28 diciembre 2009

Corta 'El Capea' última oreja del 2009

Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea" se llevó la última oreja del 2009 en la Plaza México.
Foto: Fernando Ortega
           
El matador nacional Humberto Flores salió herido en la México

  • Guillermo Leal


Ciudad de México  (27 diciembre 2009).- El último triunfador del 2009 en la Plaza México fue el español Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea" quien logró cortar su primera oreja en esta plaza donde confirmó la alternativa hace cinco años.

El triunfo pudo ser más rotundo si en su primero no falla con la espada.

Lo verdaderamente importante fue el avance que dejó ver en su tauromaquia. Ahora se le nota más responsabilizado, más maduro y con mucho gusto para hacer el toreo.

Su primera faena, con uno de los dos toros buenos del lote de San Marcos, tuvo muletazos de temple que dejaron ver el lado amable de su toreo en lo que es, hasta el momento, la mejor tarde que ha tenido el hijo de "El Niño de La Capea" quien desde el callejón observaba minuciosamente cada muletazo que daba "Perico" y sonreía con satisfacción cada que remataba una tanda, porque sabía que su hijo estaba haciendo las cosas bien.

La faena al sexto fue de otro corte, de más entrega, de más tesón pues el astado de Carranco, muy noble, permitió que Pedro le pisara los terrenos. Poco a poco fue construyendo una faena que al final fue de gran mérito y como la remató con un estoconazo le valió cortar la oreja.

Humberto Flores terminó en la enfermería con una cornada cerrada en la ingle derecha que sufrió al entrar a matar al quinto, un buen toro con el que Humberto trató de abarcar mucho pero apretó poco. La entrega fue la causa del percance que no le impidió terminar con la vida de su enemigo. En el segundo de la tarde había estado valiente.

Digna fue la confirmación de alternativa del español "Morenito de Aranda" con un astado deslucido. El público no le dejó torear a su segundo, un toro chico que desató la bronca y la empresa, en premio, lo repite el próximo domingo.

El tapatío Guillermo Martínez no sabe matar y por ello sus dos faenas, en las que hubo buenos detalles, las malogró con la espada hasta ser avisado y abucheado.
REFORMA



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