17 diciembre 2013

El Bardo y Páez/ Sin Tapujos / OREJA DE ORO EN LA PLAZA MÉXICO

 (Dic – 16 – 13)
OREJA DE ORO EN LA PLAZA MÉXICO

Bardo de la Taurina:

Sigo sin entender o más bien sin que me cuadre el porqué cada que las rendijas de la gigantesca construcción del ‘Barquillo de concreto’ son abiertas para que quienes no son aficionados al balompié se apersonen ahí, eso sí dispersamente en las zonas de pares o nones del inmueble y como si esto fuera importante, haya que ocuparse de ello como si uno fuera jilguero alpisteado de la ‘Jaula de varillas’ o, peor aún, usurpador de las labores propias de los informadores, donde hoy pulula un grueso, patético pero a la vez numeroso contingente de entes que lo hacen y donde, hay que decirlo o más bien subrayarlo, también hay quienes con la tinta verdadera, ética y solvente cumplen con dejar testimonio histórico de las ausencias de muchas índoles que ahí se registran.

Así que haciendo uso de informar o no de lo ahí ocurrido pues no lo hago porque este fin de semana tuve la oportunidad de escoger entre varias opciones verdaderamente atractivas, pero esto no obsta para que deje de ocuparme del clamor popular que con motivo del  flamante aniversario numero 47 de la auténtica Asociación Nacional de Matadores de Toros, Novillos, Rejoneadores y Similares, que es el orgullo de la fortaleza torera tricolor y a quien le corresponde por el bien del toreo mexicano y desde luego de la afición brindar la corrida máxima que se puede montar en este país como lo es la de ‘La Oreja de Oro’ y con la cual además la gente volvería a poblar los fríos tendidos de la Plaza México.

Así que desde aquí vaya un toque de atención al regidor de esta capital para que instruya a su Comisión Taurina y por el bien de los ciudadanos metropolitanos gire instrucciones para que se decrete que el inmueble más grande del mundo por una tarde le sea cedido a la Casa de los Toreros para así devolverle al Distrito Federal su importancia taurina.

Leonardo Páez:

Si todo sindicato que se respete debe velar por los intereses de sus miembros, ¿cómo es posible que la Asociación Nacional de Matadores siga sin contar con la Plaza México para la celebración de la tradicional y benéfica, incluso en lo artístico, corrida de la Oreja de Oro? Seguramente por el neofeudalismo que prevalece en el país, en lo taurino y en lo demás.

Pero en tantas reuniones de su Asamblea los matadores ya podían haber discutido y acordado, con realismo, buen criterio y visión de futuro, cómo ser un país menos dependiente en lo taurino, adoptar una política de puertas abiertas a diestros extranjeros para mayor brillo del espectáculo y fomento de la competitividad pero sin detrimento de sus intereses y, sobre todo, cómo manejarse ante tanto empresario despistado, manirroto y lleno de complejos, ansioso de contratar extranjeros indiscriminadamente, como en la hoy desconcertada Sudamérica taurina.

Aunque parezca increíble, por acá quedan cinco países donde los empresarios taurinos están entusiastamente peleados con su dinero, porque les sobra o porque es ajeno, como en el caso de algunos gobernadores empeñados en seguir importando a muy buen dinero –público, claro-- figurines ventajistas exigentes del novillón mocho. ¿Se imaginan el cuete político que significaría para estos dadivosos funcionarios públicos efectuar exámenes post mortem en las reses y descubrir los reiterados fraudes al erario y a la afición?

Una pregunta obligada: ¿cómo puede recuperar grandeza, dignidad y capacidad de cotización internacional la torería mexicana? Además de dar la cara en ruedos extranjeros, promoviendo, desde su agrupación, programas y políticas que propicien, aquí, una reciprocidad verdadera entre sus miembros, de los cuales seguramente no llegan a diez los que cuenten con los redaños suficientes para hacer campaña en la Península, a punto de otra crisis, ahora en lo taurino, precisamente por su autocomplacencia y proteccionismo de tantos años.

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