Quedo claro que ningún coletudo al conjuro de su solo nombre, puede llenar la plaza mas grande del mundo, aunque que en buena medida si se evidencio que la muchedumbre sigue comiendo del alpiste de Pe cpe Tomy con la salvedad que esta vez no les lleno el buche hasta tronar, aunque hay que decir que no fue ni por su culpa ni por falta de ganas, al contrario esta vez el galapageño anduvo complaciente desde el túnel donde encontró el remanso a ese crispar de nervios al aparecer frente a él Pablito Huerta Jr. ese chiquillo que es el símbolo de la Porra de las Alturas lo que dio lugar a que dos almas puras se entrelazaran, luego Pepe Tomy encontraría toros sin trasmisión que pusieron su buena cuota para que no fluyera ese dramatismo que el madrileño fermenta y que cuando lo sube al graderío enciende el ánimo, a cambio de eso vimos a un Tomás mucho mas en maestro, mucho mas sereno, mucho mas reposado, lo cual no le fue apreciado por las masas en su real valor y solo un par de reproches a Pepe Tomy light seguimos en México sin verlo frente a toros con verdadero trapío, raza, casta, edad, pitones, cuajo, bravura que nos permitan gozarlo a plenitud como lo que es, un figurón, al que solo le falta enfrentar en mano a mano a Enrique Ponce, pues ya se midió con el Juli y con Morante de la Puebla y el otro reclamo en un país donde se le ve tan poco a todas luces es injusto que por snobismo o parné se prive a la gente de admíralo a través de la televisión.
Y del de acá, diré que es una lástima que Arturo Macías trayendo adentro un torero de altos vuelos sobretodo con la sarga colorada caiga en el vulgarismo cavacista y recurra a esas corrienteses de arrodillamientos pueblerinos y otros trucos a los que afortunadamente no recurrió esta vez como el ombligazo y el maromazo que lo hacen ver enanoide, Macías no tiene porque caer en esas bajezas que lo único que están haciendo es que no se le considere un torero sólido, serio, confiable, en fin, ojala para la próxima el paisano venga mas maduro máxime si pretende confirmarse en Madrid por que allá los arrodillamientos se usan para pagar mandas y no para conquistar catedrales.
JUEZ MODERADO
El juez Miguel Ángel Cardona hace un año se fue por la puerta de atrás del palco de autoridad y el domingo regreso pleno de juicio y colgó el cartelito de ‘Santa Claus’ y sus regalos llegan hasta la navidad y con ello le regaló a la Plaza México , esa seriedad en el biombo que nunca se debe de perder ojala Cardona y los otros jueces sigan por ese tenor y si no que la fiesta se los reclame y no el público de ocasión los que luego se tornan en fariseos.
MANZANARES BAÑÓ A MANZANARES
En estas tardes friolentas, nada mejor para lidiarlas que una copa de brandy ajerezado, de ese que hace que con el, lleguen los recuerdos como el de aquel mediodía en Salamanca tierra de la cabaña brava de ‘Miranda de Pericalvo’ donde el inmenso Manzanares padre llevara a su polluelo José Mari Manzanares para que toreara una becerra fuerte, enrazada, bravucona la cual al probar el segundo muletazo que el junior trato de pegarle, lo achucho alcanzando a propinarle un cariñito en la extremidad, Manzanares el patriarca bajo del palco provisto de toda su grandeza y cuando la vaca a media plaza pedía un torero Manzanares hijo se metió en el burladero y entrego la muleta a su padre quien toreo con despaciosidad, hondura, temple, largura, profundidad, lo que obligaría a Manzanares hijo a expresar ‘Joder, que repaso me esta dando’.
LOS AYUDADOS QUE AYUDAN
Ya que tanto se ha hablado de esa madurez que viene luciendo José Tomás resaltando lo planchado de sus muletazos, que orgulloso se debe de sentir el famosísimo artista de los aceros ‘El Vale’ quien forja los ayudados o espadas ligeras con los que Tomás y la mayoría de los coletas están dando estructura a sus muletas y largueza a sus faenas, pues los ayudados valerianos aligeran el peso de las muletas convencionales y es que el genio de la fragua Javier Duran ‘El Vale’ en pleno corazón de Tepito ha logrado forjar el acero sin aleaciones en forma tal, que los cantos de los ayudados son adelgazados y descendientes, pero guardando equilibrio con la consistencia y rematan en una mariposilla en la punta que logra la fijación de las telas sin que pierdan su vuelos naturales, el ‘Vale’, un orgullo de la fiesta tricolor.
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