La tragedia en la Fiesta
no tiene nada de ardid,
es una entrega compuesta
lo que pasó en Madrid,
de coraje y de valor,
deseos de ser, de bravura,
con matices de dolor
y destellos de finura.
Aletea entre suerte y suerte
la gloria de un triunfo grande,
que a la par con la muerte
en el albero se expande;
ahí estriba la grandeza
de la Fiesta de los Toros,
el drama le da belleza
que se adentra por los poros.
De siempre ha sido así:
cornadas y muerte suelen
llegar con frecuencia, sí,
y a los taurinos nos duelen;
pero se me hace risible
y gran coraje provoca,
que gente ante eso, ¡increíble!,
se alegre amigos, qué poca...
No lo concibo y repruebo
tal actitud desquiciada
antitaurinos: me atrevo...
¡ mandarlos a la tiznada !.
"El Teniente"
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