01 diciembre 2014

DESABRIDOS E INSUBSTANCIALES LOS TACOS Y LAS TORTAS “DE GATO”.

  • Por: Pedro Julio Jiménez Villaseñor. 
Fecha: 2014-11-30 15:52:04

-Compadre, le quiero hacer una pregunta.-

-Pos Usted dirá pa´ que soy bueno.-

-¿Le gustan los tacos?.-

-A webo.com, claro que me gustan.-

-¿Y las tortas?.-

-También, soy puntual cliente de las torterías. ¿Pero a que viene tanta pregunta gastronómica?.-

-Perese hombre, no sea tan ansioso, solo dígame de que pide los tacos.-

-Me gustan de chicharrón con trocitos de aguacate, jitomate y cebolla picada con harto chile verde.-

-¿Y las tortas?.-

-Pues de carne de puerco, de milanesa o jamón con rebanadas de aguacate, de cebolla, de jitomate, poca mayonesa y mostaza, lechuga y algo de queso fresco. También ingiero cantidades industriales de las tortas ahogadas, de esas que pican tanto que hasta le retumban y rezumban los oídos, las orejas se colorean de rojo, además suda casi hasta deshidratarse.-

-Oiga, y si algo le quitan ¿le saben igual?.-

-Pos claro que no, pago por cumplirme un gusto, un antojo, si me quieren ver la cara de pendejo la cosa es muy sencilla, ya no regreso y san se acabó.-

-Muy cierto, es muy su gusto y su dinero, ¿imagínese una ahogada sin chile?.-

-Seria como fumar sin prender el cigarro, como paella sin arroz o como “XXX”… sin besar.-

-Cierto “compa”, lo creía muy zonzo y veo que de majareto no tiene nada.-

-¿Pero a que viene tanta pregunta?.-

-Cálmese, no se enoje. Lo que quiero decir es que en la actualidad, no solo en la plaza México, en lo taurino en general, nos están dando tortas ahogadas sin chile, tacos sin chicharrón, cigarros sin lumbre, paella sin arroz y los apasionados besos se los damos a amarillentas fotos de revistas, y de pilón pagamos.-

-Pinchi compadre, ahora si que se vio muy mal, le dio muchas vueltas para preguntar lo que todos conocemos y sabemos. En la actualidad en la gran mayoría de las plazas de toros nos dan tortas de gato y no de liebre cual debería de ser, eso es ya muy viejo, son consecuencias normales cuando los monopolios existen, cuando no hay competencia y lo que más abunda son las comodidades y los contubernios de los monopolios, las componendas y complicidades de maquinaciones maquiavélicas para llevar agua a sus molinos dejando secos los pozos de la ilusión del sano aficionado.-

-Muy cierto, las empresas actuales están haciendo un súper negocio con las plazas vacías, SAT-uradas de trucos para el pago de impuestos, ardides impuestos por los poderosos emporios que lucran de tal forma que la solución nunca la dará un taurino, tendría que ser de un contador especializado en auditorias fiscales.-

-Y que no tenga relaciona alguna con ciertos jueces de plaza, ya ve que muchos de ellos visitan quincenalmente las oficinas empresariales, precisamente -¿o casualmente?- los días de pago. Usted entiende porqué lo digo, la burra no era arisca.-

-Cierto lo es pero permítame hacer una reflexión. ¿No estaremos mal nosotros? Existe la probabilidad de que los reglamentos taurinos hayan cambiado y no nos enteramos, que ahora, por sugerencia extranjera, el peso, la edad y el trapío lo cambiaran para buscar más beneficio y “producir arte”.-

-Ah que compadre tan guey, si quiere arte sin exacerbación váyase a Bellas Artes, ahí es otro tipo de animación, recuerde que eso de que “la seriedad” en la fiesta la da el tan mencionado trapío es un cuento si falta lo primordial, la casta, la tan hoy escasa o casi desaparecida en plazas de primera. He visto lidiar toros más bonitos que los que pintaban Pancho Flores o don Carlos Ruano Llopis y créamelo que los de los oleos transmiten más agitación que esos los que vi en vivo… y palabra que estaban rete bonitos.-

-Y luego los indultados, ¿a poco no le gustaron?.-

-Claro que no, parecían toritos de “voy-vengo”, embestidas más pastueñas que las que puedan proporcionar los borreguitos de barro que adornan los nacimientos navideños. ¿Acaso Usted vio que quisieran comerse la muleta, que embistieran con pujanza y la esencia que da la casta?.-

-Ahora entiendo, el ejemplo de los tacos y las tortas “incompletas”, Usted quiere ver el toro bravo, al encastado, “al enchilado”, el que verdaderamente exige dominio del ser pensante sobre la bestia y qué de por resultado se lidie y nazca la emoción, la que comunica el poderío y el valor caro de las faenas que hacen sudar la gota gorda al de luces si no esta preparado para esos exigentes profesionales menesteres. Ni hablar compadre la razón le asiste, en territorio mexicano no hay astados con elefantiasis, la corpulencia de lo que tenemos es menor a la que vemos por la televisión peninsular, es como si quisiéramos tener pesos completos en los cuadriláteros, los nuestros son menos pesados pero con harta clase, recuerde solamente a los inolvidables “Kid Azteca” y a Raúl “El Ratón” Macías, ganadores natos, sin embargo los de arriba de los cien kilos siempre han pegado petardos.-

-Cuestión de razas, allá tienen la suya, nosotros la nuestra pero bastante devaluada, merece la pena retomar en serio la seriedad de los reglamentos, palabra que todos saldríamos ganando, hasta las SAT-uradas empresas y aquellos que venden tacos y tortas en la periferia de las plazas.-

-¿Y como piensa rematar este escrito?.-

-Fácil compadrito, de la siguiente manera… ¡¡¡Te lo rogamos Señor!!!

…Nos Vemos.

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