¿La Fiesta en Paz?
■ Un cartel muy atractivo
■ Jerónimo, Angelino e Israel, con toros de Garfias
Ampliar la imagen Con mucha hondura y sentimiento toreó Jerónimo en el festival de San Miguel de Allende, la semana pasada
Comprobado históricamente que ni los políticos saben hacer política ni los banqueros ser útiles a la sociedad, es de agradecer que todavía haya corridas de toros, incluso en países que alguna vez se soñaron modernos, autosuficientes y competitivos, importando, sin ton ni son, también toreros.
Vueltos a la realidad de nuestras capacidades y limitaciones, a la serena aceptación de un insoslayable nivel de incompetencia, bueno es retomar aquella frase de hace años no por sensata bien aplicada: “consumir lo que el país produce”, alejados de las globalizaciones indiscriminadas, provechosas para algunos y desventajosas para los más.
Esta tarde, en la segunda corrida de la temporada en la monumental México, parten plaza el capitalino Jerónimo, el tlaxcalteca José Luis Angelino y el guanajuatense Israel Téllez, quienes enfrentarán una corrida del hierro potosino de Javier Garfias. Reivindicación de la geografía taurina mexicana, con toros y toreros llenos de tradición y de posibilidades.
Jerónimo, nacido en el Distrito Federal pero avecindado en Puebla, sobrino nieto de Jorge El Ranchero Aguilar y sobrino de Raúl Ponce de León –ambos matadores de imborrable memoria en el coso de Insurgentes–, con nueve años de alternativa, es heredero de la mejor tradición tauromáquica de México; ésa capaz de expresar no sólo sentimientos, sino de producir delicadas resonancias raciales, en la privilegiada vertiente de Silverio, El Callao, Capetillo o sus tíos.
Tras una inoportuna interrupción de su carrera debido a desencuentros gremiales, Jerónimo retomó el paso en 2007 y este año ha sumado 12 corridas y 16 orejas, con espectaculares triunfos, por lo que su reaparición en la Plaza México se espera con justificada expectación. Si torea como en el reciente festival en San Miguel de Allende, el lugar se vendrá abajo.
José Luis Angelino, de Apizaco, cumple el próximo noviembre ocho años de matador, lapso en que ha logrado mantener un nivel de regularidad en sus actuaciones. Luego de sonoros triunfos en la Plaza México, se fue inédito de dicho escenario el año pasado, por lo que hoy deberá redoblar esfuerzos, ajustarse más y afilar el celo. En 2008 ha toreado 24 tardes y cortado 14 orejas y un rabo. Cubre los tres tercios.
E Israel Téllez, bueno, este torero ya sería un sólido prospecto de figura en cualquier país taurino medianamente organizado y con capacidad para valorar a aquellos noveles con el doble don del carisma y de saber dar espectáculo, como sus inolvidables faenas en la pasada feria de Aguascalientes.
En México, entre apoderados gandayas, líos de agrupaciones y falta de visión a mediano plazo, Israel, en casi siete años de doctorado sigue reiterando sus cualidades en cuanta plaza se presenta. Este año ha toreado 25 tardes, cortado 46 orejas y un rabo y logrado que le indultaran un toro. También banderillea y con tantito que colabore su lote…
De Javier Garfias poco se puede añadir a su brillante historial ganadero, salvo recordar que de su dehesa provenía el bravo y noble Rey mago, con el que Rodolfo Rodríguez El Pana realizó en enero de 2007 una de las mejores faenas que se han visto en ese y en muchos cosos.
Publicado en LA JORNADA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios a esta entrada