04 diciembre 2008

Profundo, abismal y oscuro

foto Rubén Galindo


Jueves, 4 Diciembre, 2008


Amigos… Una de las continuas interrogantes que preocupan dentro de la fiesta es la que refiere a la poca asistencia de aficionados en las plazas de nuestro país. Los empresarios se quejan, y ello les sirve de excusa para dar cada día un número menor de festejos, argumentando que así podrán salvar su ya mermada economía, sin pensar que el problema es causa derivada de las malas actitudes y nulas aptitudes que han mostrado y siguen manifestando, al continuar ofreciendo su espectáculo mediocre durante décadas.


Qué daño tan severo han hecho al espectáculo, que lo orillaron a caer en un despeñadero profundo, quizás más abismal que el mismo Cañón del Colorado, por lo que vemos con mayúscula angustia lo difícil que será rescatar a la fiesta en un tiempo inmediato.


¡Que no hay figuras!, argumentan con cierta razón los promotores del espectáculo, pero ¿acaso no han sido ellos mismos los únicos causantes de que no tengamos toreros capaces e importantes para llevar aficionados y público a las plazas? ¡Entonces no se quejen!


Durante décadas han propiciado la creación de público y también de medios-aficionados despistados, con la idea de ser exclusivamente toreristas. Errónea imagen cultivada a través de los años y aprovechándose los empresarios de la complicidad de paleros y mercenarios que se vienen encargando perennemente, de borrar de la mente de los asistentes que el toro es lo fundamental de este espectáculo.


Así, sin que esté presente el rey de la fiesta, el eje central, su majestad el TORO bravo, será imposible que ésta resurja. Se necesitarán décadas para que de nueva cuenta se den festejos dignos, con auténticos toros, bravos, con casta, trapío y edad, genuina edad, es decir cinqueños, que es el tiempo exacto que requiere un toro para lograr su madurez.


Sólo así, con la continua presencia en los ruedos de TOROS con estas características, se podría lograr, al pasar de los años, primero que se formen auténticos toreros, y después buscar alguna figura importante, para así resarcir el grave daño que le han hecho, y recuperar en nuestro México una fiesta digna y auténtica, si no va ser imposible sacarla de la barranca, y seguiremos cayendo a lo más profundo.


MILENIO



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