CINCO VILLAS
Bardo de la Taurina:
El edén de las plazas de toros de la familias Marco &
Domínguez, a quienes Mario Benedetti bien pudo dedicarles eso de‘Sos mi amor, mi cómplice y todo,
y en la calle codo a codo somos mucho más que dos’,dio a la
geografía el albero de Cinco Villas, escenario donde quedó certificado hace
unas horas que cuando en los festejos pasa lista de presente el novillo-toro,
pues es sinónimo de que la fiesta es verdadera y pa’ muestra subrayar que en el
día de la Virgen del Pilar paradójicamente la parca trato de desenvainar su
guadaña enfundada en piel de toro que reclamaba para sí la salea del novillero
zacatecano Ángel Espinoza y como los toros nacen pa’ embestir,
atacar e imponer su ley, en cuanto divisó a “Platerito”, que cual macho
zacatecano esperaba a porta gayola al de San Lucas, el drama se dio cuando el
burel jalisciense le metió veintiún centímetros en el pulmón, con la
consecuente degradación de la pleura.
La cornada era gravísima pero ya había ocurrido y por ello correspondía
a ese figurón del bisturí para el que la cirugía taurina no tiene
secretos,como lo es el iluminado galeno Jorge Uribe Camacho, el que en un
suspiro ya tenía sus manos mágicas echándole un capotazo clínico al muchacho,
al que en tiempo razonable tendrá apretándose los macho. Un tabaco sin duda y
ante el cual se creció el maestro de blanco, quien a menos de veinticuatro
horas me regalara esa frase: “Un médico espera una cornada hermosa, de esas de
primera en una plaza que por sus características exigen dar todo”.
Y vaya si el medico titular
de la Asociación de Matadores y de la Unión de Subalternos brindó su experiencia,
técnica, destreza, entereza y serenidad,pues apalancado por el médico cirujano
Jaime Santos Hernández y por el anestesiólogo Francisco Alarcón Espino,
bordaron una faena de esas consagratorias, al grado tal que antes de que
se cumpliera un día del cornadón Ángel Espinoza, auxiliado por la tecnología de
vanguardia que está haciendo su lidia mecánica para volver el pulmón a su
normalidad, me dijo: “Todo bien, pronto vuelvo al toro”.
Ya de regreso a la capital
en la camioneta en que viajábamos venían recién salidas del destazadero las
cornamentas de los bureles que apenas se habían lidiado.Las astas estaban
impecablemente en puntas y asustando de filudas, por lo que sólo se
me ocurrió expresar: ¡Ah carajo!, en Cinco Villas la fiesta se hace en serio y
es brava, por ello y por muchísimas cosas más mi enhorabuena a la empresa, a
los ganaderos y a los novilleros cojonudos que salen a jugarse la vida sabiendo
que ese es el único camino pa’ ser toreros chipén.
Leonardo Páez:
Para aplicar una auténtica filosofía de servicio se
requiere de una sólida madurez empresarial, madurez que no sólo se sustenta en
la capacidad para ponerse en los zapatos del usuario y el cliente potencial,
sino además en la experiencia para ejercer, con convicción, ese principio
eminentemente ético dentro de la delicada relación empresa-público.Así, quienes
por su falta de experiencia carecen de esa madurez empresarial, difícilmente
logran aplicar esa filosofía de servicio. Vaya, no tienen idea de los beneficios
que acarrea pues pierden la proporción entre lo que cobran y lo que ofrecen.
En México el empresariado taurino, salvo excepciones
confirmadoras, se mantienedentro de esquemas antojadizos y una autorregulación
sin acotamiento alguno,como no sea la ausencia creciente de público en los
tendidos, graciasuna fiesta de toros marginal, no tanto por incomprendida o
rechazada cuanto por hacerse al margen del reglamento taurino.
Esa falta de concepto empresarial con espíritu de
servicio, de respeto a la tradición y al reglamentotaurino, a la dignidad
animal del toro de lidia -edad, trapío y astas íntegras-, ya las expectativas
del público, dan como resultado una fiesta sin pasión ni grandeza, sin
planeación, estímulo, competitividad y rodaje estratégico de toreros, sin
publicidad imaginativa nimercadotecnia incluyente, de espaldas a la afición.
Lo anterior para ubicar la seria,esmeraday suntuosa propuesta
taurina de la Plaza Cinco Villas–espíritu aragonés expandido–, en Santiago
Cuautlalpan, Estado de México, a un costado de Texcoco, donde desde hace dos
años se ofrecennovilladas con un claro sentido taurino: hacer las cosas
pensando en la dignidad de la fiesta, en las expectativas del público, en la
presencia del ganado, en la grandeza torera y en una clara visión de futuro.
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