(10 abril 2010)
Rafael Ortega ganó el trofeo Rey Poeta Netzahualcóyotl en la octava y última corrida de la Feria del Bicentenario Texcoco 2010, en una tarde con lluvia y viento ante más de media entrada, en la cual se corrió un encierro de la ganaderia de Celia Barbabosa, justo en presentación y descastado.
Eulalio López Zotoluco (perla y oro) abrió el festejo con Algarrobo, número 623, cárdeno claro bragado meano y cornigacho tocado del derecho con 485 kilos, con el cual no se pudo acomodar con el capote y con la pañosa, muletazos de hinojos en la contraquerencia y con la diestra, derechazos al son de "La Virgen de la Macarena", naturales y otra serie por el pitón derecho, cruzandose para obligar al descastado toro a embestir, abaniqueo por la cara y con la toledana, dos pinchazos y dos descabellos para escuchar aplausos y pitos al toro en el arrastre.
Rafael Ortega (azul rey y oro) con Broche de Oro, número 632, cárdeno claro bragado meano y cornivuelto con 468 kilos, farol de hinojos y de pie, verónicas y chicuelinas entreveradas; bregó al caballo y quitó por navarras; hbanderilló lucidamente dejando dos pares al cuarteo y un tercero al violín. Con la pañosa, muletazos de hinojos y de pie un molinete y derechazos, intentó por la siniestra, pero el toro se escupía contrario, por lo que volvió a la diestra, pero el toro le regateó las embestidas, se fué tras el acero y dejó un estoconazo para cortar la única oreja del festejo que otorgó el juez Gilberto Ruiz Torres y su asesor Óscar Mejía y que entregó el alguacilíllo José Julián Ayala, y que a la postre le valió el ganar el trofeo en disputa.
Uriel Moreno El Zapata (azul marino y oro) con Azafrán, número 704, negro entrepelado bragado y cornidelantero con 500 kilos, sabrosas verónicas y una media de hinojos de cartél; quitó por saltilleras y chicuelinas con las manos bajas, se lució con los garapullos, dejando dos pares al violín y un segundo al cuarteo para escuchar una diana desde las alturas. Después de brindar al cónclave feriante, dos péndulos en la misma boca de riego y al son de "En er Mundo", largos derechazos rematados con un espléndido cambio de manos, en ese momento se soltó la lluvia y el viento que ya no pararon en lo que restó del festejo, sae adornó con manoletinas y dejó una estocada que requirió de un golpe de descabello con un aviso entreverado, para dar triunfar vuelta al ruedo con fuerte petición de oreja y pitos al toro en el arrastre.
Ignacio Garibay (mamey y oro) con Mosaico, número 650, berrendo capirote lucero y cornidelantero con 465 kilos, toro qué fué aplaudido de salida por su bella pinta y pitado en el arrastre por su pésimo desempeño desempeño y que obligó al diestro capitalino a hacerle una faena en la querencia con muletazos a cuentagotas y al cual despachó de media estocada para dar la vuelta al ruedo con fuerte petición de oreja.
Paul Cortés (azul eléctrico y plata) le tocó el toro menos malo del encierro, Brujo, número 584, negro entrepelado bragado meano y cornidelantero con 510 kilos, al cual con el percal le hízo un quite por chicuelinas y con la muleta solo se dedicó a dejar pasar, mal con el acero, dos pinchazos y tres descabellos, para escuchar tibias palmas.
Cerró plaza Mario Aguilar (bermellón y oro) con Petrolero, número 576, zaino y cornidelantero con 462 kilos, farol de hinojos en tablas y de pie, verónicas y chicuelinas y bajo el aguacero, muletazos sin ninguna transmisión al tendido, pésimo con la toledana, cuatro pinchazos un descabello con un aviso, que debieron ser dos por lo menos, para escuchar silencio.
Antes del paseíllo se develó una placa conmemorativa en el patio de cuadrillas en honor del ingeniero Francisco Almazán, Presidente del Patronato de la Feria de Texcoco.
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