillero llamado Juan Pablo Llaguno, ante eso me quedo con aquello que dijera ese gran taurino Antonio Espino ‘Clavillazo’, ¡Que méndiga esta la situación!
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