06 septiembre 2008

Rincón Taurino


(28/08/08)

"Hace sesenta y un años"


Por Antonio Casanueva



Cuando usted amable lector esté abriendo nuestra revista, el 28 de agosto, se estarán cumpliendo 61 años de aquella terrible cornada que condujera a la afición taurina del mundo a las mas grave pérdida de la historia de la tauromaquia y la muerte al día siguiente, del cordobés Manuel Rodríguez "Manolete". Quien desde mi humilde opinión, ha sido la figura mas grande que jamás ha existido en el mundo de los toros, un baluarte y verdadero parteaguas del toreo moderno.


Los toreros como la mayor parte de los artistas, son obra de sus tiempos, resultaría imposible comparar a un torero con otro de similar calidad y estilo cien años mas tarde, tanto los toros como los públicos y la propia tauromaquia cambian en base al tipo y calidad del toro que se lidia. Aún así, nos atrevemos a decir que, Manolete si no es el mejor y mayor torero de la historia debe de estar muy cerca. Tanto es así que es tema del cual se han escrito un mayor numero de libros y publicaciones en el tema taurino.


A nadie le queda o quedaría la menor duda que de "Manolete", su vida y tragedia, abarca el mayor número de títulos; existen tantos libros que hablan, reproducen y describen desde distintos ángulos, desde el MOMENTO de la tragedia, las horas posteriores a la misma y sus consecuencias, que no nos queda la menor duda en afirmar que la pérdida de este torero, fue de máxima trascendencia para la Fiesta.


Vale la pena comentar que existe en las estanterías de las bibliotecas taurinas dedicadas a Manolete toda una enciclopedia de mas de cinco voluminosos libros coordinada por Paco Laguna en donde se recoge una increíble cantidad de detalles y recuerdos, que nos es imposible pensar que pudiera existir nada similar para cualquiera otro personaje de la historia.


Manuel Rodríguez "Manolete", nació el 4 de julio de 1917, por lo que al morir contaba tan solo con treinta años, edad a la que, aunque no es lo lógico y previsto, muchos aspirantes de gloria no han llegado a figuras. Manolete al morir se encontraba tanto en la plenitud de madurez como en la cúspide de su propia tauromaquia y por supuesto de su vida.
Sus padres fueron el matador de toros de mismo nombre y apelativo y Doña Angústias Sánchez, quienes lo bautizaron en la iglesia de San Miguel en Córdova, imponiéndole los nombres de Manuel Laureano.



De familia de toreros, Manolete tuvo pocas oportunidades en la vida de seguir por distintos derroteros, por ejemplo su madre estuvo casada, antes de hacerlo con su padre, con otro torero cordobés, Rafael Molina "Lagartijo Chico" quien murió a la edad de 37 años víctima de la tuberculosis y cuya muerte, propició el enlace de sus padres.

Sus primeros lances los dió en una finca cercana a su ciudad natal, en donde por cierto sufre también su primer cornada, de la que una vez recuperado, ingresa a la escuela taurina "La Montilla" y mas adelante se incorpora a la cuadrilla cómico-taurina llamada "Los Califas" con la cual recorre la mayoría de la península ibérica entre los 1933 y 34. Debuta como novillero en Ecija el 10 de octubre de 1934 y al año siguiente en Madrid, en la plaza de Tetuán de las Victorias, en donde por cierto fue anunciado como Ángel Rodríguez.


Reanudo sus actividades taurinas al término de la llamada Guerra Civil española, tomando la alternativa en Sevilla el 2 de mayo de 1939 de manos de Chicuelo. Para confirmarla en Madrid el 12 de octubre ahora con Marcial Landa como padrino de la ceremonia. A partir de ese día, se inicia el camino hacia la inmortalidad, ocupando los principales sitios del escalafón tanto por su verdad, como por su arte y la magnífica administración de su carrera por un viejo ex-matador José Flores "Camará".


A lo largo de su efímera carrera, de tan solo ocho años de longitud como matador de toros, Manolete actuó en 596 ocasiones, de las cuales 46 fueron novilladas, 509 corridas de toros y 4 festivales , estoqueando 1161 toros y recibiendo 30 cornadas de los cuales 10 fueron de gravedad, incluyendo la de "Islero" de Miura en Linares durante la feria de su Santo Patrono San Agustín , la que le produjo la muerte. DESCANSE EN PAZ

Para terminar este sincero homenaje “al Mounstruo” recordaremos fragmentos de una bella crónica del paso de Manolete por México, precisamente la tarde que se inauguró la Monumental plaza México el 5 de febrero de 1946 . Son las palabras de “El Tio Carlos” cuyo verdadero nombre era Carlos Septién y la faena al toro “Monterillo” num. 13 de San Mateo;

“Y salió el reserva- Un animal con un par de pitones de veras grandes. Manuel Rodriguez lo lanceó entre el escándalo de los “porristas” improvisados.

“ Cuando cogió la muleta fue a brindarle el toro al grupo que lo atacaba. Lo hizo, -como queda dicho- sin desplantes ni bravuconerías. Tan seriamente como hace todas sus cosas.

“E hizo la faena mas dramática que le hemos visto, la faena en la que mas ha toreado, también, dad la cabeza y el impetu del de San M.ateo.

“Manolete echó la muleta abajo tres veces, para recoger al toro. Se fue acercando mas y mas. Y vinieron tres ayudados por alto con mucha exposición y algún enmiende.

“ Fue metiendo al toro en la muleta poco a poco. Y cuando lo logró, hizo Manolete tres derechazos soberanos y un molinete en los pitones. Luego un pase por alto. Y poniéndose la muleta en la zurda toreó –toreó- en cinco naturales perfectos, templados m, mandando en el toro como el solo sabe mandar ; y, señores rematando con el clásico pase de pecho. Para que de una vez por todas quede perfectamente establecido que Manuel Rodríguez no hace frecuentemente el pase de pecho porque no se le da la gana; pero que lo domina como a todo lo que sabe hacer.

Hizo entonces su pase en cinco ocasiones, ajustándose cada vez mas, paándose mas cerca los pitones de “Monterillo” . Y remató con un muletazo por abajo, preciso y categórico.

“Un pinchazo en buen sitio.

“Y después de él, tres derechazos viendo al público, perdiendo la viasta al toro desde antes que embistiera. Y otro pinchazo. Y tres mas. Hasta que dejó todo el estoque delanterillo.

“Y a pesar de ello, un gran parte de la multitud pidió la oreja. Era que la faena fue de una grandeza, de una verdad, de un torerismo….. MONTERILLO de San mateno, la faena “senequista” de Manuel Rodríguez.

-Torero! torero! torero!….. gritaba aquella inmensa multitud mientras Manolete daba la vuelta al ruedo…..”


ANTONIO CASANUEVA



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