13 noviembre 2016

EL MANO A MANO SE QUEDA SIN OREJAS

JOSELITO  DEJÓ IR EL TRIUNFO AL FALLAR CON LA ESPADA.



Segunda corrida de la Temporada Grande. Dentro de un buen ambiente, y una muy buena entrada, casi llenándose los numerados de La Plaza México, se efectuó el Mano a Mano entre Joselito Adame y Andrés Roca Rey; cartel que quedó así, al no poder confirmar su alternativa Luis David Adame, por la fractura que sufrió en Aguascalientes la semana pasada.

Se lidió una excelentemente bien presentada corrida del hierro de Xajay, del Arq. Javier Sordo Madaleno en donde solo destacó el primero que tuvo calidad y repetición, lo demás no se ha prestado para el lucimiento. 
Joselito Adame, abrió plaza realizando una faena muy completa, desde que se abrió de capa, con verónicas cadenciosas y templadas, hasta conseguir una faena con la muleta de mucho empaque y temple, sobresaliendo las tandas con la mano izquierda, que además, tuvieron un gran relajamiento.
Intentó matar recibiendo y la espada cayó muy baja, haciendo perder los trofeos que tenía ganados.


El segundo de su lote, no acabó por romper y acabó defendiéndose; Joselito mostró recursos y habilidad, pero no fueron fructíferos para poder conectar con el respetable. Después de un pinchazo y estocada baja, se retiró en silencio.
Su tercero no terminó de entregarse, pasaba pero no tuvo transmisión. Intentó la faena con mucha voluntad y deseos pero no tenía enemigo enfrente. Estocada completa y fue ovacionado.
Lástima que Joselito no mató bien a su primero, porque con ello, pudo haber sido el triunfador de la tarde.

Andrés Roca Rey no tuvo toros para triunfar, se enfrentó a un primer toro que siempre llevó la cabeza alta y que a medida que fue avanzando la faena acabó totalmente desatendiendo la muleta. Andrés le expuso al máximo desde el inicio de la faena de muleta, de rodillas, en donde fue cogido, salvándose milagrosamente.
Expuso al máximo, consiguiendo meter a la gente en el canasto, un pinchazo y estocada para ser ovacionado en el tercio.
En su segundo se encontró con un toro deslucido, de mal estilo y que soltó mucho la cara, y con esta materia fue imposible conseguir el lucimiento. Expuso, quiso pero no se pudo. Tres cuartos de espada, para ser ovacionado.
Su tercero, fue por el mismo camino, no tuvo embestidas, ni se entregó nunca, la cabeza a media altura y sin emoción. Estocada en todo lo alto y ovación.

Fotografías de: Luis Felipe Hernández



MARIANO DEL OLMO - APODERADO

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