Con
dos tercios de entrada
se dio
con tercia galana,
segunda de temporada
con
toritos sin Romana.
Hamdan
con su novillada
se
equivocó de plaza,
carentes
de fuerza y raza,
como
premio fue pitada.
Zotoluco
en su primero
que de
vigor carecía
oreja le
dió a Usía
por su
actitud de torero.
Su
segundo fue cambiado,
por
Chico y Esmirriado,
el de
Celia Barbosa
tampoco
fue gran cosa.
Morante
con elegancia,
con la
chispa que él emana,
su
quehacer tuvo esencia
de la
Aroma Sevillana.
Fueron
destellos de arte
los que
el de la Puebla dio,
con
toros en contraparte
hasta un
aviso oyó.
El
trono del rey David
Está por
ocuparlo Diego,
que su
vida puso en juego
como guerrero
Adalid.
Con la
estirpe de su raza,
Honrándola
con decoro,
Puso el
pecho de carnaza
en los
pitones del toro.
Aunque
se dio a pinchar,
Más allá
de el Albero
Bien se
podía escuchar,
a coro ¡Torero!
¡Torero!.
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De su
primero ni hablar.
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