4 de octubre de 2009
Seis orejas y un rabo ha cortado la tarde de ayer...
Sale a hombros de su primera encerrona
- Miguel Ángel García
En resumen: una tarde triunfal en la que Nacho mostró todas sus facetas, la del artista consumado, la del torero maestro y también dejó ver su toreo poderoso, amén de una condiciòn fisica fenomenal.
EL PODER DE UN MAESTRO
Realmente Garibay estuvo a la altura de un compromiso como el que fue matar seis toros en solitario y sobre todo se mostró a su máxima expresión en el segundo y sexto astado, ya que afloró todo un repertorio de buen toreo.
El primer toro, de La Estancia, que salió al ruedo caminando, observando todo su entorno y haciendo poco caso a los capotes, resultó un verdadero peligro, ya que mostró todas las complicaciones de un toro con edad. Se la pasó buscando al torero, con medias embestidas y esperando el descuido del diestro para poder herirlo. Nacho le dio pelea y atestiguamos una real lucha entre hombre y bestia, ya que el diestro mostró su poderío y terminó imponiendose a su enemigo con base en exponer al límite hasta extraer pases que al parecer no tenía el astado; alguien gritó desde el tendido: !"Torero de todos los toros"! Lástima que a la hora de matar el toro ya no acometió y lo pinchó, para luego terminar con un certero descabello.
ESTO
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