12 abril 2010

La libertad del toro bravo

  • Antonio / Berenguel | Actualizado 11.04.2010 - 01:00 

LA libertad del toro bravo es plena, cosa que no se puede decir de otros vertebrados, por eso, sorprende que no genere ninguna polémica el hecho de que los animales domésticos vivan fuera de su hábitat natural y esperen cada día y noche a que sus dueños los acerquen y pongan en contacto con la naturaleza, parque o jardín para tener algo de libertad o simplemente para hacer sus necesidades más vitales.

Para el toro bravo en el conjunto de su vida es la propia fiesta la que le permite desarrollarse mejor que todos sus congéneres. Por eso, los esfuerzos deben centrarse en el respeto a los demás, en la tolerancia y buscar lo que nos une más que lo que nos separa, entendiendo todo aquello que sea beneficioso para engrandecer más y mejor las corridas de toros.

El toro en la plaza disfruta con la pelea porque es un animal nacido para la lucha, no hay nada mas que verlo en el campo, luchando con sus hermanos y disfrutando de la victoria, su lucha es hasta su muerte, también hay que decir que es menos fiero porque genéticamente se ha ido adaptando a la tauromaquia moderna, donde la lidia se centra en el último tercio, la muleta.

El toro bravo es un símbolo identificativo de España que no tiene porqué ser compartido en todas sus partes y gentes, pero es inequívoco que representa a lo largo de los siglos el conjunto de la historia de nuestro país, de nuestra piel de toro. La historia cuenta que el toro bravo es tan antiguo como el propio ser humano, su presencia en la leyenda da nombre a la constelaciones, signos zodiacales,fiestas, canciones y hasta signos de banderas o marcas de Brandy.

La libertad del ganado bravo es la envidia de sus semejantes, tiene a su favor la alegría desde que nace, desarrollándose y disfrutando en su hábitat natural hasta que sale a la plaza en su lucha con la muerte de igual a igual con el hombre, de tal forma, que haya su elevación con lo infinito, a lo perdurable, a la memoria y a la tradición de un país llamado España. Personalmente, no me molesta la apertura de ningún debate, es más, considero que la confrontación de ideas en sí misma es fuente de progreso y lo que sí me molesta y creo que a toda persona que se precie de ser buena gente, es que se politicen los sentimientos que profesamos tantos aficionados a esta manifestación cultural milenaria.

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