08 junio 2009

Santiago Fausto tiene la palabra


OPINIÓN


Por: Antonio Rivera , México


Lunes, Junio 08,09

Cada inicio de temporada novilleril en la primera plaza de nuestro país es una renovación de ilusiones. La esperanza está puesta cada tarde del serial en ver partir plaza al novillero que además de sueños de gloria, demuestre personalidad, tauromaquia y concepto. Esta tarde, Santiago Fausto se encargó de avivar el fuego de la esperanza.

En el escalafón menor siempre se podrán encontrar novilleros de corte distinto. El camino para lograr el gusto de los aficionados pueden bifurcarse entre el arrebato emocionado y la calidad reposada, pero siempre se encuentran en el mismo punto: la entrega absoluta. En esto no hay misterios.

Santiago Fausto pisó fuerte el coso capitalino y renovó la ilusión de que él pudiera ser uno de los pocos (que ojalá fueran muchos) novilleros que La México descubra y consolide para enriquecer el futuro cercano de nuestra fiesta. El queretano demostró que tiene argumentos para lograrlo.

Toda la tarde, Santiago confirmó que el valor con el que comenzó sus andares en los ruedos permanece intacto y puede estar con solvencia en la cara de los astados. Valor que desde el principio de la historia de la fiesta sigue siendo la primera condición para ser torero. Valor para vestirse de luces y debutar en el coso de mayor compromiso caminando con soltura y gusto. Valor para quedarse quieto y tragar cuando fue preciso. Sin duda, Fausto anduvo valiente.

A Santiago le funcionó la cabeza toda la tarde. Y es que no se trata de apostar su resto al deseo de triunfo sin pensar en la cara de los toros. La lidia más adecuada dadas las condiciones de cada toro nace precisamente de la claridad de los pensamientos del torero. Santiago les encontró a sus toros la distancia justa para tirar de ellos, y a su segundo, el de la faena de la calidad esperanzadora, le tuvo la paciencia necesaria para esperarlo y sin agobiarlo extraerle de la fuerza justita el mayor rendimiento. Sin duda, Fausto anduvo inteligente.

En la tarde de su mayor compromiso, Santiago fue fiel a su concepto del toreo. Desde sus primeras actuaciones, se ha distinguido por el gusto del toreo fino, templado y extendido hasta donde la muñeca le alcanza, decantándose muchas veces por torear en redondo. Su concepto va descubriéndose y ampliándose. Esta tarde sus trazos lentos adquirieron matices de arte indiscutible, fundamentados en la firmeza y el temple. Sin duda, la faena de Fausto al sexto tuvo plasticidad y hondura.

La afición capitalina percibió a Santiago como un torero con personalidad y estilo propios. Ya decía Belmonte el inmortal, que en base a eso él se inclinaba ó no por un torero. Las cualidades mostradas ésta tarde por el novillero queretano son muy importantes en su conjunto, pero quizá éste punto sea el fiel de la balanza para creer que con Fausto podemos ilusionarnos y reponer esperanzas.

Corresponde esperar que en la tarde de su repetición, que seguro habrá, Santiago vuelva a llevar a la plaza el aire nuevo y limpio de torero caro, porque el público lo va a esperar y le va a exigir un nuevo paso hacia adelante. El olé emocionado y profundo que hoy salió varias veces de las gargantas presentes reclama desde ahora hacerse escuchar de nuevo. Sin duda, Santiago Fausto tiene en su pulso la palabra.

burladerodos.com,



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