Puebla.
25 de Abril del 2014.
Joselito Adame: Silencio tras aviso y dos orejas.
Arturo Saldívar: Ovación y vuelta.
Diego Silveti: Oreja con protestas y palmas
Arturo Saldívar: Ovación y vuelta.
Diego Silveti: Oreja con protestas y palmas
- Por Gilberto De Ita
Ésta no
pretende ser una crónica estadística de lo acontecido la noche de hoy en la
primera corrida de feria, en la Plaza de Toros “El Relicario“, sino la visión de un aficionado poblano.
Lo de
hoy ha sido a todas luces el espectáculo más contrastante que he visto en ésta
plaza. Por un lado he visto una afición pobrísima, deseosa de entender y
comprender lo que en el ruedo pasaba, pero que los años de espectáculos taurinos
de ínfimo nivel han hecho mella en ellos. No entienden, no saben, no conocen un
ápice de toros. He visto una empresa que intenta hacer las cosas, con un
pensamiento tal vez distinto, tratando de hacer del marketing su principal
herramienta y que hoy han salido “como las gallinas“.
Pero
sobre todo he visto con tristeza la decadencia de la fiesta de toros en mi
ciudad y en mi plaza. Dónde no hay reglamento, dónde no hay respeto, dónde
hemos convertido el legado de el Toreo de Puebla en la decadencia del
Relicario.
La
corrida transcurrió en una noche de viento muy molesto y algunas gotas de
lluvia ante un tercio de entrada. Toros de San José, que intentaron sustituir a
los anunciados de Xajay, después de una versión poco creíble de algún accidente
en la ganadería. Toros de presentación aceptable, de juego desigual, faltos de
casta y raza. Exceptuando el sexto que en su condición general fue el mejor.
Joselito
Adame, Arturo Saldívar y Diego Silveti estuvieron a la altura de las
circunstancias. Adame, ante el primer toro de la corrida, un pedazo de carne
inservible que no alcanzó para opacar la actitud de diva del de Aguascalientes.
Mandó que le dieran un puyazo de mas, excesivo, que terminó por mandar el
mensaje de que no quería saber nada de lo que en Puebla pasaba.
Pero Saldívar
que tiene claro que para ser figura hay que torear todo lo que te echen, así
sean los del “agarradero“, le picó la cresta con una buena faena al segundo,
que desafortunadamente pinchó.
Diego cortó una oreja al tercero, que no vale la
pena ni mencionar. Un sombrero de La Punta que sustituyó a un paradisimo toro
de San José que desafortunadamente se rompió una pata cuando Christian Sánchez
lo bregaba.
Adame
salió con mejor actitud ante el cuarto de la noche y le vendió de buena manera
a la gente y al juez una faena de esas que sirven para que los villamelones
digan que cortó dos orejas y que salió por la “puerta grande“. Fue una faena
que tuvo pocos momentos de temple y claridad, ante un cárdeno que calamocheaba
en demasía y no lo dejaba estar a gusto. Mató de estocada un tanto caída y
trasera y blah blah blah,
Pero
entonces cuando la noche parecía no pintar para nada apareció Arturo Saldívar,
ante un toro receloso al que hizo embestir. ¡Que faena nos ha regalado Saldivar
esta noche!. Templando, pasándose el toro por la faja, dominando con la muñeca
y haciéndole entender al de cuatro patas quien mandaba en ese momento. Arturo
Saldivar a estructurado una faena a base de poder torero, con una enorme
inteligencia, entendiendo las condiciones del toro y sobre todo mandándole un mensaje
a todos: “Para ser figura, hay que ser torero, siempre“ Quitó por Zapopinas, un
quite que Adame hace mucho, nomás para que se enterara.
Pinchó
dos veces y descabelló a la primera.
Lo
importante no era si cortaba o no las
orejas. Transformó una plaza de pueblo, con borrachos gritando, en un espacio
silencioso, pendiente de lo que pasaba, suspirando y sufriendo por el peligro,
dándose cuenta que lo que en el ruedo ocurría consistía en un hombre jugandose
la vida y creando arte al mismo tiempo. Ese quinto fue el único toro realmente
toreado, el resto salió a lidiar y defenderse.
El sexto
toro fue el que mas clase y raza tuvo, se apagó pronto y Diego Silveti no pudo concretar
nada.
La
corrida de esta noche me deja dos reflexiones. La primera es una pregunta: ¿En
que momento acabamos con la afición en esta ciudad? y la segunda es, que
tenemos en Arturo Saldivar a la futura figura del toreo mexicano. Lo que hoy he
visto no implica que Diego, Adame, El Payo o Juan Pablo Sánchez no puedan
serlo, todos llevan sus procesos. Pero la clase de Saldivar, es otra cosa.
deita.gilberto@gmail.com
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